jueves, 21 de abril de 2016

EN EL "ESPACIO MENTE ABIERTA"; TV PÚBLICA NOTICIAS


Los nuevos informativos de Canal 7, que se pondrán en marcha, buscan construir una emisora estatal transparente, plural y menos editorializada
Daniel López y Mariel Fitz Patrick, conductores de la emisión central
¿Qué es un noticiero público? ¿Qué función deberíamos pedirle que cumpla, en nuestro doble papel de espectadores y financistas? ¿Cuáles son las medidas a tomar para transformar a la TV Pública Argentina de lo que es -un canal estatal que tiene de "público" sólo el nombre- a una emisora que represente, informe y entretenga al conjunto de los argentinos? Una primera respuesta posible es que son necesarios un sinnúmero de medidas y un tiempo considerable para ponerlas en vigor, así como la voluntad de todos los actores políticos de mantener tanto la búsqueda como la práctica más allá de los cambios de gobierno. La segunda respuesta podría afirmar que la mayor dificultad que enfrentamos a la hora de repensar nuestros medios públicos es nuestra inexperiencia en la materia. Nuestros medios siempre han sido estatales.
Una posibilidad a la hora de analizar qué constituiría una "televisión pública a la argentina" reside en el "test de ceguera política" que usa Horacio Levin, el flamante director de la TV Pública Argentina -la emisora también fue rebautizada-, para describir el destino al que pretende arribar. "Un síntoma de que el noticiero de un canal público está cumpliendo con la pauta de pluralidad en sus contenidos te lo da el hecho de que cuando lo mirás no te das cuenta de quién gobierna ese país -ejemplifica-. La aspiración que tenemos para la Televisión Pública Argentina es que eso pase. Cuando uno mira canales públicos de otros países, como la BBC o la TVE, no se da cuenta de quién está en el gobierno. Acá en la Argentina no es tan fácil lograr eso, pero pretendemos empezar a transitar ese camino."
El primer paso de ese nuevo camino al que refiere Levin -que comenzará formalmente, con el desembarco de sus nuevos noticieros- parece haber ocurrido incluso antes de su asunción en el canal, en diciembre último. Una semana después del traspaso de mando presidencial, el gerente de noticias del canal, Carlos Figueroa, y el subgerente Víctor Taricco, ambos de La Cámpora, renunciaron a sus cargos. Ante la falta de dirección, los trabajadores del noticiero se reunieron en asamblea y, como ya lo habían hecho en otras situaciones de crisis en la emisora, decidieron elegir por votación un consejo de redacción, que fue desde ese momento el encargado de dirigir el trabajo y determinar los contenidos sobre la base de criterios consensuados entre los trabajadores del área. Entre esos criterios aparecen cuestiones tan elementales como la de destacar las voces de todos los sectores involucrados en una noticia, sin que predomine ninguna, incluida la del gobierno.
Esta experiencia inédita de trabajo se mantuvo durante casi dos meses, hasta el 10 de febrero último, cuando asumieron las nuevas autoridades del canal: Levin -de larga trayectoria en el quehacer televisivo, director de la productora Promofilm-, como director de la emisora, y Néstor Sclauzero -presidente de Fopea y periodista con trayectoria en Radio Rivadavia, Radio Nacional y los canales América, América 24 y Canal 26-, como gerente de noticias.
"La de los noticieros es el área más politizada o ideologizada de un canal -afirma Levin-. Desde nuestra llegada, las únicas incorporaciones que se hicieron en esa área fueron la de Néstor Sclauzero, en la gerencia, y la de Jorge Goldemberg, como subgerente. El resto de las casi 200 personas que venían de gestiones anteriores permanecen en su puesto. Hemos encontrado una actitud de colaboración en la mayoría. Obviamente, hay algunos casos en que no, pero el número no es significativo. En los últimos años el noticiero tenía una sola mirada. Nosotros no eliminamos esa mirada, sino que incorporamos una nueva, compensatoria, para que el televidente encuentre acá todas las opciones. En lo que estamos brindando hay mucho de lo que había antes y otras cosas que incorporamos ahora. En esa mezcla parece estar lo correcto", explica.
Maby Wells, ahora en el noticiero.
A partir de hoy, el noticiero, rebautizado TV Pública Noticias, tendrá cuatro ediciones. Tres de ellas serán conducidas por Karin Cohen, Maby Wells y Gustavo Sierra, y la emisión central contará con Mariel Fitz Patrick, Daniel López y Román Iucht. En las ediciones de la mañana y del mediodía se sumarán a la conducción periodistas invitados de todo el país; el primero será Gerardo López, de Canal 8 de Córdoba. Los sábados seguirán reservados para una edición internacional del noticiero, ahora comandada, en principio, por los periodistas especializados Jorge Elías e Hinde Pomeraniec.
"Como dije antes, priorizaremos la calidad y cantidad de información por sobre el show. Sclauzero tomó una medida que me parece fundamental: eliminar el uso de las mediciones de audiencia minuto a minuto en la gerencia de noticias. Daremos toda la información, así mida mucho o mida poco. Igualmente, para la TV Pública Argentina, la audiencia es relativa. El canal es el único que llega a todo el país y hay zonas en que es lo único que llega. Así que nuestra mira está puesta en el servicio que brindamos y no en el numerito de las medidoras de rating", aclara Levin.
Los nuevos directivos idearon además un programa periodístico que irá de lunes a jueves en el prime time -en el horario que antes ocupaba 6,7,8-, del que participarán varios periodistas jóvenes de diferente concepción ideológica. "Es una apuesta que hacemos al presentar una nueva generación de profesionales, muy capaces, pero no tan fogueados en el medio. Tenemos mucha confianza en que va a funcionar muy bien", dice el nuevo director del canal.
¿Qué constituye un buen noticiero público? El documento Indicadores de calidad de las emisoras públicas - Evaluación contemporánea, de la Unesco, resulta una interesante referencia a la hora de armar un modelo de televisión pública "a la argentina". Entre las prácticas que deben ponerse en marcha se incluyen la independencia, la existencia de normas claras que rijan su funcionamiento, la pluralidad, la transparencia de gestión con rendición de cuentas y la existencia de mecanismos para registrar la aceptación del público de su labor.
Karin Cohen.
La BBC, un sistema ejemplar
La independencia -que suele ser el principal reclamo de la ciudadanía ante nuestra señal estatal- tiene a su vez dos aspectos: el editorial y el financiero. El primero debería restringir o incluso impedir que los poderes del Estado participen en sus contenidos. El segundo lo libera del mercado televisivo y de su dependencia del organismo que provee los fondos para su financiamiento.
Es interesante observar los modelos exitosos de radiodifusión pública y descubrir que son todos muy distintos salvo por el hecho de experimentar un fenómeno en común: permanentes inconvenientes económicos y políticos provocados por la intentos de los gobiernos de sus respectivos países de controlarlos, atacando esas dos condiciones sin las cuales no pueden sobrevivir.
El sistema británico, encarnado en la BBC, es considerado una suerte de "patrón oro". Tiene 10 canales y se financia con un impuesto de 145,50 libras anuales que deben pagar los hogares por cada uno de sus televisores. Esta fuente cubre el 77 por ciento de sus ingresos. El resto proviene de servicios (alquiler de estudios, tecnología, mano de obra) que provee a la industria audiovisual privada y de la venta de programas en el extranjero a través de su brazo comercial, BBC Worldwide (responsable de las señales que vemos en la Argentina).
La BBC es gestionada por un consejo de administración cuyos miembros son nombrados por el gobierno. El director general es el responsable de los servicios informativos, pero no orienta políticamente a los periodistas. Su talón de Aquiles pasa por lo económico, donde el déficit de la cadena obligó recientemente a realizar ajustes en su millonario presupuesto y se generaron escándalos por los altos sueldos asignados a sus directivos.
France Television, el sistema público francés, cuenta con seis canales de financiación mixta: el 74 por ciento de su presupuesto proviene de un impuesto de 120 euros anuales que pagan los propietarios de los aparatos receptores de TV. Un 22 por ciento se recauda a través de la publicidad y el cuatro por ciento restante, por la venta de servicios. En ese país, la lucha política por el manejo de este medio es constante: el conservador Nicolas Sarkozy instauró la mecánica de que el director del sistema público fuera nombrado por el jefe del Estado. Su sucesor, el socialista François Hollande, cambió ese mecanismo: actualmente es designado por el Consejo Superior del Audiovisual, ente que fiscaliza el funcionamiento de las emisoras públicas.
"Pensar que vamos a ser la BBC es utópico. Por muchos motivos, entre los que figura el hecho de que quienes miran la BBC son ingleses y nosotros somos argentinos. Es otra mirada, ni peor ni mejor que la nuestra: distinta. El otro motivo es el presupuesto que manejan: más de cuatro mil millones de dólares por año. Los sistemas de medios públicos en los países desarrollados, como Gran Bretaña, Alemania o Japón, manejan cifras de varios millones de dólares, algo que está a una distancia sideral de nuestra realidad -aclara Levin-. Pero eso no quiere decir que tiremos la toalla y no busquemos la manera de que la nuestra sea una televisión plural y de calidad. La idea que tenemos para los noticieros es trabajar más con información que con editoriales: noticias, una detrás de la otra. La idea es informar y que el que mira un noticiero nuestro salga informado de todo. Hoy eso no pasa en los noticieros en general, que tienden a ser magazines, con mucho de show televisivo. Nosotros vamos a eliminar el show de nuestros noticieros", puntualiza.
Cada cambio de gobierno trae aparejada la esperanza de una nueva oportunidad de que los noticieros del histórico Canal 7 se conviertan en programas de calidad. En muchos casos, la realidad sólo deja un nuevo nombre y un nuevo logo para identificarlos. En otros, los menos, queda la memoria de algunos logros en aquel sentido, pero incompletos y fácilmente evaporables. Ojalá esta vez transitemos un camino más firme.

R. M. 

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