Cinco series de abogados
N. T.
Hienas
1 temporada Disponible en Netflix
En 16 episodios repletos de emoción, suspenso y bastante romance, esta serie coreana consigue contar una historia compleja, intrigante y sobre todo muy entretenida. Todo gira en torno al poderoso estudio S&K, uno de los más influyentes de su país, en el que trabaja Yoon Hee Jae (Joo Ji Hoo, también protagonista de la espeluznante Kingdom), uno de sus socios más destacados, que proviene de una familia dedicada al derecho, que incluye a un padre juez de la Corte Suprema. Con semejantes credenciales, el abogado no lo puede creer cuando pierde un caso fácil contra Jung Geum Ja (Kim Hye Soo), una ilustre desconocida en los tribunales que le tendió una trampa perfecta. Enemigos jurados obligados a trabajar juntos, el dúo destila química y aunque en un principio se resistan a colaborar, rápidamente quedará claro que juntos son dinamita.
Socias
3 temporadas Disponible en Flow
Adelantada a su tiempo en términos de temáticas y espíritu, esta serie de 2008 producida por Polka y escrita por Marta Betoldi y Silvina Fredjkes, imaginaba a Mercedes Morán, Nancy Dupláa y Andrea Pietra como tres abogadas de personalidades muy diferentes pero similares en sus objetivos profesionales que se unen para formar un equipo imbatible. A partir de los casos en los que trabajan y de sus propias vivencias personales, la historia aprovechaba para hablar del feminismo, sin que fuera del todo explícito, en un momento bien distinto al actual, cuando la violencia machista o el aborto al modo en que se discutían en el programa no formaban parte de la agenda pública. Un relato en el que el lugar de la mujer en la sociedad decía presente al ritmo de la comedia pero muy en serio.
The Good Fight
3 temporadas Disponible en Amazon Prime Video
Creada por Robert y Michelle King, los mismos guionistas de The Good Wife, madre nodriza de este spinoff y también de la inquietante Evil, esta ficción consigue crecer capítulo a capítulo y temporada tras temporada. Con una carga política y de actualidad que impregna sus historias, la serie tiene la habilidad de cuestionar las acciones de todos sus personajes, de poner bajo la lupa de la moral y la ética hasta a sus héroes. Como Diane Lockhart, la maravillosa creación de Christine Baranski, siempre dando la “pelea justa” aunque sus métodos e intereses económicos pongan en cuestión sus principios. Inmersos en la era Trump y siempre atentos a cómo el clima de época afecta todos los ámbitos de la vida pública norteamericana, los King construyen una ficción tan inteligente como relevante.
Suits
9 temporadas Disponible en Netflix
Para algunos, esta siempre será la serie en la que trabajó Meghan Markle antes de convertirse en parte de la realeza, mucho antes de abandonarla. Sin embargo, más allá de lo que sucedió fuera de la pantalla, la ficción, que terminó en 2019 después de nueve exitosas temporadas, siempre supo cómo atrapar a los espectadores. Su fórmula para nada secreta fueron los personajes que llevaban adelante la historia, empezando por el dúo formado por el abogado Harvey Specter (Gabriel Macht) y Mike Ross (Patrick J. Adams), un estafador con cara de ángel y buenas intenciones que termina trabajando para él. El retrato del microcosmos del estudio jurídico poblado de ambiciones, peleas, traiciones y jugadas maestras que no siempre terminaron bien, hizo del programa un preferido entre los fanáticos de las historias de abogados.
The Split
1 temporada Disponible en Flow
Para pasar mejor la espera hasta que se estrene la segunda temporada aquí –en Inglaterra se lanzó en febrero–, nada mejor que revisar los seis primeros de esta serie creada por Abi Morgan (River) y protagonizada por Nicola Walker. El hecho de que Hannah, la protagonista, se dedique al derecho de familia y que su historia siempre haya estado ligada a las leyes, le aporta una cadena de significados a cada caso que defiende y a cada decisión que toma con sus hijos y su marido. Y sobre todo en el modo en que se vincula con su madre, abogada desesperada por salvar la firma familiar, a veces sin darse cuenta de que podría destruir a sus integrantes en el intento. Entre las víctimas del fuego amigo está su hija menor, siempre en busca de la aprobación materna y la de Hannah, su hermana mayor, que quiere pero no sabe cómo dársela.
Una serie distinta que llega a la meta
★ ★ ★ ★ ★ RUN
N. T.
(Estados Unidos/2020). creadora: Vicky Jones. elenco: Merrit Wever, Domnhall Gleeson, Archie Panjabi. disponible en: HBO GO.
Si alguien pensaba que la racha de Phoebe Waller Bridge estaba cerca de agotarse después de Fleabag y Killing Eve, las magníficas series que llevan su firma hay que decir que no será Run la que romperá con la impecable marcha de la actriz, guionista y productora británica. Todo lo contrario. De Crashing (disponible en Netflix) hasta las multipremiada Fleabag y Killing Eve, hay un tono narrativo, un cuidado excepcional en el diseño de personajes, especialmente femeninos, y una creación de un mundo ficcional y a la vez tan verosímil que fascina. Y entretiene, ocasionalmente emociona y muchas veces incomoda.
Run fue creada por Vicky Jones, habitual guionista y colaboradora de Waller-bridge (que aquí es productora y actriz), a la que también dirigió en la más reciente puesta teatral de Fleabag. Difícil de encasillar en un género, es una comedia con la urgencia que cargan los thrillers y romántica de un modo tan inesperado que para el final del primer episodio el espectador se preguntará si acaba de ver un romance tóxico o los primeros esbozos de una gran historia de amor. Esa intriga, esa posibilidad de que todo termine según las reglas del suspenso, o se transforme en la mejor comedia romántica modelo 2020, es lo que hace de la serie una experiencia única e imperdible. Tal vez la mejor ficción estrenada este año.
Esa excepcionalidad dada por el relato y un guion que no da respiro ni soluciones adocenadas se repite en los personajes centrales, el par de enigmas que interpretan Merrit Wever y Domhnall Gleeson (Cuestión de tiempo). Wever, ganadora del Emmy por sus papeles en Nurse Jackie y Godless e inolvidable presencia en Inconcebible , aquí interpreta con maestría a Ruby, quien un día cualquiera recibe un mensaje de texto con una sola palabra: “Run”. Y correr es lo que hace, tras responder lo mismo a Billy (Gleeson).
Con lo puesto y sin dar explicaciones, Ruby se toma un avión de Los Ángeles a Nueva York y de ahí un tren con destino a Chicago y a cumplir una fantasía. Es que Ruby y Billy se conocen desde la universidad y tienen un vínculo que combina la atracción sexual, la sincronía intelectual y la capacidad de ser las mejores versiones de sí mismos cuando se encuentran. Que no es muy seguido quizás porque las mejores versiones de sí mismos suelen no serlo para el resto del mundo. Pero allí están los dos, reunidos después de 15 años para cumplir con el pacto que establecieron en sus años universitarios: si uno le manda al otro un mensaje con el texto “Run”, y el otro responde, el encuentro debe ocurrir. Y ocurre. Lo que queda atrás y lo que vendrá después es un misterio que ambos tendrán que resolver juntos.
Un muy eficaz drama legal a la italiana
★ ★ ★ EL PROCESO
M. S.
(il procceso, italia/2019). creador:
Alessandro Fabbri. elenco: Vittoria Puccini, Francesco Scianna, Camilla Filippi. disponible en: Netflix.
Del caso criminal a los tribunales. De la investigación al juicio penal. O, en otras palabras, de la trama policial al “legal drama”, dos de los géneros más visitados y más populares de las ficciones en serie de las últimas dos décadas. Si la idea es atractiva puede funcionar muy bien en cualquier escenario y cualquier geografía, igual que en sus originales estadounidenses. Y las piezas están bien ensambladas, como en este ejemplo de producción italiana, es muy fácil entender por qué figura entre los títulos preferidos en la Argentina en el catálogo de Netflix.
El juicio comienza, como tantas otras veces, con el hallazgo del cadáver mancillado de una chica muy joven y muy bonita. No tardamos en descubrir, como tantas otras veces, que detrás de ese cruento hecho abundan los secretos, las mentiras y los detalles sórdidos. También unos cuantos intereses poderosos. Y a todo eso, como tantas otras veces, se suma lo más importante: personas a las que esta muerte les cambia por completo la vida.
El seco impacto que el espectador recibe a poco de iniciada la trama es todo un golpe de efecto. Pero al mismo tiempo es la polea que activa el imprescindible mecanismo de este tipo de ficciones. A una eficiente fiscal (la siempre contenida Vittoria Puccini) tironeada entre el trabajo y su futuro afectivo no le queda otra que involucrarse hasta el fondo en la investigación de esa muerte. No puede hacer otra cosa.
Con la pesquisa en marcha, la detención de la supuesta asesina (Camilia Filippi, excelente) y el comienzo del juicio oral, la fiscal quedará mano a mano con el astuto, arrogante y ambicioso abogado defensor de la acusada (Francesco Scianna, con todo el aire de un galán de telenovela). El juego de gato y ratón entre ambos crece mientras los dos empiezan a hacerse preguntas sobre su propio lugar en el mundo.
Lo único genuinamente original es la puesta en escena del tipo de juicio oral que se hace en Italia, con una mezcla de detalles característicos de su original estadounidense y características propias del temperamento peninsular que hacen muy atractiva cada secuencia en ese ámbito.
Lo demás lo sabemos de sobra: las miserias de una clase social elevada acostumbrada a la impunidad, la nobleza de algunos personajes secundarios y el cinismo congénito de otros. Algunas secuencias demasiado estiradas dejan todavía más a la vista el despliegue de una lujosa producción. A la vez, El juicio saca el mejor provecho de la belleza natural de Mantua, una ciudad con mucha historia y unos cuantos secretos por descubrir que pueden abrirle la puerta a una segunda temporada.
Los años 90, con nostalgia y dolor
★ ★ ★ RUIDO CAPITAL
N. T.
(colombia, 2020). creador: Mauricio
Leiva- Cock. dirección: Ana Katz y Pablo Stoll. elenco: Jerónimo Aguilar, Oriana Casas, Paloma Bautista. disponible en: Movistar Play.
Antes de ver nada, se escucha el sonido largamente olvidado. Ese que hacía la puerta del pasacassette al cerrarse. Y después aparecen las imágenes y la voz de Andrea Echeverri, del grupo colombiano Aterciopelados, cantando algo sobre los años 90. Se trata de una cápsula del tiempo y el espacio sonora y visual que define lo que se verá después. Se trata de la primera serie que la plataforma Movistar Play realiza en Colombia y que cuenta un retazo de la historia reciente de ese país a partir de un grupo de adolescentes reunidos por la música, pasión y refugio del violento mundo que los rodea.
En seis episodios dirigidos por Ana Katz y el uruguayo Pablo Stoll los años 90 de los protagonistas se presentan al mismo tiempo como particulares y universales. La experiencia de tener 13 años en la Bogotá de 1993, donde el reino de terror de Pablo Escobar y los cortes de luz programados eran parte de la vida cotidiana, es singular a la vida de Simón Cuervo (Jerónimo Aguilar) y sus amigos.
Entre todas las marcas de época reconocibles para todo el mundo y la excepcionalidad de las vivencias de ese chico que apenas está aprendiendo a dar los primeros pasos de la rebeldía cuando la tragedia de su país se le vuelve herida íntima, es dónde la serie encuentra parte de su identidad. En el equilibrio entre la identificación reservada para los espectadores colombianos -o quienes conozcan de cerca la vida de ese país durante los años 90- y aquella que incluye a los espectadores de cualquier parte del mundo residen los aciertos y debilidades del programa.
Con un notable trabajo de ambientación y diseño de producción, lo que más se destaca del programa es la labor de realización de Katz (dirigió dos episodios) y Stoll (dirigió el resto de los capítulos) que con su mirada de “extranjeros” logran ir más allá del puntilloso detalle del guion. Cuando la serie se empecina en su localismo deja afuera a muchos espectadores, pero cuando se concentra en contar la historia de Simón y sus amigos y especialmente la de Valeria (Oriana Casas), su compañera en la nueva escuela, el relato gana espesor dramático y sobre todo permite que sus personajes existan más allá del contexto histórico.
No se trata de que la ficción pierda identidad ni reniegue de ella, sino de no caer en hermetismos que limiten el alcance de sus personajes sólidamente construidos y muy bien interpretados por el joven elenco, cuya naturalidad se choca a veces con cierta tendencia a la caricatura reservada a los adultos. Se entiende: el punto de vista siempre es el de los adolescentes, pero aun así los estereotipos juegan en contra de una historia que brilla cuando se enfoca en la juventud, divino tesoro y pesado martirio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.