La balada de Narayama, el remake de Shohei Imamura consiguió la Palma de Oro en Cannes en 1983. He optado por hacer la reseña sobre la original, la de 1958, que es la que conozco.
En un pequeño pueblecito ubicado al pie de la montaña de Narayama, sus habitantes deben retirarse a la cima de dicha montaña, apenas cumplan los setenta años, para aguardar el momento en que les llegue la muerte, ya que no son útiles para la comunidad y suponen una carga para sus familias.
Orin es la matriarca de una familia y común en el Japón rural. Pronto cumplirá los setenta años y deberá emprender su viaje a la montaña de Narayama. Vive con su hijo Tatshuei y sus nietos. Tatshuei ha enviudado y se casará en segundas nupcias con una viuda de otro pueblecito y así, aliviar a su madre de las pesadas labores domésticas. Orin acepta de buen grado su destino, está preparada para ello y una vez viaje a Narayama, la familia tendrá una boca menos que alimentar. Los alimentos escasean, son tiempos duros, hasta tal punto que el arroz blanco se sirve únicamente en la fiesta de los muertos.
Orin goza de buena salud y conserva todos sus dientes, hecho que le avergüenza profundamente, puesto que, mientras los conserve en su integridad, puede comer y por ende, alimentarse y mientras tanto impedirle su retiro hacia la montaña. Ella lo considera una deshonra, tanto el hecho de que conserve todas sus piezas dentales, como que se prolongue su vida .Llegará ella misma a golpearse la dentadura contra una piedra para ser desdentada a fin de que no se retrase su último viaje. Una deshonra, representada por un vecino que, cumplidos hace meses los setenta, se niega a emprender la marcha, busca alimentos desesperadamente. Alimentos que le niega su propio hijo, por vergüenza ante la comunidad, por la cobardía de su padre para afrontar su destino.
La balada de Narayama es un clásico del cine japonés. El guión está basado en la novela original de Shihiro Fukazawa. Rodada en estudios y decorados artificiales de intensos y diferentes tonos cromáticos, muy rica visualmente, en función de la emotividad argumental del momento y, narrada a modo de teatro. Una voz en off teatral nos va introduciendo en algunos pasajes de la película.
La balada de Narayama no es una simple puesta en escena teatralizada de colores intensos. Su trasfondo es mucho más profundo, es una crítica de algunas tradiciones milenarias japonesas. Según la tradición, el primogénito deberá transportar a sus espaldas a sus mayores, cuando éstos cumplan setenta años, hasta la cima de la montaña, sin alimentos y aguardando la hora de su final, abandonados a su suerte.
Tatshuei es el cabeza de familia, quiere a su madre y sus sentimientos se debatirán entre la tradición imperante y el amor por su madre. Su deseo es que acabe sus días en la casa familiar. No entiende esa aceptación de la muerte sin haber concluido, en su totalidad, el ciclo vital de forma natural. Especialmente emotiva es la secuencia de ascenso a la montaña donde el sufrimiento de Tatshuei se va acrecentado a medida que la nieve va cubriendo el camino.
Una tradición que supone una enorme contradicción y que entronca frontalmente con la figura que los mayores representan en la cultura oriental, los cuales son objeto de respeto por parte del resto de la comunidad, además de detentar más sabiduría.
En definitiva una emotiva fábula o balada sobre la muerte, con enorme carga dramática y trágica, la cual abre un debate o plantea cuestiones sobre la aceptación de la muerte, un elemento, ya por definición, difícil de aceptar y conocer el momento en la que se producirá, supone una empresa demasiado complicada para afrontarla con la suficiente dignidad, sacrificio o valentía exigida y, demasiado cruel, incluso teniendo a las espaldas una tradición milenaria.
La balada de Narayama fue una de las primeras rodadas en color en Japón y el mismo año de su estreno fue presentada en el Festival de Venecia, sin conseguir premio alguno. En 1983 Shohei Imamura rodó un remake consiguiendo la Palma de Oro en Cannes.
Frase para recordar: "Narayama es el lugar donde los viejos son llevados a morir".
Título original: Narayama bushiko.
Director: Keisuke Kinoshita.
Intérpretes: Kinuyo Tanaka, Teiji Takahashi, Yûko Mochizuki, Danko Ichikawa, Keiko Ogasawara, Seiji Miyaguchi.
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