¿QUÉ VAMOS A VER ?

Arrolladora ficción con Ethan Hawke
The Good Lord Bird.....M. A.
(ee.uu./2020). creadores: Ethan Hawke, Mark Richard. guion: Mark, Richard, Ethan Hawke, Erika L. Johnson, Jeff Augustin, Kristen Saberre, Lauren Signorino, basado en la novela de James Mcbride. elenco: Ethan Hakwe, Joshua Caleb Johnson, Hubert Point-du Jour, Beau Knapp, Ellar Coltrane, Daveed Diggs, Mo Brings Plenty. disponible en: Paramount+.
Como si estuviera rescatando el poder de la tradición oral, un joven llamado Henry (Joshua Caleb Johnson) recuerda su primer encuentro con el abolicionista John Brown (Ethan Hawke) “Mucha gente no ha oído hablar de él, y si han oído algo es solo que lo ahorcaron por traidor, por causar todo tipo de problemas, y provocar la Guerra Civil (...) Yo lo conocí y lo quería mucho, pero el día que lo ahorcaron solo hubo una cosa positiva: por fin pude dejar de ponerme ese vestido”, añade el pequeño, al que Brown confundió con una mujer, y quien nunca quiso contradecirlo.
La ficción de y con Ewan Mcgregor está basada en el libro de James Mcbride sobre la figura de ese hombre que, para muchos, fue un verdadero héroe abolicionista y, para otros, la representación del “salvador blanco”, un hombre muy lejos de poner en marcha misiones altruistas. La miniserie toma su figura logrando lo imposible: eludiendo la solemnidad.
El gag inicial de Henry sobre su peculiar amistad con Brown marca el tono de los siete episodios. En cierta medida, The Good Lord Bird utiliza el humor negro para poder abordar situaciones de una brutalidad insoslayable. La miniserie no esconde la escalada de racismo sino que la mira de frente, con la violencia puesta en primer plano. Los apasionantes monólogos que Hawke verbaliza con magnetismo (esuno de sus mejores trabajos) nunca caen en el trazo grueso que debería tener un discurso “serio”. Por el contrario, las diatribas del hombre se abordan con el justo equilibrio entre el retrato pluridimensional de su figura y lo hilarante de su histrionismo.
“Todo esto es verdad, la mayor parte ocurrió”, la leyenda con la que abre cada episodio es otra muestra de esa necesidad de contar una historia faltándole un poco el respeto, despegándose de la estructura obsoleta de ciertas biopics para evidenciar que una obra puede moverse dentro de varios géneros considerados menores, y aún así reflejar una cruzada a todas luces dramática con un ritmo avasallante.
Por lo tanto, cuando emergen de su relato figuras como la activista Harriet Tubman, la razón de esa intensidad está implícita: no hay manera de amortiguar el impacto de los hechos. La miniserie no nos conecta con ese pasado (al que todavía se le da pelea) por las vías tradicionales, pero su objetivo lo cumple de igual modo. En esa reversión reside su excepcionalidad, en ambas acepciones del término.


Visión de los horrores de la guerra
Cherry
M. S

(ee. uu./2021). dirección: Anthony y Joe Russo. guión: Angela Russo- Otstot y Jessica Goldberg, sobre la base de una novela de Nico Walker. fotografía: Newton Thomas Sigel. música: Henry Jackson. edición: Jeff Groth. elenco: Tom Holland, Ciara Bravo, Jack Reynor, Michael Rispoli, Jeff Wahlberg, Forrest goodluck. duración: 142minutos. disponible en: Apple TV+.
Cuesta mucho encontrar algo que esté bien en Cherry. Esa búsqueda resulta más difícil que los intentos de su protagonista por escapar a las tremendas consecuencias del cuadro de estrés postraumático que deriva de su participación, en la primera línea de batalla, en los conflictos bélicos que libran las fuerzas estadounidenses en Irak y Afganistán.
El personaje responde solamente al simpático apodo que le da nombre al film. Sus peripecias tienen como origen una novela en la que su autor, Nico Walker, juega con mucha libertad con los recuerdos autobiográficos, adaptada al cine por los Russo. Angela escribió el guión y Anthony y Joe (los directores de Avengers: Endgame) se ocuparon de producirla y dirigirla con un despliegue de clisés, lugares comunes y obviedades tan grande como los recursos a su disposición.
A la cabeza de ese listado de estereotipos aparece Tom Holland. Alguien debe haber convencido al joven y talentoso Hombre Araña de estos tiempos que para “recibirse” de actor hay que mimetizarse con cualquier personaje que lleva las cosas al límite. Holland es muy aplicado: bajó muchísimo de peso y cambió la inocencia de sus aventuras en Marvel por un rictus alienado. Así lo vemos robando bancos e inyectándose casi en primer plano drogas duras. En su afán por entregar una actuación “profunda y comprometida” de máximo realismo, Holland consigue todo lo contrario: su interpretación es puro artificio.
Lo mismo ocurre con todas las cosas que le pasan: su etapa de estudiante, su decisión de alistarse en el ejército porque la chica que le gusta lo rechaza, su comportamiento en el frente de combate, el viaje al infierno en que se transforma su vuelta. Los Russo llevan al personaje de Holland en cada paso a la cumbre del lugar común y de lo incomprensible. Lo mismo pasa con el resto del elenco, aprisionado en una trama confusa y antojadiza que llega al extremo en el diseño de las secuencias de guerra, cuyo sentido (si es que lo tiene) queda completamente tapado por el ruido de los bombardeos.
Allí queda a la vista el modo en que los Russo subestiman la inteligencia del espectador con una declaración política tan pueril y explícita. Casi a los gritos, nos dicen que todo el que participe de una guerra sufrirá irreversibles trastornos mentales que lo llevarán al delito y a las adicciones. Oliver Stone y Danny Boyle hicieron lo mismo en el pasado con mucha más sinceridad y más economía.

Luces y sombras en la Berlín de los años 20
Babylon Berlín
N. T.

(alemania/2017). creadores: Henk Handloegten, Tom Tykwer, Achim von Borries. elenco: Volker Bruch, Liv Lisa Fries, Misel Maticevic, Peter Kurth, Severija Janusauskaite, Ivan Shvedoff. disponible en: europa europa yen Flow, al día siguiente de su emisión.
El argumento monetario para defender los valores de una obra artística suele utilizarse cuando los méritos del contenido en cuestión palidecen frente al presupuesto invertido en su realización. Que una película o en este caso, una serie, sean publicitadas como “las más caras de la historia” de su país puede funcionar más como una advertencia de sus escasos méritos creativos que como un reconocimiento de sus aciertos. Sin embargo, Babylon Berlín rompe con ese molde. La serie alemana, además de tener un presupuesto enorme, es también un notable programa que reconstruye la ciudad a fines de los años 20 a través de un relato policial que deviene intriga política.
La historia transcurre en el período de entreguerras, cuando el pueblo alemán apenas sobrevivía a las consecuencias sociales y económicas de la derrota en la Primera Guerra Mundial. En la empobrecida y cosmopolita capital, la miseria comparte espacio con las conspiraciones en contra de la República de Weimar, el régimen político que sería reemplazado por el nacionalsocialismo de 1933, y la lucha de clases involucra a exiliados soviéticos en busca de un cambio. A ese polvorín llega el inspector Gereon Rath (Volker Bruch), veterano de la guerra con un severo estrés postraumático, que llega desde Colonia con una misión que no revela a su superior, un detective curtido que esconde sus propios secretos.
En medio de una investigación que lo acerca al mundo de la pornografía, Rath conoce a la otra protagonista de la historia, la joven Lotte (Liv Lisa Fries) que encarna los extremos de los locos años veinte berlineses. Pobre, inteligente, bella y llena de recursos, la chica malvive con su familia, a la que mantiene con trabajos esporádicos como secretaria en el cuartel policial y prostituyéndose en el cabaret propiedad de uno de los villanos de la serie. Allí, en el bar art decó transcurren algunas de las escenas de mayor despliegue de producción del relato, que incluyen pasajes musicales de una cualidad onírica fascinante.
La prodigiosa reconstrucción de época y los guiones logran enlazar las historias personales con la historia con mayúsculas sin perder intensidad recurriendo a excesivas explicaciones. Para eso, ayuda mucho la puesta en escena y dirección que en la primera temporada (ya hay dos más listas y una cuarta anunciada) estuvo a cargo de sus tres creadores, responsables de una serie que, entre sus muchos méritos, exige toda la atención del espectador que si logra dársela se encontrará con una de las mejores ficciones televisivas de los últimos años.

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