La pobreza aumentó al 39,2% y ya afecta a más de 18 millones de argentinos
El flagelo creció 2,7 puntos en el segundo semestre de 2022; la clave fue la inflación
Francisco JueguenEn el cuarto trimestre, la pobreza ya superó el 40% y se convierte en un piso para este año
Por la elevada inflación, la pobreza creció en 2022 y lo seguirá haciendo este año. El Indec informó ayer que la pobreza alcanzó al 39,2% de los argentinos en el segundo semestre del año pasado, un aumento de 1,9 puntos respecto del mismo período de 2021 y de 2,7 puntos sobre el primer semestre de 2022. Los datos del Indec proyectados a la población total del país indican que el flagelo golpea a unos 18,1 millones de personas, más de un millón más que en la medición anterior. En tanto, la indigencia, que afecta a aquellas personas que no llegan a cubrir una canasta alimentaria básica, se mantuvo estable en el 8,1% por los planes sociales: alcanza a casi 3,8 millones de personas.
El dato más dramático es que entre los niños de hasta 14 años la pobreza subió más de tres puntos, a 54,2%, y afecta a 6 millones.
Los expertos anticipan que en el cuarto trimestre de 2022 la pobreza habría trepado al 40% y que este año podría ser aún más alta.
La pobreza en la Argentina creció en 2022 y seguirá expandiéndose durante este año. Pese al rebote económico y el alza del empleo, la altísima inflación y la licuación de ingresos se convirtieron en una máquina de producir pobres.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec informó que la pobreza fue de 39,2% a fin de 2022. El mismo semestre de 2021 mostraba un número de 37,3%, mientras que el primero de 2022 había sido 36,5%. Si se proyecta a todo el territorio nacional, la cantidad de pobres son 18,1 millones. Se trata de más de un millón de nuevos de pobres. Pero si solo se tomaran los pobres del último trimestre, el cuarto –y no del semestre–, la cifra subiría incluso a 18,7 millones.
La indigencia –los más pobres entre los pobres– fue de 8,1% al cierre del año pasado. Se mantuvo estable por la ayuda social. El mismo semestre de 2021 era de 8,2%, mientras que el primer semestre de 2022 había registrado un 8,8%.
En los primeros seis meses del año pasado, la pobreza entre los más chicos (de 0 a 14 años) había sido de 50,9%. Ese dato se disparó ahora a 54,2%, lo que implica que actualmente la cantidad de niños pobres son unos 6 millones.
La mayor cantidad de pobres se registró en Concordia (55%). Le siguieron Gran Resistencia (54%), Santiago del Estero-La Banda (46,5%) y Gran San Luis y Corrientes (45,2%). Los partidos del GBA reflejaron un 45%. A niveles absolutos, esa región suma la mayor cantidad de pobres medida en los 31 aglomerados que releva el Indec: casi 1,5 millones.
La degradación de la situación social es tal que ninguno de los semestres medidos por el organismo estadístico que dirige Marco Lavagna en tiempos del Frente de Todos superó el cierre de la gestión de Cambiemos en 2019 (35,5%), marcada por dos años de crisis cambiaria y afectación de los ingresos por la alta inflación.
Es preciso tener en cuenta que el gobierno de Fernández sí sufrió los efectos de la pandemia y la extendida cuarentena dispuesta por su gestión. De hecho, el número que se difundió ayer comienza a acercarse a los vividos durante los días de encierro o a los de la salida tras la debacle de dos dígitos que mostró entonces la actividad económica.
Un número esperado
El de ayer fue un número esperado por los especialistas, ya que, a mediados del año pasado, la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía y el breve paréntesis de Silvina Batakis a cargo generaron una fuerte incertidumbre recargada por la elevada inestabilidad política dentro del Frente de Todos y los impactos de la guerra en Europa del Este. El salto del dólar entonces por la incertidumbre recalentó la inflación; los alimentos subieron, en parte, por la guerra y también por la inercia y las dudas locales. El incremento de precios terminó siendo de 94,8% el año pasado y siguió acelerándose.
Desde septiembre del año pasado, las canastas básica total (CBT) y alimentaria (CBA) –los pisos de la pobreza e indigencia, respectivamente– crecen por encima del índice de precios al consumidor (IPC), lo que –explican los analistas en la materia– empuja el índice de pobreza hacia arriba. De hecho, tanto la CBT como la CBA llegaron un mes antes que el IPC a un aumento interanual de tres dígitos. En la medición de febrero, las canastas terminaron tocando el 111,3% y 115,1% anual.
En diciembre pasado, con los datos de distribución del ingreso del tercer trimestre de 2022, se pudo establecer que los ingresos de los asalariados del estrato más bajo de la población habían perdido 6,97% ese año. Entre fines de 2017 y 2022, la caída de esos ingresos fue de 28,79%. El total de los asalariados perdió 7,7% el año pasado y 25% en los últimos cinco años. Conclusión: todos perdieron con la inflación, pero mucho más los más pobres.
En ese contexto, en el Gobierno salieron a celebrar la semana pasada la baja de la desocupación al 6,3% a fines de 2022 (desde el 7% de un año antes). Sin embargo, gracias a los precios descontrolados, se termina dando una paradoja: crece el empleo, pero también la pobreza. Los especialistas afirman que los trabajos que más se expandieron son los precarios. En ese sentido, sigue en plena expansión por la Argentina la figura del trabajador pobre.
Según datos del Indec, procesados por la consultora ExQuanti, en el tercer trimestre de 2022, el 33,5% de la población pobre tiene un empleo. En el segundo trimestre eran 33%; en el primero, 30,9%. Al cierre del gobierno de Mauricio Macri eran también 30,9%, pero en el mejor momento de Cambiemos, ese guarismo había llegado al 28% (en 2017).
La visión de los expertos
Para los libros, la gestión del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner produjo un nuevo hito en la economía argentina. “Aunque las estadísticas de empleo indican que la desaceleración económica de finales del año pasado no impactó en el mercado laboral del cuarto trimestre, 2022 fue el primer año en este siglo en el que se registró simultáneamente un crecimiento del producto bruto interno per cápita y una suba en la proporción de la población en situación de indigencia y pobreza”, indicó Leopoldo Tornarolli, investigador del Cedlas.
“Este resultado es consecuencia directa de la altísima inflación que sufrió la Argentina durante el año pasado, con valores de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total que crecieron aún por encima de la inflación general. En un contexto como ese, las mayores tasas de empleo y participación laboral de 2022 parecen explicarse por la necesidad de los hogares de enviar nuevos miembros al mercado laboral para conseguir compensar, aunque sea en parte, la caída del poder adquisitivo de los ingresos de aquellos miembros que ya encontraban empleados”, precisó el investigador, que completó su análisis anticipando que –dadas las noticias económicas– “2023 será un año más perdido en la lucha contra la pobreza”.
“Como el valor informado es un promedio de lo que ocurrió en el tercer y cuarto trimestres de 2022, y la pobreza en el tercer trimestre fue de 37,7%, la tasa de pobreza del cuarto trimestre fue de 40,7%, para ser más exactos”, precisó Martín González Rozada, director de la Maestría en Econometría de la Universidad Di Tella. “Esto es preocupante de cara a 2023, porque ya en el primer bimestre del año la CBT aumentó más del 110% y de acuerdo con la información parcial que tenemos, los ingresos totales familiares habrían aumentado por debajo de esa cifra, sugiriendo que el valor de la tasa de pobreza del cuarto trimestre de 2022 sería el piso de la incidencia que observaríamos durante el primer semestre de 2023”, señaló.
“Este es un resultado que se esperaba, porque la línea de pobreza creció entre el primero y el segundo semestre un 45% cuando el salario de los informales creció solo el 25%. Esto implica una caída real en los ingresos laborales de los pobres, que es la informalidad, de 14%”, afirmó el especialista de Idesa Jorge Colina. “La ayuda social no compensa la pérdida real en los ingresos laborales de los pobres, porque la principal fuente de ingreso de los hogares pobres no son los planes asistenciales, son los ingresos de la informalidad”, aclaró el experto.
“Lo peor está por venir en el primer semestre de este año, porque la inflación se está acelerando y los ingresos informales están yendo muy detrás. Encima, la medición de la pobreza del primer trimestre de 2023 estará por encima del 40% y se publicará el 27 de septiembre, unas tres semanas antes de las elecciones”, alertó, en tanto, Colina.
“Los datos no sorprenden. El proceso inflacionario y una caída del nivel de actividad explican el aumento de la pobreza”, estimó Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). “La indigencia no sube más gracias a los planes sociales. Llama la atención que la pobreza no aumentara más. Esto pasó producto de que hubo más trabajos que, aunque precarios, permitieron compensar. Esto ahora parece agotarse. Estamos en un franco ascenso de la pobreza, producto de la estanflación”, cerró
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El pollo subió casi un 40% y le mete presión a la inflación
El incremento se produjo en el último mes tras el impacto de la ola de calor que afectó la oferta de la producción avícola; esperan una estabilización en el precio
Belkis MartínezUna baja en la producción disparó el precio del pollo
Por la intensa ola de calor que se vivió hace unas semanas a lo largo y a lo ancho del país, el precio del pollo aumentó en el último mes en torno de un 40%. El valor por kilo de las industrias a las carnicerías pasó de $355 a $500 más IVA y al consumidor ahora se vende entre los $700 y $2000, según el corte que se lleve el público.
“El calor intenso afectó demasiado a la producción. Esto hizo que las gallinas, sufriendo el calor, pongan menos huevos. A su vez, esos huevos están menos fertilizados. De los huevos incubados, de los que nacen el 82%, con el calor lo hizo un 75%. Ahí ya hay una reducción de oferta importante”, dijo Joaquín de Grazia, vicepresidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). El calor afectó el crecimiento de esos pollitos más de lo previsto, excepto en las granjas de última generación, donde se regulan de una manera más adecuada las altas temperaturas.
El otro factor que se sumó es la cuestión del alimento y el peso del animal. “Un pollo que debiera pesar 2,9 kilos a los 45 días pesa 2,4 kilos. O sea, es una disminución de la oferta muy marcada”, explicó.
Sergio Pedace, carnicero y vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), sostuvo que en diciembre pasado el cajón de pollo fresco de 18 kilos valía $6400 y el congelado, $6300. “Ahora, un cajón vale $12.000 y el carnicero en menos de $800 no va a vender el kilo de pollo. Nosotros lo vamos a poner en $760 a partir de esta tarde [por ayer]”, describió.
La suprema de pollo comenzó a venderse al consumidor entre $1800 y $2000, en tanto, la pata y muslo, en $700 a $800. “Estábamos tratando de no subir los precios, pero el pollo estaba saliendo a $700 al público en las carnicerías; por el precio del cajón [que se disparó] ahora va a ir a los $800”, afirmó.
“La gente viene con la misma plata a comprar lo que puede. Por ejemplo, vienen con $1000 y te dicen dame pollo por $1000 o carne por $1000. Obviamente, con esto baja la venta, porque le das menos kilos por la misma plata”, relató. Contó que desde marzo pasado hasta enero de este año tuvieron más venta de carne bovina, porque el precio estuvo planchado. “Pero ahora, al subir el precio de la carne vacuna y el del pollo, la gente elige comprar la carne”, advirtió.
La estabilización en el precio se podría reflejar a partir de la segunda quincena de abril, según explicó De Grazia. Esto podría suceder por una mayor oferta productiva. No obstante, hay otros factores que afectan el costo de producción de las granjas avícolas, como es el precio del maíz y de la soja. El empresario, además, aclaró que por la gripe aviar solo han sido afectados 600.000 pollos parrilleros sobre un total de 65 millones que se faenan por mes en el país.
“No se le puede asignar a la gripe aviar la baja de la oferta, pero sí el aumento de costos. Por ejemplo, en los dos productos que importa China, que son las garras, que no se consumen en la Argentina, porque, entre otras cosas, no está permitido venderlas como comestible, y segundo, alas, que son un producto que acá no tiene aceptación, pero, por separado, China lo llevaba y a buen precio. Esa combinación de esos dos productos afectó entre un 5% y un 8% el costo del pollo al no poder exportarlos. Todo ese combo hace que haya una menor oferta, por lo tanto, naturalmente hay un mayor precio, pero también un mayor costo”, detalló.
El factor climático, ahora, podría hacer retroceder el precio. “Hoy, con las nuevas temperaturas se está notando el primer efecto. El pollo no está más en 2,4 kilos, puede llegar a faenarse ahora en 2,6 kilos. Naturalmente hay excepciones, pero ya el calor se está yendo y está afectando positivamente al crecimiento del pollo. Puede haber una pequeña suba adicional, pero lo cierto es que va a comenzar a bajar porque va a haber más oferta”, amplió el vicepresidente de CEPA.
Por el efecto de la sequía, la Argentina cuenta con menos oferta de maíz y soja, aunque, explicó De Grazia, está la alternativa de importar desde Brasil o Paraguay, aunque aún es prematuro hablar de los efectos de la falta de materia prima para la cadena.
“Sabemos que nos va a costar mucho llegar hasta la segunda cosecha de maíz, porque las primeras están prácticamente perdidas, pero eso recién se va a ver en mayo o junio”, amplió.
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Renuevan Precios Justos Carne con subas de 3,2%
Los cortes vacunos seguirán siendo los mismos; negocian las frutas y verduras para abril
El programa Precios Justos Carne se renovará a partir del 1° de abril con un aumento del 3,2% en los valores de los siete cortes de consumo masivo que integran la canasta, confirmaron fuentes de la Secretaría de Comercio, mientras que se sigue negociando el conjunto de seis frutas y verduras cuyos precios quedarán congelados durante el mes próximo.
Los cortes de carne de consumo masivo que formarán parte de la continuidad del programa serán nuevamente asado, nalga, matambre, vacío, falda, paleta y tapa de asado, y estarán a la venta en las principales cadenas de supermercados.
La vigencia del programa se extenderá, al menos, hasta el 30 de junio próximo y las piezas tendrán un aumento del 3,2% mensual.
Precios Justos Carne entró en funcionamiento el 17 de febrero pasado, a partir de un acuerdo alcanzado entre la Secretaría de Comercio –que encabeza Matías Tombolini– y representantes del sector ganadero, fundamentalmente las empresas nucleadas en el Consorcio de Exportadores de Carne (ABC).
Además de fijar los precios, el programa ofrece beneficios como reintegros del 10% en las compras en carnicerías y minimercados en los pagos con tarjetas de débito.
El régimen de reintegros a consumidores finales se extiende hasta el 31 de diciembre de este año, e incluye un diferimiento por 90 días en el pago de obligaciones impositivas a los comercios enmarcados en esta actividad, de acuerdo con la resolución general 5330/2023 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
En el marco del lanzamiento de Precios Justos Carne, Tombolini dijo que el programa contempla un “agresivo descuento” en los precios de siete cortes “que en la Argentina representan aproximadamente el 30% de las 182.000 toneladas mensuales que se consumen en el país”.
“Es un acuerdo que atiende básicamente un problema que hemos visto todos en las góndolas en los últimos 30 días, producto de la recuperación de precios, y por eso llegamos a un acuerdo con el sector exportador para evitar abusos en materia de precios”, sostuvo en esa oportunidad el titular de la Secretaría.
En la antesala del anuncio se había conocido el índice de precios al consumidor (IPC) de enero, que dio un promedio de 6%, pero, en particular, el rubro de alimentos y bebidas se movió por encima de este número y cerró en 6,8%, impulsado en parte por las subas que empezaron a tener distintos cortes de carne a fines del primer mes del año, tras meses de moverse por debajo de la variación de los precios en general.
Frutas y verduras
En cuanto a la canasta de frutas y verduras, aún no está definido si continuará con la misma composición en abril debido al factor estacionalidad.
Los productos y precios para marzo eran papa negra a $189 el kilo, tomate redondo ($299), lechuga de estación ($569), manzana royal gala ($399), cebolla ($189) y banana ecuatoriana ($470), y, si es de Bolivia, Paraguay o Brasil, a $360 el kilo.
La oferta de productos está disponible en los supermercados que integran la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) con presencia en el Gran Buenos Aires como Carrefour Argentina, Jumbo, Coto y Día
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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