Infobae dialogó con el Mayor Noam Bright, jefe del departamento de ciencias de la computación de la escuela de seguridad cibernética de las Fuerzas de Defensa de Israel
Andrea Bonzo
Noam Bright, encargado en los entrenamientos de las fuerzas de cibernética del ejército israelí (Gentileza de las Fuerzas de Defensa de Israel)
Israel está preparando a la próxima generación de cibersoldados para enfrentar la creciente amenaza de ataques informáticos contra objetivos gubernamentales y civiles por parte de países hostiles.
A tal fin, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) inauguraron en agosto una escuela de capacitación en defensa cibernética de vanguardia, ubicada en un parque de alta tecnología en la ciudad de Beersheba. La ubicación no es casual, ya que estos soldados desarrollan competencias codiciadas por las empresas tecnológicas más innovadoras del país. De vuelta a la vida civil, pasan a integrar “la nación start up” israelí descrita por Dan Senor y Saul Singer en un célebre libro.
“Aquí realizamos asociaciones con la Universidad Ben Gurion, con empresas de tecnología de la información y trabajamos a través del sector privado ubicado en nuestro campus para crear un nuevo ecosistema en Israel”, explica a Infobae el Mayor Noam Bright, jefe del departamento de ciencias de la computación de la escuela de seguridad cibernética de las FDI.
—¿Cuál es el objetivo de la escuela?
—Nuestro ejército se basa cada vez más en capacidades clave de tecnología con el fin de tener éxito en la próxima guerra. Este es uno de los campos más importantes para el ejército. Todos sus procesos, incluso los recursos humanos y los recursos logísticos, se basan en la tecnología. Lo que estamos haciendo aquí es tomar a jóvenes de 18 años, la mayoría de ellos sin conocimientos previos en tecnología, y convertirlos en las personas más capacitadas que pueda haber en este campo. Son chicos que provienen de todo Israel, tanto de la periferia como del centro del país, y de distintos entornos.
—¿Cómo están estructurados los cursos? ¿Cuánto duran?
—Elegimos a nuestros estudiantes antes de que ingresen al ejército, mediante pruebas de pensamiento. Hay varios cursos y el más largo dura cinco meses y medio. Los cadetes estudian de siete y media de la mañana hasta las 10 de la noche. Pero no sólo estudian la teoría. También practican desde el primer día del curso. Comienzan a lidiar con problemas reales en todos nuestros cursos.
Y tenemos un método único de aprendizaje. Dejamos que los y las estudiantes elijan la forma en la que quieren aprender. Si quieren aprender con el profesor o sólos o en grupos. Además no se les ponen notas, reciben una devolución del comandante. Esta es la forma en que el estudiante puede mejorar.
El nuevo centro de formación cibernética de Israel en Beersheba. (Foto: gentileza Fuerzas de Defensa de Israel)
—¿Por qué es importante para ustedes elegir a jóvenes sin conocimientos de informática y de distintos contextos educativos y socioeconómicos?
—Nuestra obligación en la escuela es darle igualdad de oportunidades a todos los miembros de la sociedad israelí. Tan es así que en nuestra escuela el 52% de nuestros estudiantes son mujeres. Sabemos que, en el sector tecnológico en la vida civil, la realidad es al revés.
Nuestra misión es tomar a personas de la periferia, de las zonas olvidadas en Israel y darles la primera oportunidad para ingresar al sector tecnológico. Entrenarlos de 0 a 100 en los cursos. También tenemos un curso para ultraortodoxos y estudiantes con trastornos del espectro autista.
—¿Cómo está resultando la experiencia con estos estudiantes?
—Es muy especial. Hace dos semanas terminó el curso de programación y se graduaron cuatro estudiantes con trastornos del espectro autista. Fue muy, muy especial verlos siempre tener éxito en el curso. En algunos casos incluso resultaron ser los mejores.
—Al salir de la escuela, ¿qué rama del ejército pasan a integrar los cadetes?
—Todas las ramas del Ejército: la Fuerza Aérea, la Marina, las fuerzas de tierra, para crear el mejor sistema tecnológico y operacional posible.
—¿Ser formados en la escuela qué beneficios proporciona a los soldados que regresan a la vida civil?
—La mayoría de ellos, todo en realidad, consiguen profesiones tecnológicas, desde analistas QA, a DevOps (desarrollo de software y operaciones de TI) a programación. Se unen a la vida civil con una profesión y, además, experiencia, algo muy importante en el campo tecnológico.
Empleados, en su mayoría veteranos de unidades informáticas militares, trabajan en una instalación de línea de emergencia cibernética en el Centro de Respuesta a Emergencias Informáticas de Israel (CERT) en Beersheba (REUTERS/Amir Cohen)
—¿Los cadetes cómo ponen en práctica en las actividades diarias del ejército las habilidades tecnológicas aprendidas?
—Les enseñamos la forma en que deben programar el software, cómo deben hacerlo bien. Cómo hacer sistemas que tengan una alta escala de usuarios. Cómo lidiar con excepciones, con bugs que realmente afectan el campo operacional. Les enseñamos a evitar que el Ejército deje de funcionar porque en hay un error de su sistema. Y cómo trabajar en grupo. Les enseñamos y les ponemos a prueba sobre estos temas durante el curso.
—Hoy en día se habla mucho de inteligencia artificial ¿Enseñan también estos nuevos desarrollos?
—Aquí también enseñamos ingeniería de datos, y en el curso de programación les enseñamos a desarrollar algoritmos, que en realidad son inteligencia artificial y redes neuronales. Y les enseñamos cómo utilizarlos en el sistema que están desarrollando y cómo tratar con la inteligencia artificial.
—¿Cuál es la mayor amenaza cibernética que ahora mismo enfrenta Israel?
—Hay mucha gente a la que no le gusta Israel. Así que tenemos que estar preparados para todo tipo de amenazas.
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