El gran acertijo: Google propone descifrar los khipus, el código secreto de los incas
Una muestra virtual invita a profundizar en el sistema de escritura tridimensional que tuvo un rol clave en la expansión del imperio más extenso de la América precolombina
C. CH.
Los khipus sirvieron como dispositivo de registro en los Andes durante más de un milenio, desde la época del Imperio Wari. Los incas adaptaron y modificaron el sistema para fines administrativos
Con la misión de entregar mensajes secretos, hace más de cinco siglos, los chasquis corrían durante quilómetros por intrincados caminos de montaña. La información numérica y narrativa estaba “encriptada” en khipus, misteriosos nudos realizados sobre coloridas cuerdas de algodón, fibras animales y cabello humano que conformaron el sistema contable de la antigua civilización Inca, y que habrían funcionado también como un código de escritura tridimensional para transmitir biografías, historias, cuentos y poemas.
Contribuir a descifrar ese enigmático “lenguaje de nudos” del imperio más extenso de la América precolombina es lo que se propone Guardianes de los Khipus, una exhaustiva exposición virtual dedicada al tema lanzada hoy por Google Arts & Culture y el Museo de Arte de Lima (MALI). Al ingresar en forma gratuita en el sitio g.co/khipus, el usuario puede acceder a más de 150 recursos gráficos e interactivos en inglés y castellano que incluyen imágenes en alta resolución, videos y un tour en 360° por Khipus. Nuestra historia en nudos, muestra alojada actualmente en el MALI. “Esta exhibición demuestra el papel fundamental de los khipus en la expansión del Imperio Inca -dice su curadora, Cecilia Pardo- y su supervivencia en los períodos siguientes hasta la actualidad”.
De esta manera no solo se facilita el aprendizaje para los interesados en explorar este gran acertijo sino que se garantiza además, mediante la digitalización, la preservación de estas piezas para su estudio por parte de científicos, investigadores e historiadores. “Esta muestra es muy importante desde el punto de vista educativo, ya que la gente de todo el mundo va a poder acceder a los khipus como nunca antes, incluso desde el celular”, explicó Chance Coughenour, jefe de Preservación de Google Arts & Culture, en una conferencia virtual ante más de cuarenta personas de distintos países.
Los nudos realizados sobre coloridas cuerdas de algodón, fibras animales, plantas, plumas o cabello humano conformaron el sistema contable de la antigua civilización Inca, y se supone funcionaron también como un código de escritura
En la actualidad, según este arqueólogo experto en sociedades precolombinas, se conservan aproximadamente 1400 khipus en colecciones públicas y privadas de más de 140 instituciones de América y Europa; 85% de ellos contienen nudos que representan números, y se cree que los del 15% restante conforman un sistema de escritura centenario y aún secreto.
El sistema de comunicación de los incas se basa en tres tipos de nudos –“quipus”, en quechua-: simples, largos y en forma de ocho
“Los khipus se siguen utilizando pero no mantienen el significado original” observó durante el encuentro virtual con la prensa Pilar Ríos, jefa de colecciones del MALI. Según ella, al integrar en una plataforma los khipus procedentes de diferentes colecciones -como la Temple Radicati, a la que se dedica una sección especial-, la colaboración con Google permite “ampliar el acceso a nuestro patrimonio y presentar a la comunidad los avances que se han realizado en el desciframiento de este sistema de codificación”.
Así, de forma ágil y didáctica, se aprende por ejemplo que el código de los incas se basa en tres tipos de nudos –“quipus”, en quechua-: simples, largos y en forma de ocho. Los colores y tonos de las cuerdas, así como la distancia entre los nudos, tienen sus propios significados, y una cuerda sin nudos representa el número cero.
Khipu del valle Santa
“Los khipus sirvieron como dispositivo de registro en los Andes durante más de un milenio, desde la época del Imperio Wari (600-1100 d.C.) hasta el siglo XX”, explica en el sitio la antropóloga Sabine Hyland, y observa que a lo largo de esa historia “han cambiado de forma y propósito”. Por su parte, el investigador Manny Medrano confirma que “los incas adaptaron y modificaron el sistema para sus propios fines administrativos” y agrega que las comunidades andinas los siguieron utilizando “durante los períodos colonial y republicano, en una amplia gama de contextos económicos, legales y eclesiásticos”.
Khipu hallado en Armatambo, en el valle Rímac
Entre sus múltiples usos, los khipus ancestrales también sirvieron como fuente de inspiración artística. En ellos se basa por ejemplo gran parte de la obra del artista peruano Jorge Eduardo Eielson (1924-2006), representada en el Malba, museo que le dedica además un capítulo del archivo virtual de performance La historia como rumor. Los testimonios allí reunidos por Gabriela Rangel, ex directora artística del Malba, y Sharon Lerner, curadora del MALI, revelan pliegues de un artista polifacético que vinculó los nudos con conceptos centrales del budismo como la unión universal, la trascendencia y la liberación.
Detalle de Quipus 33 T1 (1966), de Jorge Eduardo Eielson. Colección Eduardo F. Costantini, en comodato en Malba
“Al ayudar con la digitalización y la preservación online de este patrimonio cultural, podemos apoyar a los expertos en sus esfuerzos de decodificación”, dijó Coughenour. Mientras que Edgardo Frías, director general de Google Perú, coincidió en que “la digitalización de estas misteriosas cuerdas anudadas marca el punto de partida de un viaje que apenas está comenzando”.
Los khipus sirvieron como dispositivo de registro en los Andes durante más de un milenio, desde la época del Imperio Wari. Los incas adaptaron y modificaron el sistema para fines administrativos
Con la misión de entregar mensajes secretos, hace más de cinco siglos, los chasquis corrían durante quilómetros por intrincados caminos de montaña. La información numérica y narrativa estaba “encriptada” en khipus, misteriosos nudos realizados sobre coloridas cuerdas de algodón, fibras animales y cabello humano que conformaron el sistema contable de la antigua civilización Inca, y que habrían funcionado también como un código de escritura tridimensional para transmitir biografías, historias, cuentos y poemas.
Contribuir a descifrar ese enigmático “lenguaje de nudos” del imperio más extenso de la América precolombina es lo que se propone Guardianes de los Khipus, una exhaustiva exposición virtual dedicada al tema lanzada hoy por Google Arts & Culture y el Museo de Arte de Lima (MALI). Al ingresar en forma gratuita en el sitio g.co/khipus, el usuario puede acceder a más de 150 recursos gráficos e interactivos en inglés y castellano que incluyen imágenes en alta resolución, videos y un tour en 360° por Khipus. Nuestra historia en nudos, muestra alojada actualmente en el MALI. “Esta exhibición demuestra el papel fundamental de los khipus en la expansión del Imperio Inca -dice su curadora, Cecilia Pardo- y su supervivencia en los períodos siguientes hasta la actualidad”.
De esta manera no solo se facilita el aprendizaje para los interesados en explorar este gran acertijo sino que se garantiza además, mediante la digitalización, la preservación de estas piezas para su estudio por parte de científicos, investigadores e historiadores. “Esta muestra es muy importante desde el punto de vista educativo, ya que la gente de todo el mundo va a poder acceder a los khipus como nunca antes, incluso desde el celular”, explicó Chance Coughenour, jefe de Preservación de Google Arts & Culture, en una conferencia virtual ante más de cuarenta personas de distintos países.
Los nudos realizados sobre coloridas cuerdas de algodón, fibras animales, plantas, plumas o cabello humano conformaron el sistema contable de la antigua civilización Inca, y se supone funcionaron también como un código de escritura
En la actualidad, según este arqueólogo experto en sociedades precolombinas, se conservan aproximadamente 1400 khipus en colecciones públicas y privadas de más de 140 instituciones de América y Europa; 85% de ellos contienen nudos que representan números, y se cree que los del 15% restante conforman un sistema de escritura centenario y aún secreto.
El sistema de comunicación de los incas se basa en tres tipos de nudos –“quipus”, en quechua-: simples, largos y en forma de ocho
“Los khipus se siguen utilizando pero no mantienen el significado original” observó durante el encuentro virtual con la prensa Pilar Ríos, jefa de colecciones del MALI. Según ella, al integrar en una plataforma los khipus procedentes de diferentes colecciones -como la Temple Radicati, a la que se dedica una sección especial-, la colaboración con Google permite “ampliar el acceso a nuestro patrimonio y presentar a la comunidad los avances que se han realizado en el desciframiento de este sistema de codificación”.
Así, de forma ágil y didáctica, se aprende por ejemplo que el código de los incas se basa en tres tipos de nudos –“quipus”, en quechua-: simples, largos y en forma de ocho. Los colores y tonos de las cuerdas, así como la distancia entre los nudos, tienen sus propios significados, y una cuerda sin nudos representa el número cero.
Khipu del valle Santa
“Los khipus sirvieron como dispositivo de registro en los Andes durante más de un milenio, desde la época del Imperio Wari (600-1100 d.C.) hasta el siglo XX”, explica en el sitio la antropóloga Sabine Hyland, y observa que a lo largo de esa historia “han cambiado de forma y propósito”. Por su parte, el investigador Manny Medrano confirma que “los incas adaptaron y modificaron el sistema para sus propios fines administrativos” y agrega que las comunidades andinas los siguieron utilizando “durante los períodos colonial y republicano, en una amplia gama de contextos económicos, legales y eclesiásticos”.
Khipu hallado en Armatambo, en el valle Rímac
Entre sus múltiples usos, los khipus ancestrales también sirvieron como fuente de inspiración artística. En ellos se basa por ejemplo gran parte de la obra del artista peruano Jorge Eduardo Eielson (1924-2006), representada en el Malba, museo que le dedica además un capítulo del archivo virtual de performance La historia como rumor. Los testimonios allí reunidos por Gabriela Rangel, ex directora artística del Malba, y Sharon Lerner, curadora del MALI, revelan pliegues de un artista polifacético que vinculó los nudos con conceptos centrales del budismo como la unión universal, la trascendencia y la liberación.
Detalle de Quipus 33 T1 (1966), de Jorge Eduardo Eielson. Colección Eduardo F. Costantini, en comodato en Malba
“Al ayudar con la digitalización y la preservación online de este patrimonio cultural, podemos apoyar a los expertos en sus esfuerzos de decodificación”, dijó Coughenour. Mientras que Edgardo Frías, director general de Google Perú, coincidió en que “la digitalización de estas misteriosas cuerdas anudadas marca el punto de partida de un viaje que apenas está comenzando”.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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