Soledad Pastorutti. “La gente me abraza como si me conociera de siempre”
Habla de Natural, su nuevo disco, y de la relación que mantiene con su público; la canción “fetiche” de la selección nacional y La peña de Morfi
Texto Pablo Mascareño | Foto Gonzalo ColiniSoledad y la sonrisa que la caracteriza: “Este disco es parte de mi esencia”, asegura
“Este disco es parte de mi esencia y creo que ahora eso se ve más claro”. Soledad Pastorutti recibe a en un apartado de un exclusivo restó de Palermo Chico para pensar en voz alta algunos de los disparadores de Natural, su nuevo álbum, se presentará con una serie de conciertos que se iniciará el 15 y el 16 de julio en el Teatro Coliseo porteño.
La Sole mantiene la misma frescura de sus inicios, cuando, siendo una niña, hizo explotar la Plaza Próspero Molina de Cosquín, en una noche inolvidable del festival folklórico más importante de nuestro país. Fue el 26 de enero de 1996 y tal fue el impacto que causó la jovencita de 15 años, que se consagró como revelación y se llevó el Cosquín de Oro.
Aquella velada era la consecuencia de una vocación férrea. Sí, en la infancia, prematuramente, se puede tener bien clara la vocación y el sueño de un destino imaginado. Y si no, hay que preguntarle a Soledad.
“Después de mis primeros tres discos me embarqué en una búsqueda musical un poco por la necesidad de permanecer y, otro poco, por mi curiosidad y para mostrar algo más amplio. Hoy, la sensación que tengo es que no quiero demostrar nada. Este nuevo disco es mi expresión más natural de este presente y que me representa mucho más a nivel estético, combina a aquella niña agreste, esa esencia está, pero hoy se muestra revolucionada, fortalecida”.
Natural es un material que muestra a Soledad Pastorutti con sonidos estilizados, pero, a la vez, con una clara impronta folklórica tradicional. Una Sole en estado puro y atravesada por su madurez y estética actuales.
–Conociste el éxito desde muy pequeña. Entiendo que el miedo a la permanencia no existe, ya que llevás una trayectoria muy sólida y extensa. Sin embargo, ¿hay alguna incertidumbre ante la salida de un nuevo proyecto?
–Los miedos tienen que ver con no poder lograr los objetivos artísticos que uno se pone. Hace rato que estoy buscando un sonido homogéneo en mi música y en mi banda, y creo que este disco es el inicio de un camino más claro. Creo que se trata de una búsqueda de identidad, aunque mi voz es un signo de identidad muy fuerte.
Soledad Pastorutti es de esas artistas que no se duermen en los laureles. Ha probado y desandado caminos, pero siempre hubo un sello propio identitario, tanto en sus grabaciones como en las presentaciones en vivo. Incluso cuando se animó con cierto pop, sonidos melódicos o la canción más romántica. ¿Por qué no se lo iba a permitir? Hoy, la búsqueda parece ser otra. Un regreso a lo más primigenio.
“Mi pretensión con este disco es permanecer en el tiempo musicalmente y no estar sonando en los charts, ni siquiera creo que tengo chances de eso. En los noventa, ‘A don Ata’ sonaba en las FM”. Hoy la apuesta es otra, aunque los millones que la siguen a sol y a sombra seguramente encontrarán en los temas del nuevo material aquello que están buscando. “Es un disco que voy a escuchar dentro de veinte años y me va a gustar”.
–¿Existen canciones de tu repertorio que ya no te gustan o no te representan?
–Por supuesto, hay temas que, después de una temporada, ya no interesan, pero, en los últimos años, eso no me ha sucedido. Lo que pasa es que no somos iguales a lo largo del tiempo, uno va cambiando.
–La industria o el sello ¿te piden determinado tipo de materiales? ¿Existe una exigencia al respecto?
–Definitivamente no. La industria no te dice que hagas tal o cual cosa para llegar al éxito, porque el éxito sigue siendo un misterio y eso es lo bueno, nadie tiene la fórmula. Más allá de todo eso, cuando algo se hace con verdad y le llega a otro, se queda a vivir con ese otro para siempre.
Vaya si la música de La Sole aplicó pregnancia en sus seguidores de Argentina, Latinoamérica, Estados Unidos y algunos mercados de Europa. Y, si bien la artista no deja de lado su mirada romántica a la hora de escoger qué decir y cómo decirlo, también es consciente del lugar que ocupa en el mercado: “Esto es un trabajo que me permite vivir a mí y a toda la gente que está conmigo, entonces, que me vaya bien es necesario para poder reinvertir, dar trabajo y seguir haciendo lo que me gusta, que es subir a un escenario o entrar a un estudio de grabación”.
Tiene muy claro que el arte tiene esa otra cara. Sin embargo, y a pesar de la dinámica del trabajo, siempre fue fiel a sí misma: “Creo que nunca me traicioné y eso es de lo que más me enorgullezco. Siempre fui cabeza dura y, a veces, fui a destiempo y por eso hice cosas que no se entendieron, aunque después, sí”.
–¿A qué te referís?
–Cuando grabé mi primer disco en Miami fui a destiempo, me tocó hacerlo en un momento en que no era normal eso. Hoy lo hace todo el mundo y no pasa nada.
La Sole siempre revolucionó. Lo hizo cuando, a partir de su impulso -y luego acompañada por otros colegas como Luciano Pereyra, Abel Pintos- millones de jóvenes comenzaron a disfrutar del folklore, la “música de viejos” que los empezaba a interpelar antes de tiempo o, mejor dicho, en el tiempo justo. Abrió caminos y le dio a la tradición nativa bríos nuevos y a la música popular una manera de hacer.
Enarboló el poncho y luego lo intercaló con escotes prudentes y sexies. “Fui la primera en muchas cosas, pero hoy me doy cuenta que no estuve tan errada. Me enorgullezco de todo eso y me puedo dar el lujo de hacer un disco que parece que no es de estos tiempos, que es disruptivo en este presente. Lo hice con cariño y certezas, no tengo dudas de este disco, no me importa lo que pase, lo estoy disfrutando yo”.
Realidades
“Los paisajes” es un punto alto del disco, en el que está acompañada por Nico Mebriani: “Es un gran payador joven, que hace una música medio olvidada, pero, para mí, es el freestyler del folklore”.
–“Los paisajes” es un tema de una profunda filosofía.
–Son cosas que repetimos todos los días, como un cantito, de memoria, pero, lamentablemente, no están ocurriendo. Siento que vivimos en una sociedad que defiende muchas cosas desde la palabra, pero, desde los hechos, cuesta horrores. Tenemos gente cada vez más triste, incluso gente joven que tiene todo un futuro por delante y a la que siento desilusionada y desganada, por eso quiero que mi mensaje les llegue a ellos desde un lugar más esperanzador. En primer lugar, porque yo lo viví, fui una nena que nació en el interior y que, si rebobinamos mi película, ni vos, ni yo, ni nadie hubiera apostado nada por todo lo que pasó después. Por eso quiero ser, de alguna manera, ese ejemplo de ‘se puede’, y siendo fiel a uno mismo. A veces, hay gente que lo tiene todo y no es feliz, pero en esta canción hablo de cosas esenciales tan necesarias.
–La vivienda es una de ellas.
–Techo, trabajo, comida y todo eso ganado con las propias manos, porque eso nos da la libertad de no deberle nada a nadie.
–Y la dignidad.
–Es la dignidad.
–Recorrés el país permanentemente. ¿La gente te acerca pedidos, te cuenta sus problemas?
–Antes me acercaban el problema y ahora vienen en busca del abrazo, lo cual es más preocupante, porque es como que me dijeran “no sé cuál es mi problema, pero estoy mal”.
Te lo digo y me emociono, porque me pasa todo el tiempo, la gente me abraza, me da besos y me agradece cosas que yo no hice por ellos. Hay una gran falta de amor, de cariño…
Soledad se emociona. Las lágrimas comienzan a correr un maquillaje perfecto y sobrio. Hace una pausa. Solo ella sabe cuáles son esos mil y un rostros que llegaron a sus retinas. “Este disco está trabajado en equipo, porque ese contagio que se genera es muy fructífero. Cuando alguien hace algo en pos de un proyecto, por más chiquito que sea, para mí se legitima. A nosotros nos falta legitimar el proyecto de país”.
Dice que la gente le agradece cosas que no hizo por ellos. Sin embargo, es el espejo de tantísimos. De aquellos que, nacidos en pueblos muy pequeños, se espejan en ella, que trascendió desde, y sin olvidar, a su Arequito natal. Y cómo no le van a agradecer sus canciones. “Sí, pero este es mi trabajo, por eso me emociona mucho que la gente vea más allá de eso, que se sienta cerca de la persona que soy”.
Tal es el vínculo de la artista con su público que ella misma se encarga de seguir las historias de algunos de ellos en las redes. “Me abrazan como si nos conociéramos de toda la vida y nos miramos a los ojos, que son el reflejo de todo, de la alegaría y del sufrimiento”.
–Imagino que, de uno y otro lado del sesgo ideológico, te habrán ofrecido formar parte de la política.
–Sí, siempre están ahí dando vueltas.
–Y de ambos lados de la grieta...
–Es que la gente no sabe bien a dónde pertenezco y eso es parte de mi trabajo. En realidad, no pertenezco a ningún partido, pero entiendo que cuando alguien tiene que candidatearse, por una cuestión de orden y de equipo, debe pararse en algún lugar. Es muy difícil arrancar con un partido nuevo de un día para el otro. A veces, la gente no entiende cómo una persona está en un lugar y luego en otro, pero, si se trata de hacer el bien, hay que ir encontrando los espacios y luego demostrar con las acciones.
“La Pastorutti”, como la llamaban en su pueblo, jamás se desarraigó. Allí vive en un predio en las afueras del casco urbano, junto a su marido, Jeremías Audoglio, y sus hijas
Antonia y Regina, que estudian sin moverse del terruño natal. La mayor va al primer año del secundario y la menor cursa la escuela primaria. “Seguir viviendo en Arequito fue una de las mejores decisiones que tomé. Además, hoy, con las redes sociales y la comunicación, nada queda tan lejos”. Arequito es reconocida como Capital Nacional de la Soja, todo un orgullo, junto con la idolatría a La Sole, la gran embajadora de este lugar distante 82 kilómetros de Rosario.
En 2013 , Soledad cantó en la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Río de Janeiro, de la que participó el Papa Francisco. “Siento que la música me llevó a transitar lugares totalmente impensados, algo que agradezco mucho”. En plan de pensaren aquello para lo que su vocación fue llave, recuerda haber cantado con Armando Maradona, haberse presentado junto a celebridades como Serrat o que Carlos Santana haya grabado con ella.
–¿Pudiste conversar con el Papa Francisco?
–Sí, pero muy poquito. No fue el día en que canté en Río de Janeiro, sino que me lo crucé cuando fui a probar sonido. El se aparecía sin avisar y la gente se le acercaba para saludarlo. Yo estaba con mi beba Regina, que en ese momento tenía cuatro meses. Él la bendijo y yo le pude regalar el poncho.
–Con la Selección Nacional y Lionel Messi también tuviste un acercamiento.
–Lo conocí cuando se presentó su espectáculo del Cirque du Soleil en Barcelona y fui una de las artistas invitadas. Cuando terminó el cóctel, la mayoría de la gente se fue y los que nos quedamos armamos una zapada. En el grupete estaban René, de Calle 13, y Nathy Peluso y muchos argentinos, como Lionel Messi. “Me quedé charlando con él y con Antonella un montón. Es un tipo super sencillo y comprovinciano mío. Es un orgullo que haya elegido mi canción”. Soledad se refiere al posteo que hizo el astro, donde se la veía cantando “Brindis”, una plegaria a la vida sumamente profunda y emotiva escrita para ella por Afo Verde. “Fue un regalo hermoso que me hizo Messi”.
Lionel Scaloni, DT de la selección nacional, oriundo de Pujato, sitio muy cercano a Arequito, le contó que “Brindis” es un tema que canta el equipo en la intimidad de entrenamientos, concentraciones y giras desde la Copa América. Y, desde ya, durante la estadía en Qatar. “Esa canción me puso en un lugar muy especial dentro de la música argentina, fue un hermoso regalo de Afo (Verde). Cuando cumplí diez años de carrera, me dijo: ‘te hice una canción con todo lo que vos me contaste’, por que charlábamos mucho y yo le contaba siempre qué me iba pasando”, reconoce. En las últimas horas corrió la versión que el programa La peña de Morfi, que fuera creado por el recordado Gerardo Rozín, sería levantado de la grilla de Telefe. En alguna oportunidad, Soledad participó de la animación del ciclo en carácter de invitada y, este año, luego del desplazamiento de Jey Mammon, volvió a recuperar fuerza la versión que indicaba que sería la nueva líder del programa. “Cuando comenzó a correr la noticia yo estaba de vacaciones y nadie había hablado conmigo”, explica.
–¿Nunca te llamaron?
–Hace poco hubo una conversación, pero no sé si tuvo que ver exactamente con Morfi. Mi relación con Telefe es muy cercana desde hace años, siempre estuve en La Voz Argentina y en otros programas; ellos siempre tienen ganas de que estemos cerca.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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