La intervención del BCRA recordó la estrategia de 2018
En ambos casos se buscó frenar la corrida cambiaria incumpliendo el acuerdo con el FMI; viaje a EE.UU. para renegociar el programa
Sofía Diamante
La ansiedad de los minutos previos a la apertura de los mercados financieros contrastó ayer con la tranquilidad que trasmitían varios grupos de chicos de 12 años –vestidos con guardapolvos blancos, corriendo y saltando en la Plaza de Mayo– que se observaban desde las ventanas del Palacio de Hacienda. El equipo económico había difundido anteayer que, luego de haber ordenado que el Banco Central (BCRA) interviniera en el mercado de bonos para frenar el alza de los tipos de cambio financieros, esa maniobra iba a “arrastrar al blue” hacia la baja.
La jugada del ministro de Economía, Sergio Massa, no fue menor, ya que implicó trasgredir una prohibición tácita del Fondo Monetario Internacional (FMI): usar reservas para intervenir en el mercado. “Cada vez que vea especulación, Massa va a intervenir. Hasta ahora, eso estaba prohibido por el acuerdo con el FMI. Pero Massa le dijo al Fondo que eso también entraba en la revisión, porque él tiene la obligación de mantener la estabilidad en el país”, explicaron fuentes de la cartera.
Por eso, la expectativa acerca de la apertura de la cotización del dólar ilegal era mayúscula. El accionar de Massa hizo recordar al de Luis Caputo, en 2018, cuando, siendo presidente del BCRA, incumplió también el acuerdo con el FMI, apenas seis semanas después de haberlo firmado, para intervenir en el mercado cambiario y frenar la corrida. En esos tres meses que duró su presidencia en el BCRA, el dólar oficial subió de $28 a $40 (43%).
En su libro Primer Tiempo, el expresidente Mauricio Macri describió lo duras que fueron las negociaciones con el FMI para que los deje frenar la escalada del dólar. Incluso, confesó haber dicho que estaban avanzando en un nuevo acuerdo con el organismo, sin haber tenido el visto bueno primero del FMI.
“Admito que fue un error y que incumplió sus objetivos del día, pero sí cumplió otro: despertó al FMI de su siesta y les hizo ver que necesitábamos un nuevo acuerdo lo antes posible. Hasta ese momento el FMI venía reaccionado con displicencia a las subas del dólar. Respondía con argumentos económicos clásicos a los problemas con ingredientes políticos”, escribió Macri.
El expresidente también contó que, cuando quisieron explicarle a Christine Lagarde, la entonces directora gerente del FMI, las “particularidades” del caso argentino, la actual presidente del Banco Central Europeo (BCE) respondió: “El dólar tiene que encontrar su equilibrio natural, no me preocupa”.
“No podía hacerle ver que habían desaparecido los vendedores y que había días en los que solo con chirolas nos movían el dólar un peso o dos para arriba. Los días siguientes fueron peores, quizás los peores de todo mi mandato”, reconoció Macri en el libro.
A diferencia de ese entonces, en que el FMI tardó en convalidar las negociaciones para llegar a un nuevo programa, esta vez el Fondo respondió anteayer con un escueto comunicado, aunque no se refirió a la intervención en el mercado de cambios que hizo público Massa en Twitter. “El staff técnico continúa trabajando con las autoridades argentinas para fortalecer el programa económico acordado con el país en el contexto de la sequía muy severa. Los intercambios entre las autoridades y el equipo del Fondo Monetario Internacional avanzan de manera constructiva”, dijo el organismo.
En busca de dólares
Hoy, parte del equipo económico de Massa viajará a Washington para renegociar el acuerdo. La comitiva será liderada por el jefe de Asesores, Leonardo Madcur, y el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein. La expectativa es conseguir un auxilio de dólares, sabiendo que, como contrapartida, el Fondo pedirá un mayor ajuste fiscal o, por lo menos, cumplir con la meta acordada.
La situación es complicada porque la sequía no solo implicó que ingresen US$20.000 millones menos al país, sino que afectó fuertemente los ingresos fiscales. Eso se vio en los resultados de cuentas nacionales de marzo, donde pese a que el Gobierno ajustó 17% en términos reales el gasto, los ingresos cayeron 21% y el déficit (las diferencia entre gastos e ingresos) aumentó.
“El dato de marzo confirmó lo esperado: en los primeros tres meses del año, el rojo primario suma $690.000 millones, $250.000 millones por encima del compromiso asumido con el FMI. El desvío respecto de la meta es del 56%”, dijo la consultora LCG.
A simple vista, parece difícil que el FMI le conceda al Gobierno una flexibilización en la meta fiscal y un alivio en el desembolso de fondos, sobre todo teniendo en cuenta que a Macri –pese a que tenía una buena relación con el entonces presidente estadounidense Donald Trump– se le exigió un fuerte ajuste fiscal, de casi tres puntos del producto. Debía achicar el rojo del Estado de 2,7% del PBI a cero en 2019, pleno año electoral. El resultado implicó una derrota en la elección presidencial del oficialismo en primera vuelta y una caída de la actividad económica de 2,2% del PBI.
En el equipo económico de Massa admiten, sin embargo, que, más allá de si consiguen una buena predisposición del FMI, es inevitable avanzar con un mayor ajuste fiscal porque ya no hay fuentes de financiamiento. “Esta corrida va a pasar, pero si no hacés nada, vas a tener varias más”, reconocieron.
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La ansiedad de los minutos previos a la apertura de los mercados financieros contrastó ayer con la tranquilidad que trasmitían varios grupos de chicos de 12 años –vestidos con guardapolvos blancos, corriendo y saltando en la Plaza de Mayo– que se observaban desde las ventanas del Palacio de Hacienda. El equipo económico había difundido anteayer que, luego de haber ordenado que el Banco Central (BCRA) interviniera en el mercado de bonos para frenar el alza de los tipos de cambio financieros, esa maniobra iba a “arrastrar al blue” hacia la baja.
La jugada del ministro de Economía, Sergio Massa, no fue menor, ya que implicó trasgredir una prohibición tácita del Fondo Monetario Internacional (FMI): usar reservas para intervenir en el mercado. “Cada vez que vea especulación, Massa va a intervenir. Hasta ahora, eso estaba prohibido por el acuerdo con el FMI. Pero Massa le dijo al Fondo que eso también entraba en la revisión, porque él tiene la obligación de mantener la estabilidad en el país”, explicaron fuentes de la cartera.
Por eso, la expectativa acerca de la apertura de la cotización del dólar ilegal era mayúscula. El accionar de Massa hizo recordar al de Luis Caputo, en 2018, cuando, siendo presidente del BCRA, incumplió también el acuerdo con el FMI, apenas seis semanas después de haberlo firmado, para intervenir en el mercado cambiario y frenar la corrida. En esos tres meses que duró su presidencia en el BCRA, el dólar oficial subió de $28 a $40 (43%).
En su libro Primer Tiempo, el expresidente Mauricio Macri describió lo duras que fueron las negociaciones con el FMI para que los deje frenar la escalada del dólar. Incluso, confesó haber dicho que estaban avanzando en un nuevo acuerdo con el organismo, sin haber tenido el visto bueno primero del FMI.
“Admito que fue un error y que incumplió sus objetivos del día, pero sí cumplió otro: despertó al FMI de su siesta y les hizo ver que necesitábamos un nuevo acuerdo lo antes posible. Hasta ese momento el FMI venía reaccionado con displicencia a las subas del dólar. Respondía con argumentos económicos clásicos a los problemas con ingredientes políticos”, escribió Macri.
El expresidente también contó que, cuando quisieron explicarle a Christine Lagarde, la entonces directora gerente del FMI, las “particularidades” del caso argentino, la actual presidente del Banco Central Europeo (BCE) respondió: “El dólar tiene que encontrar su equilibrio natural, no me preocupa”.
“No podía hacerle ver que habían desaparecido los vendedores y que había días en los que solo con chirolas nos movían el dólar un peso o dos para arriba. Los días siguientes fueron peores, quizás los peores de todo mi mandato”, reconoció Macri en el libro.
A diferencia de ese entonces, en que el FMI tardó en convalidar las negociaciones para llegar a un nuevo programa, esta vez el Fondo respondió anteayer con un escueto comunicado, aunque no se refirió a la intervención en el mercado de cambios que hizo público Massa en Twitter. “El staff técnico continúa trabajando con las autoridades argentinas para fortalecer el programa económico acordado con el país en el contexto de la sequía muy severa. Los intercambios entre las autoridades y el equipo del Fondo Monetario Internacional avanzan de manera constructiva”, dijo el organismo.
En busca de dólares
Hoy, parte del equipo económico de Massa viajará a Washington para renegociar el acuerdo. La comitiva será liderada por el jefe de Asesores, Leonardo Madcur, y el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein. La expectativa es conseguir un auxilio de dólares, sabiendo que, como contrapartida, el Fondo pedirá un mayor ajuste fiscal o, por lo menos, cumplir con la meta acordada.
La situación es complicada porque la sequía no solo implicó que ingresen US$20.000 millones menos al país, sino que afectó fuertemente los ingresos fiscales. Eso se vio en los resultados de cuentas nacionales de marzo, donde pese a que el Gobierno ajustó 17% en términos reales el gasto, los ingresos cayeron 21% y el déficit (las diferencia entre gastos e ingresos) aumentó.
“El dato de marzo confirmó lo esperado: en los primeros tres meses del año, el rojo primario suma $690.000 millones, $250.000 millones por encima del compromiso asumido con el FMI. El desvío respecto de la meta es del 56%”, dijo la consultora LCG.
A simple vista, parece difícil que el FMI le conceda al Gobierno una flexibilización en la meta fiscal y un alivio en el desembolso de fondos, sobre todo teniendo en cuenta que a Macri –pese a que tenía una buena relación con el entonces presidente estadounidense Donald Trump– se le exigió un fuerte ajuste fiscal, de casi tres puntos del producto. Debía achicar el rojo del Estado de 2,7% del PBI a cero en 2019, pleno año electoral. El resultado implicó una derrota en la elección presidencial del oficialismo en primera vuelta y una caída de la actividad económica de 2,2% del PBI.
En el equipo económico de Massa admiten, sin embargo, que, más allá de si consiguen una buena predisposición del FMI, es inevitable avanzar con un mayor ajuste fiscal porque ya no hay fuentes de financiamiento. “Esta corrida va a pasar, pero si no hacés nada, vas a tener varias más”, reconocieron.
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Se derrumbó la recaudación por retenciones
En el primer trimestre retrocedió 71% por la sequía, según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba
Fernando Bertello
En medio de la difícil situación económica, las exportaciones argentinas retrocedieron un 18% en el primer trimestre de 2023 versus igual período de 2022, en tanto que los derechos de exportación se derrumbaron un 71%. En este último concepto se registró, con US$849 millones, el menor valor en seis años.
Así se desprende de un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Demuestra, más allá de los datos generales, el impacto que tuvo la sequía en las cuentas públicas en los últimos meses. Pese al derrumbe, en el primer trimestre del año 6 de cada 10 dólares por los cuales el país obtuvo un ingreso vinieron de la cadena agroindustrial. En esta línea, la organización aclaró que, con buenos precios internacionales, más allá de un desplome en cantidades, hubo una suerte de compensación y el período terminó “entre los cuatro mejores en cantidad de divisas que ingresaron al país”.
Según el reporte, las exportaciones totales del primer trimestre del año se ubicaron en US$15.888 millones. Este número, indicó el trabajo realizado por la entidad cordobesa, representó una caída del 18%, siempre versus el primer trimestre de 2022.
Por rubros, el trabajo mostró un fuerte impacto en las exportaciones de productos primarios. Con US$3651 millones, sufrieron una retracción del 37%. En tanto, si se observan las manufacturas de origen agropecuario (MOA), las colocaciones en el exterior treparon a US$5514 millones, lo que significó una merma del 18% en el período analizado.
Además, en el caso de las manufacturas de origen industrial (MOI), las exportaciones sumaron US$4719 millones, una reducción del 4% en la comparación entre trimestres. En medio del freno, solo los rubros de combustibles y energía registraron un incremento. En rigor, con US$2004 millones, tuvieron una expansión del 3%, precisó la entidad cordobesa.
Impacto por complejo
“Desagregando por complejo, el triguero experimentó una disminución del 85% en las cantidades exportadas, el complejo sojero, un 37%, y el maicero, un 30%. En el caso del complejo sojero, las exportaciones fueron las más bajas en 10 campañas”, señaló el reporte de la bolsa cordobesa. Y agregó: “Dada la baja en las cantidades exportadas, la entrada de los camiones al puerto fue menor y hubo un descenso significativo en la recaudación por derechos de exportación”.
Más allá de que el dólar soja de diciembre pasado generó un adelantamiento de ingresos y el pago de retenciones en ese momento, la menor exportación de trigo –la cosecha en diciembre cayó 10 millones de toneladas e impactó sobre las ventas al exterior– tuvo un efecto en la recaudación por retenciones junto a otros productos.
En este contexto, el ingreso por este impuesto se resintió de manera dramática en general al punto de caer al menor nivel desde 2018. La Bolsa de Cereales de Córdoba destacó, en base a datos de la AFIP, que en el primer trimestre de 2023 se recaudaron por retenciones US$849 millones, una caída del 71% versus los US$2940 millones contra igual lapso de 2022.
“Respecto al promedio de los últimos seis años, este se encuentra un 46% por debajo, siendo el menor valor desde el año 2018”, indicó el reporte.
Consignó que los ingresos por retenciones fueron US$357millones en enero, US$254 millones en febrero y US$238 millones en marzo último.
En medio de la difícil situación económica, las exportaciones argentinas retrocedieron un 18% en el primer trimestre de 2023 versus igual período de 2022, en tanto que los derechos de exportación se derrumbaron un 71%. En este último concepto se registró, con US$849 millones, el menor valor en seis años.
Así se desprende de un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Demuestra, más allá de los datos generales, el impacto que tuvo la sequía en las cuentas públicas en los últimos meses. Pese al derrumbe, en el primer trimestre del año 6 de cada 10 dólares por los cuales el país obtuvo un ingreso vinieron de la cadena agroindustrial. En esta línea, la organización aclaró que, con buenos precios internacionales, más allá de un desplome en cantidades, hubo una suerte de compensación y el período terminó “entre los cuatro mejores en cantidad de divisas que ingresaron al país”.
Según el reporte, las exportaciones totales del primer trimestre del año se ubicaron en US$15.888 millones. Este número, indicó el trabajo realizado por la entidad cordobesa, representó una caída del 18%, siempre versus el primer trimestre de 2022.
Por rubros, el trabajo mostró un fuerte impacto en las exportaciones de productos primarios. Con US$3651 millones, sufrieron una retracción del 37%. En tanto, si se observan las manufacturas de origen agropecuario (MOA), las colocaciones en el exterior treparon a US$5514 millones, lo que significó una merma del 18% en el período analizado.
Además, en el caso de las manufacturas de origen industrial (MOI), las exportaciones sumaron US$4719 millones, una reducción del 4% en la comparación entre trimestres. En medio del freno, solo los rubros de combustibles y energía registraron un incremento. En rigor, con US$2004 millones, tuvieron una expansión del 3%, precisó la entidad cordobesa.
Impacto por complejo
“Desagregando por complejo, el triguero experimentó una disminución del 85% en las cantidades exportadas, el complejo sojero, un 37%, y el maicero, un 30%. En el caso del complejo sojero, las exportaciones fueron las más bajas en 10 campañas”, señaló el reporte de la bolsa cordobesa. Y agregó: “Dada la baja en las cantidades exportadas, la entrada de los camiones al puerto fue menor y hubo un descenso significativo en la recaudación por derechos de exportación”.
Más allá de que el dólar soja de diciembre pasado generó un adelantamiento de ingresos y el pago de retenciones en ese momento, la menor exportación de trigo –la cosecha en diciembre cayó 10 millones de toneladas e impactó sobre las ventas al exterior– tuvo un efecto en la recaudación por retenciones junto a otros productos.
En este contexto, el ingreso por este impuesto se resintió de manera dramática en general al punto de caer al menor nivel desde 2018. La Bolsa de Cereales de Córdoba destacó, en base a datos de la AFIP, que en el primer trimestre de 2023 se recaudaron por retenciones US$849 millones, una caída del 71% versus los US$2940 millones contra igual lapso de 2022.
“Respecto al promedio de los últimos seis años, este se encuentra un 46% por debajo, siendo el menor valor desde el año 2018”, indicó el reporte.
Consignó que los ingresos por retenciones fueron US$357millones en enero, US$254 millones en febrero y US$238 millones en marzo último.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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