lunes, 18 de noviembre de 2019
NARCISISMO
Los rasgos del narcisista, aquel que se siente superior a todos
Bernardo Stamateas
Una de las características típicas del narcisista es creerse mejor que los demás y sentirse especial y único. Mientras que otros se esfuerzan por construir una estima saludable, el narcisista se siente superior a todos. Construye imágenes internas totalmente desproporcionadas, exagerando sus logros, absolutamente convencido de estos.
Te invito a analizar los principales rasgos del narcisista:
Muestra una imagen de seguridad
El exhibirse e imponerse genera en los otros, al comienzo, cierto sentido de admiración. Y mucho más si esto va acompañado de condiciones y aptitudes reales. Pero con el correr del tiempo, las personas que lo van conociendo se dan cuenta de que, detrás de esa fachada de seguridad, se esconde alguien inseguro y miedoso.
"Trátenme de manera especial", exige
La persona con esta distorsión de su autoconcepto establece sus propias reglas especiales y demanda (porque cree que así debe ser) ser reconocido y distinguido por todo el mundo. Cuando esto no sucede, agrede verbalmente, insulta, descalifica o sencillamente piensa: "¡Qué mal está el mundo que no reconocen mi capacidad!".
Arma pareja consigo mismo
Su baja empatía, el poco interés que tiene en los demás y su incapacidad para vibrar con otros hacen que solamente esté "enamorado" y pendiente de sí mismo. Todo es evaluado en función de él o ella. Este "yoísmo" lo conduce a determinar qué le sirve y qué no. Si es líder, tendrá dificultades para armar equipos, compartir y ser solidario. Y si alguna vez lo hace, será para seguir construyendo su imagen de belleza que busca todo el tiempo el aplauso de los demás.
"Soy todopoderoso", cree
El narcisista posee rasgos de omnipotencia. No necesita que nadie le diga nada ni que le marque errores; y mucho menos que nadie le enseñe nada. Sabe todo y puede todo, razón por la cual siempre pretende enseñarle a todo el mundo. Es un opinador profesional, ya que está ubicado por arriba del resto de los mortales.
Busca el aplauso permanente de los demás
Está preocupado por la impresión que genera en la gente. De allí que invierta tiempo en su imagen, en su ropa, en su arreglo personal, en su cuerpo y todo aquello que construye a diario. La imagen es muy importante, dado que lo que hace y "llega a creerse" es exclusivamente para los demás. El aplauso es el premio y el reconocimiento que vive buscando.
Es incapaz de reconocer sus errores
Cuando hace algo ridículo o le marcan un error, inmediatamente se enoja agrediendo o sumergiéndose en una tristeza profunda, puesto que el desempeño excelente y la demostración de su fuerza y su capacidad es el lema de su vida.
Tiene una lengua filosa
El fanfarrón, el orgulloso, el prepotente, el "cancherito", el narcisista (todos sinónimos) es crítico en extremo. Ve con un ojo clínico todos las equivocaciones de los demás. Es muy raro que pueda admirar e idealizar a alguien. Cuando alguna vez lo logra, es sencillamente por poco tiempo para volver luego a descalificarlo. Su crítica es feroz, aplastante y, muchas veces, intentará despedazar al otro.
Es mentiroso
En función de sus objetivos suele mentir acerca de lo que piensa de otras personas: "Sos maravilloso", o: "Qué inteligente que sos" y otras frases por el estilo. En realidad es una forma de perseguir sus propias metas, pues al narcisista sencillamente no le importa en absoluto nada de la vida de los demás. Le encanta engañar y mentir porque así se siente superior. Y al hacer trampa, disfruta en secreto de la sensación de éxito sintiendo que siempre gana.
Es competitivo
Le gusta medirse con los demás y superarlos con el fin de continuar reafirmando su gran omnipotencia y sus sentimientos no de ser la mejor la obra de Dios sino de "ser Dios mismo". De allí que busque obtener dinero, ropa y cualquier símbolo de poder mucho más que los demás. Todo eso, a lo que le otorga demasiada importancia, es para él una evidencia palpable de su grandiosidad.
Rechaza la crítica
Cuando alguien le formula una crítica, no la recibe. Tiene poca capacidad de introspección, de revisar su mundo interior y evaluar sus conductas. Sencillamente ha armado una encerrona, al sentirse superior a todos los demás, y ha quedado aislado y solo. Esta es la razón de su profunda tristeza y melancolía. Muchas veces, cuando se derrumba, cae en períodos depresivos.
Tener una buena estima es vernos en nuestra totalidad: con fortalezas y debilidades, aciertos y errores, capacidades e incapacidades. Quien piensa de sí con balance posee una estima sólida y puede pedir ayuda, decir "me equivoqué" y seguir creciendo; mientras que la superficialidad es sencillamente una cáscara. Es importante aprender a no colocarnos ni por encima ni por debajo de nadie, sabiendo que todos tenemos luces y sombras y necesitamos aprender unos de otros todo el tiempo.
Para concluir, detrás de todas estas descripciones que acabamos de hacer, se encuentra una persona temerosa y débil.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com
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