lunes, 12 de julio de 2021

SE HA CONVERTIDO EN PESADILLA KKKK


El país que soñamos
Beby Lacroze
Presidente de Asociación Conciencia


Esta semana se cumplen 205 años de la independencia de nuestro país, momento en el que un grupo de ciudadanos, abrazando los valores de la libertad y la soberanía, tuvieron el coraje y la grandeza necesarios para construir los consensos que dieron lugar a uno de los hitos más importantes de nuestra historia. Lo hicieron porque fueron capaces de fijar un objetivo claro: el bien común. Esos próceres cuyos cuadros recorren edificios históricos y cuyos nombres y apellidos lucen en muchas de las calles que recorremos día tras día eran personas de carne y hueso, con sus luces y sus sombras, que, siendo capaces de comprender la urgencia del contexto histórico que les tocaba vivir, actuaron en consecuencia.
Como quien olvida su historia está condenado a repetirla, fechas como esta siempre son un buen momento para que continuemos reflexionando acerca de: ¿qué país queremos?, ¿cuál es nuestra mirada de futuro?, ¿cuáles son los problemas de fondo que no podemos seguir postergando? Como ciudadanos es fundamental marcar un norte sobre qué esperamos de toda nuestra dirigencia política, y por sobre todas las cosas qué podemos hacer desde la ciudadanía para lograr aquello a lo que aspiramos.
El desafío es, precisamente, tener una mirada crítica para construir a partir de ella. Lo que está en juego es ni más ni menos que el valor que tienen para nosotros la libertad, la independencia y la democracia. Siendo así, ¿seremos capaces de leer que este también es un momento histórico que requiere de nuestro mayor esfuerzo y coraje?
Asociación Conciencia nació hace 38 años con el regreso de la democracia a nuestro país, con la clara intención de defender los valores republicanos y democráticos y fomentar la participación ciudadana. En la labor cotidiana, a través de los programas que implementamos, buscamos llevar a la reflexión los interrogantes referidos que por momentos parecen inalcanzables pero que, en realidad, forman parte intrínseca de nuestra vida y acciones diarias.
A partir de estos intercambios, vemos con preocupación algunas situaciones, posiciones y discursos que bajo el manto de la “necesidad de cambio” terminan siendo acciones que van en contra del sistema republicano y federal de gobierno reconocido en el primer artículo de la Constitución Nacional. Las principales acciones, entre otras, incluyen la ley pandemia y las reformas tanto del Ministerio Público Fiscal como de la Justicia Federal. Modificaciones que, por un lado, son neurálgicas en el funcionamiento del sistema republicano y, por el otro, afectan derechos humanos fundamentales de la ciudadanía y requieren de consensos amplios de los sectores públicos, privados, y por sobre todas las cosas, de la sociedad civil.
Hoy esos consensos no están dados, el diálogo es inexistente, y la disidencia es vista como enemistad. Es innegable que las reformas son necesarias, pero justamente lo son aquellas que lejos de querer centralizar el poder lo continúen democratizando, pues ese fue el espíritu de la reforma constitucional en 1994. En línea con eso, advertimos sobre la necesidad de generar nuevos mecanismos que garanticen el ejercicio de la democracia a partir de los aprendizajes que nos ha dejado transitar 15 meses de situación excepcional como lo es la pandemia derivada del Covid-19. Vemos con preocupación la administración permanente de la pandemia a través de decretos de necesidad y urgencia. Una democracia robusta, federal, de consensos, de diálogo intersectorial constante y de respeto a la independencia y el ejercicio de los tres poderes es lo que nos garantizará un porvenir en el que las crisis se vuelvan oportunidades para crecer, y donde la igualdad deje de ser una utopía en nuestro país.
Frente a ello, como ciudadanos y sociedad hemos aprendido nuevas formas de vincularnos, de resolver problemas desconocidos, de organizarnos. Aprendimos que las mejores respuestas se encuentran de manera colaborativa. Considerando que el futuro no va a ser aquel que imaginamos previo a la pandemia, y que un nuevo mundo nos espera, debemos hacer foco hoy en políticas públicas de largo plazo que busquen resolver los problemas de fondo. Muchas veces en nuestra historia hemos sido testigos de la fuerza que tienen las personas cuando se juntan para defender una causa, ya sea de manera orgánica o espontánea, y es justamente eso, participación, lo que el mundo actual demanda.
Entre todos debemos elegir priorizar el bien común, tender puentes, debatir, advertir la necesidad que tenemos de acercar posiciones y analizar todas las alternativas que se presentan. Solo desde el reconocimiento de las diferencias y la construcción de consensos que respeten nuestro sistema federal y republicano podremos construir respuestas que se encuentren a la altura de un nuevo hito en la historia.
Necesitamos de una clase dirigente que pueda empatizar con este enorme desafío que tenemos por delante, que sea transparente y proactiva, que esté dispuesta a construir y dialogar con quienes opinan igual y con los que no, que en definitiva sea capaz de escucharnos a todos los sectores de la sociedad. A 205 años de aquel 9 de julio en que la independencia y la libertad fueron las elegidas como cimientos para la construcción de nuestra nación, creemos fundamental reivindicar esos estandartes para marcar un camino donde el único destino posible sea el país que soñamos.

 http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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