Pasaje Rivarola
En pleno centro porteño, un remanso de arquitectura sofisticada y paso lento
Como calles secretas que existen al costado del bullicio, los pasajes de Buenos Aires a menudo nos sorprenden por su silencio y no por su extravagancia. Y a pesar de que muchos de ellos figuran en guías o en páginas de internet, mantienen el temple con el que fueron concebidos, una sensación de pausa y calidez.
Los pasajes fueron una respuesta al rápido cambio en el entramado urbano de finales de siglo XIX, cuando las zonas céntricas antes ocupadas por macizos caserones comenzaron a ser más densamente poblados por personas de menos recursos; entonces, surgieron como un remedio natural para esta nueva división de la superficie. Construido en 1924 por la empresa de seguros La Rural, el Pasaje Rodolfo Rivarola es sin dudas uno de los más singulares y bellos de estos pasadizos
Con la premisa de lograr una cuadra perfectamente espejada, el qué es fácil de imaginar: fachadas idénticas a ambas orillas, balcones enfrentados, incluso departamentos idénticos en el interior de los edificios. El cómo, en cambio, vuelve a esta calle, por su precisión y su pequeñez, una joya escondida de la Ciudad. Los frentes están terminados en estilo francés Beaux Arts, resemblando un típico pasaje parisino; los pisos de los palieres son de mármol y los de las cuatro plantas superiores, de roble de Eslavonia. Cuatro cúpulas iguales vigilan sus esquinas, y cada una de ellas contiene un departamento en donde aloja a sus centinelas.
Los vecinos de este pasaje, nombrado en memoria de aquel pensador rosarino perteneciente a la Generación del 80’, recuerdan también que allí existió durante varias décadas la Casa Raab, también conocida como la Chacarita de los Relojes. Allí llegaban, desde distintas partes del país y del mundo, coleccionistas en búsqueda de repuestos o reparaciones para sus exóticos artefactos, de bolsillo, de pulsera, de pie y de arena.
A las espaldas de 9 de Julio y a solo tres cuadras de Corrientes, este pasaje simétrico todavía se destaca por su tranquilidad y sus detalles, prometiendo a quienes lo atraviesen una fugaz inmersión en una Ciudad parecida pero distinta, ubicada en otro lugar y en otro tiempo.
Lunes a domingo, todo el día | Pasaje Rivarola entre Tte. Gral. Juan Domingo Perón y Bartolomé Mitre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.