El Gobierno inició el proceso para subir la tarifa eléctrica en 2024
AUMENTOS. En forma sorpresiva, anunció una revisión tarifaria integral que se aplicaría desde el año que viene y hasta 2028
Diego CabotEn junio terminarán de eliminarse los subsidios y habrá alzas de hasta 145%
Luego de tres años de letargo energético, y solo meses después de que los cortes estallen con los calores del verano, el Gobierno decidió poner en marcha un proceso de actualización del contrato de las empresas Edenor, Edesur y las compañías de transporte de alta tensión. Claro que nadie se pega un tiro en el pie: el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) aclaró que cualquier cuestión que se resuelva, y que podría ser un aumento tarifario, se aplicará sólo en 2024.
“A partir del 1° de junio, el ENRE dará inicio al proceso de Revisión Tarifaria Integral (RTI) de los servicios públicos de distribución de energía eléctrica, cuyas concesionarias son Edenor y Edesur, y de transporte cuyas operadoras son Transener, Transnoa, Transnea, Transba, Transpa, Distrocuyo, Transco y el Ente Provincial de Energía del Neuquén (EPEN)”, comunicó el organismo regulador.
La RTI es un proceso previsto en la regulación que podría ilustrarse como una actualización del contrato. Esos nuevos términos no solo incluyen aumento tarifario, sino también readecuar inversiones y, también, volver a definir los parámetros de calidad. Sin embargo, en una economía que galopa a un ritmo del 104% de inflación anual, parece imposible que pueda renegociarse algún término con las concesionarias sin pasar por la ecuación económica financiera. De hecho, los niveles de inversión tienen directa relación con el nivel de la tarifa.
En el sector energético la medida resultó sorpresiva. “Después de tres años y medio de inacción, con el ENRE intervenido y a pocos meses de irse, el Gobierno anuncia que dará inicio al proceso de RTI para Edenor y Edesur. Raro”, escribió en su cuenta de Twitter el economista Nicolás Gadano.
El punto polémico es que la administración del presidente Alberto Fernández jamás se caracterizó por dar certidumbre al golpeado mercado energético argentino. Por lo tanto, iniciar una renegociación en pleno año electoral para firmar un acuerdo que se aplicará el próximo llenó de resquemores al sector.
“Parece difícil que este año electoral se entregue otro aumento de tarifas a las empresas eléctricas”, dijo el exsecretario de Energía Emilio Apud.
En principio, lo que se publicó ayer son dos resoluciones. En 30 días, el ente debería elaborar las pautas y el cronograma de desarrollo que regirán el proceso, además de llamar a audiencias públicas. “El ENRE efectuará la evaluación técnico-económica que permitirá precisar, para el quinquenio 20242028, los parámetros de calidad de servicio, las adecuaciones de procedimientos y regulaciones vigentes, y las inversiones que deberán realizar las empresas concesionarias”, comunicaron en el organismo.
La nueva discusión se produce en momentos donde las tarifas de luz llegan a los usuarios con los aumentos que ya estaban acordados. Por estos días pasan por debajo de la puerta las facturas que contienen el cobro del consumo de febrero y marzo, los dos meses más calurosos del verano. Esas boletas tienen dos componentes que las llevan hacia arriba. El primero, el aumento del precio de la electricidad; el otro, la desaparición de los subsidios para los usuarios de mayor consumo.
De acuerdo a datos que circularon y que fueron elaborados por la consultora Economía y Energía, la eliminación de los subsidios, que termina de consolidarse en junio, significaría un incremento de las tarifas respecto de febrero de 145% para los usuarios de nivel 1 y de 102% para los usuarios de nivel 3, ambos los de mayor consumo.
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Sube en mayo a $506.230 el piso salarial de Ganancias
Economía anunció la actualización del ingreso a partir del cual se paga.
Silvia StangEl tributo alcanzará, desde el mes próximo, a los salarios netos de $420.170,90
A partir de los ingresos de mayo se tributará Ganancias cuando la remuneración bruta supere los $506.230, un monto que equivale a un sueldo neto de aportes a la seguridad social de $420.170,90. Será así por una actualización del piso salarial para que un empleado quede alcanzado por la carga fiscal. La base actual es de $404.062, cifra que surgió de un reajuste hecho en enero último según lo establecido por ley; esa actualización había quedado por debajo de la inflación de 2022, lo cual, sumado a la aceleración de precios de los últimos meses provoespaciados, có, en lo que va de 2023, un aumento de la presión impositiva sobre los ingresos de las personas.
La decisión de subir el piso salarial fue anunciada ayer por el Ministerio de Economía e implica hacer un reajuste para frenar, justamente, el efecto producido por la alta inflación y la consecuente recomposición nominal de los salarios. Con las bases congeladas, los ingresos de más personas van quedando gravados o van teniendo una suba de la carga efectiva, aun cuando sean de igual o incluso de menor poder adquisitivo que antes.
Lo anunciado no incluye una actualización de las cifras del ingreso mínimo y máximo de cada escalón de la tabla que define con qué alícuota tributa cada asalariado. Ni se reajustan los montos deducibles (es decir, los ingresos que quedan al margen de la imposición) para muchos de quienes seguirán alcanzados; así, el alivio no será para todos.
La cifra de $506.230, tal como informó días atrás, es la que la nacion resulta de calcular la actualización del menor salario alcanzado por Ganancias considerando la variación que tuvo entre octubre y febrero último la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Concretamente, el piso se eleva en un 25,29%.
Desde 2018, la variación del Ripte es la referencia para reajustar los números del esquema que definen quiénes y cuánto pagan de Ganancias, un impuesto que está distorsionado por la inflación y también por las últimas reformas legales.
Según Economía, la modificación que se hará desde el mes próximo impactará en los bolsillos de unos 250.000 asalariados. Además del piso para tributar, sube –a $583.851– el salario más alto al que se le aplica una deducción especial incrementada (es decir, el salario hasta la cual se descuenta un monto adicional a los previstos originalmente por la ley antes de calcular el tributo). Esto se aplica para evitar que quienes tienen un salario un poco mayor al definido como umbral para tributar terminen cobrando, en mano, menos dinero que algunos empleados que, con un sueldo bruto menor, quedan al margen de la carga.
La decisión de la cartera de Economía, que está a cargo de Sergio Massa, fue anunciada en medio de la fuerte suba del dólar blue, que está llevando ya a modificar los pronósticos de inflación, que de por sí ya marcaban índices elevados.
La base salarial para tributar de $404.062 está vigente desde enero. El monto es el resultado de una suba de 74,85% respecto del valor vigente a principios de 2022; esa actualización se hizo según lo que indica la ley, pero quedó muy por debajo de la inflación. El índice de precios avanzó en 2022, según el Indec, un 94,8% y solo en el primer trimestre de este año acumuló un 21,7%.
El mecanismo de reajuste del esquema de Ganancias implica considerar la variación del Ripte entre los meses de octubre previos a la actualización de cada enero. Las subas del piso que se hacen en otros meses del año, como la anunciada ayer, se toman luego a cuenta del reajuste que se efectiviza al iniciarse cada año.
Esos ajustes hechos durante el año, por otra parte, solo comprenden al menor salario gravado y excluyen otras variables, lo que provoca distorsiones e inequidades.
“El crecimiento vertiginoso del índice inflacionario imperante obliga a realizar ajustes cada vez menos para que el impuesto no empiece a afectar por incrementos salariales meramente nominales, que solo buscan mantener la capacidad adquisitiva del salario”, evaluó el contador Félix Rolando, socio de la firma Andersen Argentina.
Agregó que, pese a las buenas intenciones que tiene una actualización de la base para tributar, la medida “pone en evidencia la clara discriminación que existe respecto de los ingresos que perciben los autónomos”, ya que para ese grupo (que sí está alcanzado por los reajustes que se hacen cada año en enero) no habrá ahora ningún cambio.
Por su parte, el contador César Litvin, del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, sostuvo que la decisión trae un alivio transitorio “que no resuelve las distorsiones”. Según dijo, “se requiere una actualización mensual según la variación del costo de vida, y no según el índice salarial”.
Jubilados
En el caso de los jubilados, en tanto, rige una regla según la cual se paga Ganancias cuando los ingresos superan el monto equivalente a ocho veces el haber mínimo del sistema general. En marzo, abril y mayo ese valor de referencia es de $469.323,44. Como en los dos primeros meses mencionados el piso para tributar, en el caso de trabajadores activos, fue y es de $404.062, entonces estuvo vigente la mencionada base especial para jubilados, por tratarse de un monto superior.
En cambio, con los ingresos de mayo, el haber a partir del cual se descontará el tributo será equivalente al salario más bajo a partir del cual tributarán los trabajadores en actividad. Es decir, será de $506.230 (en bruto). Será así, en línea con lo previsto por la ley, porque esa cifra es superior a la que resulta de multiplicar por ocho el haber mínimo.
La regla de los ocho haberes mínimos tiene excepciones. No aplica a quienes tienen ingresos de otras fuentes (salvo que sean de hasta un cierto límite, que por todo 2023 es de $451.683,19) ni a quienes pagan el impuesto a los bienes personales
A partir de los ingresos de mayo se tributará Ganancias cuando la remuneración bruta supere los $506.230, un monto que equivale a un sueldo neto de aportes a la seguridad social de $420.170,90. Será así por una actualización del piso salarial para que un empleado quede alcanzado por la carga fiscal. La base actual es de $404.062, cifra que surgió de un reajuste hecho en enero último según lo establecido por ley; esa actualización había quedado por debajo de la inflación de 2022, lo cual, sumado a la aceleración de precios de los últimos meses provoespaciados, có, en lo que va de 2023, un aumento de la presión impositiva sobre los ingresos de las personas.
La decisión de subir el piso salarial fue anunciada ayer por el Ministerio de Economía e implica hacer un reajuste para frenar, justamente, el efecto producido por la alta inflación y la consecuente recomposición nominal de los salarios. Con las bases congeladas, los ingresos de más personas van quedando gravados o van teniendo una suba de la carga efectiva, aun cuando sean de igual o incluso de menor poder adquisitivo que antes.
Lo anunciado no incluye una actualización de las cifras del ingreso mínimo y máximo de cada escalón de la tabla que define con qué alícuota tributa cada asalariado. Ni se reajustan los montos deducibles (es decir, los ingresos que quedan al margen de la imposición) para muchos de quienes seguirán alcanzados; así, el alivio no será para todos.
La cifra de $506.230, tal como informó días atrás, es la que la nacion resulta de calcular la actualización del menor salario alcanzado por Ganancias considerando la variación que tuvo entre octubre y febrero último la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Concretamente, el piso se eleva en un 25,29%.
Desde 2018, la variación del Ripte es la referencia para reajustar los números del esquema que definen quiénes y cuánto pagan de Ganancias, un impuesto que está distorsionado por la inflación y también por las últimas reformas legales.
Según Economía, la modificación que se hará desde el mes próximo impactará en los bolsillos de unos 250.000 asalariados. Además del piso para tributar, sube –a $583.851– el salario más alto al que se le aplica una deducción especial incrementada (es decir, el salario hasta la cual se descuenta un monto adicional a los previstos originalmente por la ley antes de calcular el tributo). Esto se aplica para evitar que quienes tienen un salario un poco mayor al definido como umbral para tributar terminen cobrando, en mano, menos dinero que algunos empleados que, con un sueldo bruto menor, quedan al margen de la carga.
La decisión de la cartera de Economía, que está a cargo de Sergio Massa, fue anunciada en medio de la fuerte suba del dólar blue, que está llevando ya a modificar los pronósticos de inflación, que de por sí ya marcaban índices elevados.
La base salarial para tributar de $404.062 está vigente desde enero. El monto es el resultado de una suba de 74,85% respecto del valor vigente a principios de 2022; esa actualización se hizo según lo que indica la ley, pero quedó muy por debajo de la inflación. El índice de precios avanzó en 2022, según el Indec, un 94,8% y solo en el primer trimestre de este año acumuló un 21,7%.
El mecanismo de reajuste del esquema de Ganancias implica considerar la variación del Ripte entre los meses de octubre previos a la actualización de cada enero. Las subas del piso que se hacen en otros meses del año, como la anunciada ayer, se toman luego a cuenta del reajuste que se efectiviza al iniciarse cada año.
Esos ajustes hechos durante el año, por otra parte, solo comprenden al menor salario gravado y excluyen otras variables, lo que provoca distorsiones e inequidades.
“El crecimiento vertiginoso del índice inflacionario imperante obliga a realizar ajustes cada vez menos para que el impuesto no empiece a afectar por incrementos salariales meramente nominales, que solo buscan mantener la capacidad adquisitiva del salario”, evaluó el contador Félix Rolando, socio de la firma Andersen Argentina.
Agregó que, pese a las buenas intenciones que tiene una actualización de la base para tributar, la medida “pone en evidencia la clara discriminación que existe respecto de los ingresos que perciben los autónomos”, ya que para ese grupo (que sí está alcanzado por los reajustes que se hacen cada año en enero) no habrá ahora ningún cambio.
Por su parte, el contador César Litvin, del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, sostuvo que la decisión trae un alivio transitorio “que no resuelve las distorsiones”. Según dijo, “se requiere una actualización mensual según la variación del costo de vida, y no según el índice salarial”.
Jubilados
En el caso de los jubilados, en tanto, rige una regla según la cual se paga Ganancias cuando los ingresos superan el monto equivalente a ocho veces el haber mínimo del sistema general. En marzo, abril y mayo ese valor de referencia es de $469.323,44. Como en los dos primeros meses mencionados el piso para tributar, en el caso de trabajadores activos, fue y es de $404.062, entonces estuvo vigente la mencionada base especial para jubilados, por tratarse de un monto superior.
En cambio, con los ingresos de mayo, el haber a partir del cual se descontará el tributo será equivalente al salario más bajo a partir del cual tributarán los trabajadores en actividad. Es decir, será de $506.230 (en bruto). Será así, en línea con lo previsto por la ley, porque esa cifra es superior a la que resulta de multiplicar por ocho el haber mínimo.
La regla de los ocho haberes mínimos tiene excepciones. No aplica a quienes tienen ingresos de otras fuentes (salvo que sean de hasta un cierto límite, que por todo 2023 es de $451.683,19) ni a quienes pagan el impuesto a los bienes personales
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