La pequeña vida de los libros: una aventura
film. Un documental de Leopoldo Estol celebra la lectura y a los lectores
¿Se deben prestar los libros? ¿Se acaba la era del libro impreso? ¿Hay que terminar de leer los libros o abandonarlos cuando aburren? Estos y otros interrogantes sobre los libros y la lectura brotan en La pequeña vida, película documental dirigida por Leopoldo Estol (Buenos Aires, 1981), Para verla en internet habrá que esperar.
“Una estrella que va a camino a desaparecer”, “un objeto para viajar o para acercarse a los demás”, “un medio para ser otro”, “puro erotismo” son algunas de las definiciones que integrantes de la tribu de los guardianes de los libros acercan a los espectadores. Aparecen en el film íconos de la literatura local, como Hebe Uhart. Y hay también libreros de los puestos del Parque Rivadavia, bibliófilos y niños que contagian las ganas de leer.
“Al estar de visita en la casa de un amigo o al entrar en una fiesta en lo de un desconocido noté cómo repetía una conducta particular –cuenta Estol, que interviene en su film como un Buster Keaton con bigote y ropa deportiva–. Me acercaba de forma magnética a la biblioteca, merodeaba los lomos de los libros en los estantes como si repitiera un extraño y misterioso ritual”.
El artista empezó por enviarles mails a escritoras, editores y lectores. “Sabía que había mucho por contar”. Luego llegó la invitación y el apoyo financiero de Móvil, el espacio de arte de Alejandra Aguado, Solana Molina Viamonte y Mito Ramos, que genera proyectos artísticos.
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