La luz aumenta desde mayo entre 85% y 90%
Afecta a usuarios residenciales de ingresos más altos; lo pide el Fondo
Sofía Diamante
Por la necesidad de bajar los subsidios en el marco del acuerdo entre el FMI y el Gobierno, los usuarios residenciales de altos ingresos sufrirán un fuerte aumento de las tarifas de luz a partir del próximo mes, de entre 85% y 90%, mientras que los comercios tendrán subas escalonadas en mayo (31%), agosto (17%) y noviembre (7%).
La Secretaría de Energía confirmó que desde mayo los usuarios del llamado nivel 1 –y aquellos que no se sumaron al registro para mantener los subsidios– pagarán la tarifa plena. Los porcentajes de aumento fueron informados al FMI.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo en el último informe de su staff que el Gobierno se comprometió a acelerar el aumento de tarifas energéticas para los usuarios de altos ingresos y grandes comercios, de modo tal que las boletas reflejen completamente los costos y no haya más subsidios. Según el documento, los usuarios residenciales tendrán un incremento de tarifas eléctricas a partir del mes que viene de entre 85% y 90%, mientras que los comercios tendrá alzas escalonadas en mayo (31%), agosto (17%) y noviembre (7%).
La Secretaría de Energía confirmó su intención a través de Twitter, donde invitó a los usuarios a anotarse en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE). “Con la implementación de la segmentación tarifaria, los hogares de altos ingresos y aquellos que no se hayan anotado en el RASE pagarán tarifa plena a partir de mayo”, dijeron.
El objetivo de que las tarifas reflejen la totalidad de los costos iba a ser alcanzado en enero, según el primer anuncio de Sergio Massa como ministro de Economía, pero se decidió demorar la quita total del subsidio debido a que hay muchos usuarios de bajos ingresos que no se anotaron en el RASE.
Cuando se lanzó el esquema de segmentación de tarifas, el Gobierno indicó que solo el 10% de la población con mayor poder adquisitivo iba a quedarse sin subsidios. Sin embargo, según los últimos datos oficiales, de los casi 16 millones de usuarios de electricidad, 5,4 millones figuran como de ingresos altos, lo que equivale al 34% de los hogares. Esto sucede ya que aquel usuario que no se anotó automáticamente es caracterizado en esa categoría y perderá el subsidio. En el servicio de gas sucede lo mismo. De los 9,4 millones de usuarios, 3,6 millones (38%) corresponden al segmento de mayores ingresos.
Pero hay una diferencia entre ambos servicios. Mientras en gas los hogares de ingresos altos ya no tienen más subsidios, en la luz, los usuarios cubren con sus tarifas solo el 54% del costo eléctrico y el resto lo paga el Estado. Esto significa que si el Gobierno retira completamente los subsidios las tarifas deberían aumentar al menos 145%, según la consultora Economía & Energía (E&E).
Dicho de otra forma, la tarifa media final de un usuario de ingresos altos (nivel 1) del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) pasaría de $4375 con impuestos a un total de $10.717, si se tiene en cuenta un costo monómico de electricidad de US$78 por MWh, según estimaciones de la consultora que dirige Nicolás Arceo.
Para los hogares de ingresos medios (nivel 3), que tienen subsidiado un bloque de consumo de 400 kwh, la tarifa media en el AMBA pasaría de $2730 a $5506 con impuestos, lo que equivale a un incremento de 102%.
“Se prevé que los precios mayoristas promedio de electricidad, luego de permanecer constantes en 2022, aumenten entre un 25% y un 35% en términos reales durante 2023. Los usuarios comerciales subsidiados y residenciales de altos ingresos observarán un aumento real de 55% a 70%, mientras que otros usuarios subsidiados observarán una disminución real de entre 15% y 25% [producto de que los incrementos serán menores que la inflación]”, escribió el equipo técnico del Fondo.
Con relación al gas, se indicó: “Se proyecta que los precios promedio mayoristas de gas natural caigan entre 3% y 6% en términos reales, con usuarios comerciales subsidiados y residenciales de altos ingresos, observando un aumento de entre 40% y 55%, compensando un 20% o 25% de disminución real para otros usuarios subsidiados. Sin embargo, las tarifas reales promedio y la recuperación de costos siguen siendo bajas, según los estándares históricos”.
Hoy están confirmadas dos subas de tarifas eléctricas en el AMBA que corresponden al incremento autorizado para los ingresos de Edenor y Edesur –el valor agregado de distribución (VAD)–, por el ENRE.
Las boletas de electricidad están compuestas por cuatro servicios: el costo de generar la electricidad –que es la parte que recibe subsidios del Estado y explica alrededor del 58% del precio final de la factura–; el transporte a los centros de consumo (2%); la distribución en los hogares (17%) y los impuestos nacionales, provinciales y municipales (23%).
A partir del consumo de este mes, los usuarios de ingresos altos del AMBA tienen un incremento en sus tarifa s de 19% y tendrán otro de 43% en junio, debido al aumento autorizado en el VAD, independientemente de la quita de subsidios que hará el Gobierno.Por lo tanto, las boletas finales con impuestos pasarán de $4375 a $5190, en abril, y a $6246, en junio, según las estimaciones de E&E.
Si el Gobierno, a su vez, quita los subsidios a la electricidad, se requeriría un aumento adicional del 72% para los usuarios de altos ingresos y del 20% para los de ingresos medios, solo por el incremento del precio de la energía .“Debe señalarse que en el caso de los usuarios de nivel 3, el incremento afecta ría solamente a aquellos que superen el bloque base de consumo”, dice la consultora E&E.
Para los 7,7 millones de usuarios de ingresos bajos (48% del total) que se anotaron en RASE, el aumento en las tarifases de 48% este mes y de 114% en junio, solo por la actualización del VAD. El precio promedio de las boletas pasará de $1643 con impuestos a $2431 este mes, y a $3514, en junio.
Los hogares de ingresos medios (2,8 millones, el 18% del total) tendrán un alza promedio de 30% este mes y de 68% en junio. Las tarifas, por lo tanto, pasarán de $2730 a $3545 en abril, y a $4600 en junio, si no se quitan subsidios. De caso contrario, el aumento será mayor.
“La instrumentación de la segunda etapa de aumento del VAD determinaría incrementos en la tarifa final, respecto de febrero del presente año, del 43% para usuarios del nivel 1; del 114% para los hogares de nivel 2, y del 68% para los de nivel 3, respectivamente. Los mayores incrementos en las tarifas de los hogares de nivel 2 y 3 se explica por la menor incidencia del costo de la energía en la factura final”, explicó la consultora.
Pese a todos los aumentos, los usuarios de ingresos bajos mantendrá una gran cantidad de subsidios en los costos de generación, en torno al 90%.
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El BCRA volvió a vender y lleva 21 ruedas cediendo reservas
Pierde US$3300 millones en el año, lo que presiona al alza a los dólares financieros, ya instalados cómodos sobre los $400
Javier Blanco
El Banco Central (BCRA) estiró ayer a 21 jornadas su racha vendedora de reservas, que le hizo ceder ya unos US$3300 millones en lo que va de 2023. Se trata del peor inicio de año de los últimos 20 años. Eso se dio al verse obligado a aportar al mercado otros US$49 millones de su menguante nivel de reservas.
Así, mientras cuenta las horas para que se ponga en marcha y lo rescate un nuevo dólar soja, ya se desprendió de unos US$318 millones en dos ruedas de abril, una suma 53 veces superior a los apenas US$6 millones cedidos en igual lapso de 2022 y diametralmente opuesta a los US$155 y US$92 millones adquiridos en las dos primeras ruedas de abril de 2021 y 2020, respectivamente. Son años ya bajo la administración de Alberto Fernández y mientras regía un cepo mucho menos represivo sobre la demanda.
Son todos datos que, con una tenencia que vuelve a tender otra vez a cero pese a los refuerzos recibidos del FMI el viernes y el uso ya en más de dos tercios de la parte del swap chino convertible, explican el apuro que ganó al Gobierno en los últimos días por lanzar nuevos planes de estímulo a la oferta privada de divisas.
El plan se reflota cuando los números muestran que la entidad monetaria ya habría incumplido con meta de acumulación prevista para el final del primer trimestre, aunque tras la última revisión fue rebajada en unos US$3600 millones.
Hasta hace unas semanas, al 31 de marzo debía mostrar una tenencia neta de US$7777 millones. Pero esa meta fue luego rebajada a US$4177 millones. Con todo, “aun computando el desembolso recibido el viernes, estimamos que terminó marzo con unos US$2300 millones (usando la metodología de cómputo del FMI), es decir, aún así lejos del nuevo target”, dijeron desde la consultora 1816.
“Nosotros estimamos que habría cerrado el primer trimestre en US$2977 millones, lejos de la meta revisada. La cuestión es que eso tira el problema para adelante: se exige una acumulación de US$4900 millones en el segundo trimestre, muy por encima de la suba de US$3100 millones inicialmente requerida”, coincidieron al respecto los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
En su informe acotaron incluso que intuyen que fue para alcanzar este target que el Fondo avaló se creen “tipos de cambios diferenciales por un período limitado (abril-junio) para algunas exportaciones de productos primarios agrícolas e importaciones, en especial turismo y fletes”.
Signos inquietantes
La nueva venta llegó en una jornada en la que el volumen operado de contado escaló hasta US$344,61 millones (+13%) y en la que el BCRA permitió un aumento de apenas 41 centavos del dólar mayorista, que cerró a $210,38/210,78 para la compra y la venta, respectivamente.
Y en la que se confirma que la delicada situación de las reservas mantiene estresado al mercado.
Eso queda a la vista tanto en la firmeza que mantiene el dólar blue (se sostuvo a $392 para la venta) y la sostenida presión alcista que enfrentan los financieros, ya instalados sobre los $400: cerró a $409,82 el contado con liquidación (CCL) y cruzó por primera vez ese nivel el dólar MEP o Bolsa, al escalar otro 1,4% y quedar a $402,41 (nuevo récord nominal).
También en el sostenido retiro de depósitos en dólares que enfrentan los bancos desde el 20 de marzo, fecha del anuncio del canje de deuda compulsivo y pesificador que afectará las tenencias de bonos de organismos públicos. En las siete jornadas hábiles siguientes salieron US$299 millones a razón de US$42,7 millones por día, lo que hizo caer el stock de estas colocaciones privadas de US$16.380 a US$16.081 millones (1,83%) y supone el mayor drenaje de los últimos 8 meses, desde la crisis política que gatilló los cambios en Economía.
El Banco Central (BCRA) estiró ayer a 21 jornadas su racha vendedora de reservas, que le hizo ceder ya unos US$3300 millones en lo que va de 2023. Se trata del peor inicio de año de los últimos 20 años. Eso se dio al verse obligado a aportar al mercado otros US$49 millones de su menguante nivel de reservas.
Así, mientras cuenta las horas para que se ponga en marcha y lo rescate un nuevo dólar soja, ya se desprendió de unos US$318 millones en dos ruedas de abril, una suma 53 veces superior a los apenas US$6 millones cedidos en igual lapso de 2022 y diametralmente opuesta a los US$155 y US$92 millones adquiridos en las dos primeras ruedas de abril de 2021 y 2020, respectivamente. Son años ya bajo la administración de Alberto Fernández y mientras regía un cepo mucho menos represivo sobre la demanda.
Son todos datos que, con una tenencia que vuelve a tender otra vez a cero pese a los refuerzos recibidos del FMI el viernes y el uso ya en más de dos tercios de la parte del swap chino convertible, explican el apuro que ganó al Gobierno en los últimos días por lanzar nuevos planes de estímulo a la oferta privada de divisas.
El plan se reflota cuando los números muestran que la entidad monetaria ya habría incumplido con meta de acumulación prevista para el final del primer trimestre, aunque tras la última revisión fue rebajada en unos US$3600 millones.
Hasta hace unas semanas, al 31 de marzo debía mostrar una tenencia neta de US$7777 millones. Pero esa meta fue luego rebajada a US$4177 millones. Con todo, “aun computando el desembolso recibido el viernes, estimamos que terminó marzo con unos US$2300 millones (usando la metodología de cómputo del FMI), es decir, aún así lejos del nuevo target”, dijeron desde la consultora 1816.
“Nosotros estimamos que habría cerrado el primer trimestre en US$2977 millones, lejos de la meta revisada. La cuestión es que eso tira el problema para adelante: se exige una acumulación de US$4900 millones en el segundo trimestre, muy por encima de la suba de US$3100 millones inicialmente requerida”, coincidieron al respecto los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
En su informe acotaron incluso que intuyen que fue para alcanzar este target que el Fondo avaló se creen “tipos de cambios diferenciales por un período limitado (abril-junio) para algunas exportaciones de productos primarios agrícolas e importaciones, en especial turismo y fletes”.
Signos inquietantes
La nueva venta llegó en una jornada en la que el volumen operado de contado escaló hasta US$344,61 millones (+13%) y en la que el BCRA permitió un aumento de apenas 41 centavos del dólar mayorista, que cerró a $210,38/210,78 para la compra y la venta, respectivamente.
Y en la que se confirma que la delicada situación de las reservas mantiene estresado al mercado.
Eso queda a la vista tanto en la firmeza que mantiene el dólar blue (se sostuvo a $392 para la venta) y la sostenida presión alcista que enfrentan los financieros, ya instalados sobre los $400: cerró a $409,82 el contado con liquidación (CCL) y cruzó por primera vez ese nivel el dólar MEP o Bolsa, al escalar otro 1,4% y quedar a $402,41 (nuevo récord nominal).
También en el sostenido retiro de depósitos en dólares que enfrentan los bancos desde el 20 de marzo, fecha del anuncio del canje de deuda compulsivo y pesificador que afectará las tenencias de bonos de organismos públicos. En las siete jornadas hábiles siguientes salieron US$299 millones a razón de US$42,7 millones por día, lo que hizo caer el stock de estas colocaciones privadas de US$16.380 a US$16.081 millones (1,83%) y supone el mayor drenaje de los últimos 8 meses, desde la crisis política que gatilló los cambios en Economía.
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