martes, 6 de julio de 2021

LOS ESTRENOS


Nadie, el retrato de un hombre con una vida anodina devenido en impensable vengador anónimo
Bob Odenkirk se pone en la piel de un antihéroe que parece hecho a su medida
P. V. P. 

Nadie, el retrato de un hombre con una vida anodina devenido en impensable vengador anónimo

Nadie (Nobody, Estados Unidos, 2021). Dirección: Ilya Naishuller. Guion: Derek Kolstad. Fotografía: Pawel Pogorzelski. Montaje: Evan Schiff, William Yeh. Elenco: Bob Odenkirk, Connie Nielsen, Christopher Lloyd, Aleksey Serebryakov, Michael Ironside, Colin Salmon. Duración: 92 minutos. Distribuidora: UIP. Estreno: en salas. 

Hutch Mansell (Bob Odenkirk) es un hombre común, un don nadie. Alguien que renuncia a dejarse llevar por la ira y pegarle un palazo a un par de delincuentes que se meten en su casa a robar. Alguien no parece haber sido un verdadero soldado sino apenas un burócrata de escritorio. Alguien que rechaza una pistola automática para defender su hogar. Alguien que viaja cada día en colectivo, que cumple su rutina laboral en la fábrica de su suegro, que se lleva el café en el vaso térmico, que sale a la calle unos segundos después de que pasó el camión de basura.
Así presenta Ilya Naishuller a su antihéroe, prisionero de esa vida anodina que parece repetirse con la precisión del reloj que lleva en su muñeca izquierda. Y en esos detalles se encuentra el placer de su película, en esa construcción pausada de un universo que luego resulta ser otra cosa, en la expresión agobiada del genial Odenkirk que se revela como el actor perfecto para una renacida fama como un impensable vengador anónimo.
Más allá de las obvias referencias al universo de John Wick –de donde proviene el guionista Derek Kolstad-, a los vigilantes de Liam Neeson, a la tradición del Harry Callahan de Clint Eastwood en la saga de Don Siegel, lo que proponen Naishuller y Oderkirk es la lúdica exploración de ese arquetipo, desde el uso irónico de la música, el juego con los ralentis, los actores fetiche –Christopher Lloyd, Michael Ironside-, hasta las coreografías violentas que consiguen arribar a la abstracción con el mismo ritmo de la danza.
Una serie de miradas devuelven a Hutch los retazos de su identidad. La de su esposa, aburrida, obturada por un almohadón en la cama matrimonial; la de su hijo, que espera la imagen del macho alfa que representa su tío materno, un verdadero soldado de la guerra; la de su vecino, con el Challenger del 72 estacionado frente a su garaje como prueba de que los muertos solo valen por lo que dejan. Hutch desmonta ese pretendido conformismo de hombre común que parece definirlo para escarbar detrás, para ver el reverso de la imagen que el espejo le ofrece día a día. Y ahí Naishuller juega su mejor carta al usar las escenas bisagras de su historia –la del colectivo, la de la lucha en su casa, la del final en la fábrica- como progresiva revelación de la madera de su personaje, de las ambiciones de su puesta en escena y, al fin y al cabo, de cómo puede subvertir esa consciencia del género desde su mismo interior. Después de todo, ¿quién esperaba algo de un don nadie?

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Los Croods 2: una nueva era: una vertiginosa apuesta que anima a aceptar las diversidades y las diferencias
Bajo el mando del debutante Joel Crawford, esta simpática familia de cavernícolas está de regreso con una interesante nueva aventura
D. B. 
Los Croods 2: una nueva era: una vertiginosa apuesta que anima a aceptar las diversidades y las diferencias

Los Croods 2: Una nueva era (The Croods: A New Age, Estados Unidos/2020). Dirección: Joel Crawford. Guion: Kevin Hageman, Dan Hageman, Paul Fisher y Bob Logan. Edición: James Ryan. Música: Mark Mothersbaugh. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 95 minutos. Calificación: Apta para todo público. EN SALAS 

En 2013 se estrenó Los Croods, producción de DreamWorks Animation sobre las desventuras de una familia prehistórica. Los buenos resultados de taquilla (587 millones de dólares de recaudación solo en cines) y el furor del streaming “obligaron” a que, ocho años después, estos simpáticos cavernícolas regresaran con una película más vertiginosa e incluso con mayor sentido alegórico que la original.

El debutante Joel Crawford (su único antecedente era el cortometraje Trolls Holiday) reemplazó en la dirección a la dupla integrada por Kirk DeMicco y Chris Sanders para un film que encuentra a Guy ya adolescente y enamorado de Eep para desesperación del patriarca Grug, que no soporta que su hija no tenga ojos, cabeza ni tiempo más que para su novio. Luego de una larga travesía, los Croods -dignos herederos de Los Picapiedra- arriban a una suerte de paraíso terrenal donde se encuentran con Hope y Phil, un matrimonio mucho más “evolucionado” y neurótico, que vive con la joven Dawn. En un principio todo es armonía (los Betterman conocen a Guy porque eran los mejores amigos de sus padres), pero pronto saldrán a relucir las profundas diferencias socioculturales, las incompatibilidades y el miedo a lo distinto.
Los Betterman han construido un muro (¿les suena?) para que su hija Dawn no se enfrente a los (supuestos) peligros del mundo exterior y, así, entre peligrosas aventuras donde se hace gala de una animación por momentos prodigiosa y constantes anacronismos (incluidas canciones como “True”, de Spandau Ballet, o “I Think I Love You”, interpretada por The Patridge Family), se va construyendo una historia con moraleja políticamente correcta que cuestiona ciertos aspectos del progreso y apuesta por aceptar las diversidades y las diferencias.
Es muy poco probable que en el contexto actual Los Croods 2 tenga alguna función subtitulada, pero si ocurriera el milagro en alguna aislada proyección nocturna (es una decisión exclusiva de los responsables de programar cada una de las cadenas) cabe acotar (y recomendar) que las voces originales de los personajes estuvieron a cargo de Nicolas Cage, Emma Stone, Ryan Reynolds, Catherine Keener, Cloris Leachman, Clark Duke, Leslie Mann, Peter Dinklage y Kelly Marie Tran. Un auténtico dream team... vocal.

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Terror con demasiados clichés
la funeraria
A. L.


(argentina/2020). dirección y
Guion: Mauroivánojeda.fotografía: Lucas Timerman. edición: Lionel Cornistein. elenco: Luis Machín, Celeste Gerez, Camila Vaccarini, Susana Varela, Hugo Arana. duración: 86 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años. estreno: en salas

Para un género tan codificado –y con cultores que suelen celebrar la repetición de fórmulas y la confirmación de expectativas previas–, la originalidad es un desafío. Proponer un punto de vista distinto, sumar profundidad en términos de contenido político o filosófico, alterar las normativas en términos de puesta en escena, en definitiva darle espesor a un tipo de films que muchas veces son pura superficie debería ser una aspiración palpable. En los últimos años, el caso de Jordan Peele (el director de ¡Huye!) es uno de los más meritorios en ese sentido. Pero el éxito de taquilla por lo general responde al canon más generalizado, y La funeraria, debut en la dirección de Mauro Iván Ojeda, no tiene la pretensión de desmarcarse de la regla.
Excesivamente atada al catálogo de premisas muy conocido –un opresivo microuniverso familiar, espíritus peligrosos que acechan, una médium superada por las circunstancias y algunos scare jumps de manual–, la película se va tornando más previsible e incluso más dispersa en términos argumentales a medida que avanza, descolocando incluso al propio reparto, aun cuando cuenta con un actor de los quilates de Luis Machín.
Las referencias no son necesariamente un problema –aquí el cine de James Wan motiva varias evidentes–, pero siempre es valioso usarlas como apunte elegante o disparador de nuevas ideas, algo que al cine de terror argentino por momentos parece costarle demasiado.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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