Mónica Müller. "Cuando la gente tiene miedo busca rápidamente un culpable"
La médica argentina reeditó un libro que analiza las epidemias virales y la historia del Covid-19, en particular, desde una mirada "equidistante del terror y el escepticismo"
Apartir de una investigación respaldada en archivos de prensa, textos médicos y testimonios directos sobre las pandemias de 1918, 2009 y 2020, la médica argentina Mónica Müller acaba de lanzar una edición ampliada y corregida de Pandemia, virus y miedo (Paidós), disponible en plataformas digitales como Google Play, BajaLibros, Casa del libro e iTunes. Se trata de un ensayo de divulgación médica publicado en 2010 a raíz de la propagación del virus A (H1N1), que además de brindar información sobre las epidemias virales en general, en esta reedición incluye la historia del virus Covid-19 desde un escenario "equidistante del terror y del escepticismo que todo lo simplifica".
El texto analiza distintas pandemias, desde la actual del coronavirus, reportada por primera vez en 2019 en Wuhan, a partir de un grupo de personas con neumonía aguda causada por un virus de la familia corona, común entre algunos animales pero capaz de infectar a los humanos; sigue con el SARS, que se propagó en 2002-2003; el virus A (H1N1), que oficialmente se cobró 14.000 víctimas en 2009 y los casi cien millones de casos mortales que provocó la gripe española de 1918.
Como advierte Müller -que además de médica es escritora de ficción y textos de divulgación-, si bien están más desarrolladas las epidemias de 1918 y 2009, la idea original es que sirva como un manual de comportamiento de los virus que puede aplicarse en cualquier epidemia.
-Se habla de la peor crisis después de la Segunda Guerra Mundial. La semana última, el mundo superó la barrera de las 50 mil muertes y el millón de infectados por el Covid-19. ¿Cómo calificás al virus por su grado de letalidad?
-No tomo muy en serio las cifras del día a día. Un millón no son tantos, cada año por las gripes hay muchísimos infectados y muchísimos más muertos también. Lo que hace más alarmante esta epidemia es el tiempo en el que ocurre, la rapidez del contagio, lo mismo que ocurrió con la gripe española de 1918, la mayor causa de mortalidad del género humano pero en el menor tiempo posible. Al principio decía que Wuhan tenía el 2 por ciento de mortalidad, fuera de Wuhan tenía 0,7 por ciento. Eso no significa que el virus mata más en un país que en otro, sino que el sistema de salud, la forma de encarar la epidemia y otros factores inciden en la mortalidad del virus. Cuántos son realmente los infectados y las muertes es un dato que se sabe años después.
-A medida que se suceden los días de aislamiento obligatorio empiezan a cobrar fuerza voces disidentes que sostienen que el coronavirus no merece que el planeta esté en un estado de parate total. Incluso aseguran que es aprovechado como una forma efectiva de control social, una forma incipiente de totalitarismo. ¿Qué opinás sobre esa mirada incrédula?
-Es imposible desconocer esa dimensión de este fenómeno, que es único y es la primera vez que ocurre en la historia de la humanidad. Si uno piensa que estamos todos conectados en nuestras casas, obedeciendo las órdenes de los gobiernos que se bajan de los medios, somos como un gran ejército sumiso. Es tremendo. Si lo pensás en frío, es como una novela de ciencia ficción, donde de repente el mundo se para y queda bajo el gobierno de un malo. Hay muchas personas que tienen la tendencia paranoide de pensar así. Todos recibimos las versiones más increíbles, que lo creó China o Estados Unidos. A priori, yo creo en todo, pero hasta que no lo confirmo no lo creo del todo. Mi pregunta cuando plantean esas teorías es cuál es el móvil de este crimen. Y no encuentro ninguno.
-¿La cuarentena es producto de una paranoia injustificada?
-Yo no creo que sea injustificada, creo que es una buena medida. Siempre en las pestes la primera medida fue aislar y crear cuarentenas, lo único que detuvo a las grandes epidemias desde principios de la humanidad. Los países que intentaron hacer otra cosa de repente empezaron a tener muertos por la calle, una situación tremenda.
-En términos generales, ¿qué análisis hacés sobre las medidas que está tomando el gobierno argentino respecto de la pandemia?
-Me parece perfecto lo que se está haciendo acá. Tuvimos la suerte de poder ver la situación en otros países y se está tomando como modelo de cómo manejar la epidemia. También pienso que están faltando más testeos, sobre todo para tener una cifra real de mortalidad.
-La Argentina es de los pocos países en los que la actividad física no es una excepción contemplada en el aislamiento social obligatorio. ¿Podría implementarse esa modalidad acá?
-Tal vez sí se podría hacer en ciertos barrios de la Capital, pero hay que tener en cuenta que somos insurrectos. Vamos a salir todos juntos al mismo tiempo, vamos a parar a tomar un helado; va a salir alguien con el bebé en el bolso.
-Además de la evolución de la pandemia, que aún es un enigma, el libro da cuenta de otros brotes como la discriminación, la xenofobia y el racismo contra los ciudadanos chinos. ¿A qué atribuís esas reacciones?
-Al miedo. Cuando la gente tiene miedo busca rápidamente un culpable, como los chicos. Porque colocar el temor en un individuo o en un objeto calma, sino se crea la ansiedad, que es el temor sin objeto, el temor difuso. Ahora, como empezó en China, aparece esta cosa de que los chinos son misteriosos, comen cosas raras, son tan diferentes a mí que deben hacer cosas rarísimas, les atribuís el inicio de la epidemia; te mantenés lejos y estás a salvo. No es rara esa cosa racista y xenófoba que existe con las epidemias.
-El reconocido virólogo Pablo Goldschmidt tiene una mirada disonante y lanzó polémicas definiciones sobre la idoneidad de la OMS. Incluso sostuvo que todo el planeta es víctima de un abuso por peritos que asustan a la gente. ¿Vos qué mirada tenés sobre la OMS?
-Sigo a la OMS desde hace muchísimos años, todos los días leo sus informes. Tienen un manejo de cifras globales tan completo y tan complejo que no se puede desconocer. Ahora, políticamente, está alineadísima con China, eso es así, y por lo tanto la OMS no es objetiva. Por eso relativizo mucho todo lo que dicen. No podes tomar como verdad absoluta lo que dice la OMS.
-¿Cómo vislumbrás la salida de la cuarentena en nuestro país?
-No tengo idea de qué planes tienen, pero imagino que van armando sus planes a medida que las cosas ocurren. Me parece bien ir tomando las decisiones poco a poco. Que va a pasar dependerá de los contagios que detecten, las muertes que ocurran, esto de ir dejando salir a las personas de menor riesgo. Son medidas muy sutiles que no se hacen a bulto, y me parece bien que así sea.
A. R.
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