jueves, 8 de julio de 2021

ADIÓS QUERIDO LOLE....DOLOR Y TRISTEZA Y LA MEJOR CARRERA JUNTO AL SEÑOR


Carlos Reutemann. Entre la F.1 y la política
Una vida marcada por la popularidad deportiva, que lo catapultó a la arena política santafesina y nacional





Un personaje de dos mundos bien distintos, aunque conectados por la popularidad. Así transitó por la vida Carlos Alberto Reutemann, un ídolo deportivo para millones de argentinos que, al cabo de su destacada experiencia en la Fórmula 1, se reconvirtió como dirigente político en su provincia natal, Santa Fe, y llegó a ser considerado la “esperanza blanca” del peronismo en medio de la descomunal crisis de 2001-2.
Lole, como lo llamaban sus amigos y también los relatores del automovilismo, era un hombre de pocas palabras, que hacía un culto del hermetismo y que tenía fama de ser difícil de convencer, un rasgo que lo tornaba imprevisible para los políticos de Buenos Aires que lo tentaban con cargos y alianzas con tal de hacer pie en el Litoral argentino.
Tras su gran experiencia deportiva en la Fórmula 1, Reutemann inició su actividad política en el Partido Justicialista, por el cual fue elegido gobernador de Santa Fe para el período 1991-1995, cuando derrotó al radical Horacio Usandizaga, exintendente rosarino. Fue el entonces presidente Carlos Menem quien lo convocó y le ofreció el cargo, en el caliente verano del 91. También tuvo influencia en su salto a la política el entonces vicepresidente Eduardo Duhalde.
En 1994 fue elegido convencional para la reforma de la Constitución. Al finalizar su gestión en la primera magistratura de la provincia fue elegido senador de la Nación por primera vez, por el período 19952001, pero en 1999 dejó su banca en el Congreso tras haber triunfado en las elecciones provinciales para gobernador de Santa Fe, donde cumplió su segundo mandato entre 1999 y 2003.
En 2002, en medio de una grave crisis económica y con Duhalde ejerciendo la presidencia en forma interina, el nombre de Reutemann fue invocado como el elegido del caudillo bonaerense para sucederlo en la Casa Rosada en 2003. Pero Lole dijo enigmáticamente que “vio algo que no le gustó” y declinó la candidatura, que luego recayó en Néstor Kirchner.
En abril de 2003, debió enfrentar duros cuestionamientos en medio de la trágica inundación del río Salado, que cubrió un tercio de la ciudad de Santa Fe y causó 23 muertos reconocidos por el gobierno (los vecinos denunciaron 114), más de 130.000 damnificados y un perjuicio económico de más de 3200 millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones de la época.
Reutemann fue denunciado penalmente por su actuación al frente del gobierno de la provincia de Santa Fe durante las inundaciones.
El 7 de septiembre de 2003 fue nuevamente elegido para ocupar un lugar en la Cámara alta del Congreso y asumió el 10 de diciembre de ese mismo año con mandato hasta 2009.
En las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009 fue elegido nuevamente senador nacional por la provincia de Santa Fe, con mandato hasta 2015. Para esa época, ya estaba claramente alejado del kirchnerismo, que hegemonizaba la conducción política del peronismo.
A tal punto que a principios de 2015 formó una alianza con Propuesta Republicana, que lo llevó a apoyar la candidatura de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de ese año. Luego fue reelegido senador por Cambiemos, con mandato hasta el 10 de diciembre de 2021, que no pudo completar.
Los años en la elite de la F.1
Reutemann fue piloto de Fórmula 1 durante una década, entre 1972 y 1982; compitió para los equipos Brabham, Ferrari, Lotus y Williams. En su carrera en la máxima categoría del automovilismo obtuvo 12 victorias, 45 podios y seis pole positions en 144 carreras puntuables, además de dos triunfos en carreras fuera de campeonato.
En 1981, habiendo superado a su compañero de equipo y primer piloto de Williams, el británico Alan Jones, finalizó segundo en el campeonato de pilotos con una diferencia de solamente un punto con respecto al campeón, el brasileño Nelson Piquet. Pese a que era un ídolo deportivo, no faltaban los que lo catalogaban como un “eterno segundo”.
Su paso por las pistas le deparó una situación que marcaría su vida. “Fue una fecha muy importante, si bien en el aspecto deportivo fueron momentos tristes. Aquel enero del 74, yo estaba en mi box y el entonces presidente (Juan Domingo) Perón me manda a llamar. Voy caminando hacia la tribuna donde él estaba y cuando llego me abraza y me dice: ‘Bueno, pibe, te felicito’. Me acuerdo patente que se toca el saco y me dice: ‘Mirá, no tengo nada para darte’. Saca una lapicera y me dice: ‘Es lo único que te puedo dar, es un obsequio para vos, para que vos tengas’”, relató. Seis meses después, Perón murió. Y cuando asumió su primera gobernación, Reutemann firmó el acta con aquella lapicera.
Ahí se tocaron los dos mundos por los que transitó Reutemann. Aunque lo elogió peróny luego lo convocó menem,Lol eh izo una consulta previa antes de desembarcar en la política con el expresidente Arturo Frondizi. En el fondo, se sentía más atraído por las ideas desarrollistas que por el peronismo.
Su condición de productor agropecuario –existen innumerables anécdotas de dirigentes que tenían que subirse a un tractor si querían hablar con él– también lo fue distanciando del kirchnerismo, sobre todo luego de la votación de la resolución 125, de retenciones a las exportaciones, en 2008, cuando se pronunció en sentido idéntico al entonces vicepresidente Julio Cobos.
Un año después, en mayo de 2009, se tomó una fotografía con el gobernador de Córdoba, el peronista Juan Schiaretti, y los titulares de las organizaciones del campo argentino agrupadas en la Mesa de Enlace.
Aquel año tuvo un exabrupto que llamó la atención en un hombre habitualmente medido, cuando acusó al gobierno de operar en su contra en medio de una pelea con su compañera de bancada Roxana Latorre, y advirtió que si lo que buscaba el kirchnerismo era bajarlo de una candidatura, entonces que “se la recontra metan en el medio del culo”.
De ahí en más, Reutemann transitó un camino diferenciado de la estructura orgánica del justicialismo. Coqueteó con Sergio Massa en 2013, en la antesala de las elecciones legislativas, y finalmente se alió con Mauricio Macri en 2015. En Santa Fe hizo campaña junto al humorista Miguel del Sel.
En el Senado nacional, Lole apoyó la gestión de Cambiemos, junto a un grupo de legisladores de origen peronista que se acercaron a Macri durante su presidencia, entre ellos el exgobernador salteño Juan Carlos Romero. Pese a que pasó largos años en la Cámara alta, solo en un puñado de ocasiones se lo escuchó pronunciar un discurso en el recinto.
Como sucedió con otras figuras populares convocadas a la política en la década del 90, como fue el caso del tucumano Ramón “Palito” Ortega, Reutemann no había tenido formación como dirigente antes de asumir altos cargos institucionales, como la gobernación de su provincia y luego una banca en el Senado.
Sin embargo, llegó a tener mucho predicamento entre los santafesinos, lo que lo convirtió en una referencia ineludible para los políticos porteños que necesitaban votos del Litoral.
Nacido el 12 de abril de 1942, Lole era hijo de Enrique Reutemann y Flora Molina. Y fue padre de dos hijas, Cora y Mariana, ambas de su primer matrimonio, con Mimicha Bobbio. Estaba casado en segundas nupcias con Verónica Ghio, quien lo acompañó hasta último momento. En el final de su vida se afincó en su campo de Llambí Campbell y su actividad se redujo casi exclusivamente a los temas políticos, pese a que le gustaba salir al campo y manejar un tractor de última generación.

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