miércoles, 5 de abril de 2023

REACCIONES


Un soldado K con el método gastado
Sergio Berni conoce a la familia Kirchner hace más de tres décadas, desde que fue designado por el Ejército en Rospentek, una localidad del departamento de Güer Aike, en el sur de Santa Cruz. Kirchner era intendente de Río Gallegos y Cristina Kirchner, diputada provincial. Allí se acercó al núcleo de poder que manejaba el matrimonio y, desde entonces, ascendió a su lado.
Con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, Berni desembarcó en Buenos Aires junto a Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social. Allí estuvo hasta 2011. Para entonces, ya había sido acusado por la oposición de espiar a los mineros de Río Turbio. En 2012, Cristina Kirchner lo nombró secretario de Seguridad de la Nación. Fue una gestión particular, porque tenía más poder que la ministra, María Cecilia Rodríguez, y reportaba directamente a la presidenta.
Cuando el fiscal federal Alberto Nisman fue encontrado muerto, el 18 de enero de 2015, en el piso de la torre Le Parc, el secretario Berni fue al edificio y, desde el lugar, informó a Cristina Kirchner. Desde su cargo, el secretario moldeó su estilo de sobreactuación, que le permitía mostrarse frente a las crisis recurrentes sin resolver los problemas de fondo. Las actuaciones incluyeron llegadas en motocicleta o en helicóptero, críticas desenfrenadas a otros funcionarios, hasta clases públicas de karate. Todo servía. Cristina Kirchner compró el modelo completo y se lo ubicó como ministro de Seguridad bonaerense a Axel Kicillof.
Desde la provincia, y frente a la inseguridad, Berni se convirtió en uno de los críticos principales contra el gobierno nacional. La polémica le permitía culpar por los problemas a la Casa Rosada y quitarse la responsabilidad de encima. De la misma forma, Kicillof lo usó como pararrayos para evitar dar la cara frente a los reclamos. Ante cada conflicto, Berni culpaba a la Nación. Tanto que logró la renuncia de la ministra Sabina Frederic, a quien Alberto Fernández había designado cuando ocupó la presidencia. Con la salida de la funcionaria, Berni comenzó a polemizar con su sucesor, Aníbal Fernández. El método parecía infalible en el momento de desviar la atención. Pero con el tiempo comenzó a mostrar sus limitaciones.
Cuando un hincha murió en la entrada de Gimnasia, Berni practicó sus reacciones habituales: hizo una aparición en helicóptero en la cancha y después trató de desvincular a la policía. Allí los pedidos de renuncia en su contra comenzaron a aparecer en el mismo oficialismo. Luego reaparecieron las denuncias en su contra por enriquecimiento ilícito. Cuando Cristina Kirchner criticó la inseguridad en la policía, Berni llegó a presentar su renuncia. Pero Kicillof lo mantuvo contra viento y marea

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Salarios, subsidios y seguridad, una agenda problemática
Un chofer de colectivos cobra $242.000 de básico; debate por las cámaras
Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Un chofer de colectivos en la Argentina –salvo en las ciudades de Córdoba y Bahía Blanca– cobrará por marzo un salario básico conformado de $242.000 por siete horas diarias de trabajo. Al salario se le suma un viático por día trabajado ($1386 el mes pasado y el actual). Un cálculo orientativo apunta a $29.106 de viáticos por 21 días y $3630 por año de antigüedad. Fuentes empresarias estiman la antigüedad promedio en 11 años, con lo cual un chofer en esas condiciones de trabajo cobra unos $311.000 mensuales de bolsillo.
Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620 que fue asesinado este lunes, cobraría un salario algo por encima de esa cifra, ya que le faltaba un mes para jubilarse.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) firmó su paritaria a principios de febrero: pactó un aumento de 10% en enero, lo mismo en marzo y 7% en mayo. Además, se acordó un pago único de $25.000 en julio, mes para el que también se fijó la cláusula de revisión. Según datos oficiales, con el incremento de enero el salario básico quedaría en $220.000.
El 2 de diciembre pasado, Roberto Fernández fue reelegido como secretario general en la UTA, gremio que comanda desde 2007. Se impuso con el 70% de los votos sobre la lista del opositor Miguel Bustinduy. Un salario único en todo el país fue uno de los “logros” que presentó Fernández. Para cumplir con el pago de salarios, en el interior es vital que el Estado gire los subsidios a las empresas.
Las tensiones internas continúan, a tal punto que la lista Azul de Bustinduy había anunciado un paro nacional el jueves 23 de marzo en reclamo de una paritaria única para todo el país y un sueldo inicial de $350.000.
La reactualización de la discusión por cómo aumentar la seguridad en los colectivos obliga a repasar que la obligación de colocar cámaras de seguridad se instrumentó en la provincia de Buenos Aires con la ley 14.897, de 2016. Esa norma fue reglamentada en abril de 2018 después del asesinato del chofer Leandro Alcaraz en La Matanza, a pocas cuadras de donde fue el crimen de Barrientos. Las empresas tenían un plazo de 180 días para colocar las cámaras, pero no se avanzó.
En 2021, una resolución de la Secretaría de Transporte bonaerense determinó que las nuevas unidades que incorporaran las empresas ya debían estar equipadas con cámaras y las que ya las tuvieran debían ser homologadas. Según Jorge D’Onofrio, secretario de Transporte provincial, solo el 25% de las unidades que circulan tiene cámaras.
Fuentes empresarias aseguraron a este medio que es un debate “abierto” por los costos que implica la instalación, y dijeron que la mayoría de las empresas está de acuerdo siempre y cuando el Estado ponga los recursos necesarios

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Kicillof canceló un acto, tuvo reuniones con la UTA y evitó la exposición
reacciones tras el crimen Tras la agresión a Berni, el gobernador suspendió un acto; el referente del transporte pidió cámaras en los colectivos
María José Lucesole
LA PLATA.– Axel Kicillof evitó mostrarse en público, suspendió un acto y siguió desde la gobernación la crisis desatada por el asesinato de un colectivero en La Matanza y las agresiones contra su ministro de Seguridad, Sergio Berni, cuando por la mañana se presentó en la protesta de los trabajadores.
Por la tarde, Kicillof se reunió con las autoridades de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Berni y el ministro de Transporte de la provincia, Jorge D’Onofrio. Tras recibir una furibunda golpiza, el funcionario fue trasladado al Hospital Churruca, donde le hicieron estudios médicos y, luego, se trasladó en helicóptero a la Casa de Gobierno.
Una vez que corroboró que Berni estaba fuera de peligro, Kicillof tomó dos decisiones: suspendió un acto público con intendentes -que fueron recibidos de manera privada en la Casa de Gobierno- y se reunió en forma reservada con el responsable de la UTA, Roberto Fernández, junto con los ministros de Seguridad y Transporte.
Fernández llegó a la gobernación para encontrarse con Kicillof, Berni y D’Onofrio en privado. El mandatario eligió bajar el perfil en público hasta que el conflicto se encauce, según reconstruyeron fuentes provinciales. Tras la reunión, Fernández, Berni y D’Onofrio improvisaron una conferencia de prensa y Kicillof no participó.
“Venimos a pedir, por favor, que encontremos el camino para que no sucedan más estos hechos. Venimos a hablar con el gobernador de la seguridad, de las cámaras en los colectivos; a nosotros nos pesa la pérdida de compañeros”, dijo Fernández, al salir del encuentro.
Por la tarde, Berni volvió a apuntar contra la falta de efectivos nacionales. “La provincia de Buenos Aires tiene un problema estructural de falta de policías; tenemos una situación crítica; no me arrepiento en nada de lo que pasó hoy [por ayer] a la mañana”, dijo Berni.
“Mentir es muy malo”
Acto seguido, Berni arremetió otra vez contra el Presidente, Alberto Fernández, y contra su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, por no enviar gendarmes al conurbano. “Mentir es muy malo, y lo digo mirando a la cara. Lo que es peor es creerse su propia mentira. Quien habla se reunió con el Presidente en 2020, en un desayuno en Olivos. Le explique por qué teníamos que reeditar el operativo Centinela. Cuando asumió Fernández le pedimos lo mismo”, reclamó.
Mientras Berni ensayó la hipótesis de un infiltrado entre los agresores en la General Paz, el titular de Transporte explicó los pasos a seguir para intentar levantar el paro y brindar más seguridad a los colectiveros.
D’Onofrio relató: “Hoy nos hicimos presentes para demostrar la solidaridad con la familia del trabajador asesinado. Esto comenzó en buenos términos y se desmadró. Nos hemos comprometido y el gobernador lo ha pedido: vamos a hacer una comisión de seguimiento con la UTA. La idea es tener un centro de monitoreo con toda la tecnología que podamos poner. Hoy había dos controles: uno en el kilómetro 35. Esto fue en el kilómetro 41. Hay otro en el kilómetro 46. Es muy difícil prever que salvajes como estos maten a sangre fría”.
“Junto con la UTA vamos a hacer una comisión de seguimiento para instalar las cámaras en los colectivos. Las empresas están intimadas”, sostuvo D’Onofrio. Y prosiguió: “Vamos a utilizar todos los recursos, el gremio nos acompaña y estoy seguro de que las empresas van a acompañar”, agregó. “Está claro que hay un compromiso para que el centro de monitoreo esté funcionando. A los compañeros que hoy están exaltados, es entendible que estén en shock”.
El dirigente sindical Fernández, por su parte, solo se hizo cargo por el paro en la zona oeste del gremio, aunque no aclaró si la medida de fuerza se iba a levantar tras la reunión con Kicillof. El resto de las líneas que pararon responden a sectores sindicales enfrentados al líder de la UTA.
El colectivero Daniel Barrientos fue asesinado durante un tiroteo entre ladrones y un policía arriba de la unidad que conducía por las calles de La Matanza. Cerca de las 7.30, la UTA informó que se decretó “un paro desde en toda la zona oeste del Gran Buenos Aires a raíz de un hecho trágico de inseguridad”.
En abril de 2018, Leandro Alcaraz, otro conductor de la misma línea, fue asesinado de un balazo en el tórax y otro en el cráneo. Al mediodía, frente al nuevo hecho de sangre, Berni se acercó al corte montado por los compañeros de la víctima para exigir justicia. El ministro fue duramente agredido por los manifestantes.
“No salgo corriendo como todos los demás. No hay soluciones mágicas, es trabajar, es trabajar, es trabajar”, dijo Berni mientras intentaba calmar los ánimos de los manifestantes y se limpiaba la sangre en su rostro.
“Nada justifica la violencia recibida”, concluyó. Berni recibió golpes en el cráneo y tuvo hundimiento de órbita de un ojo, según informó. Pese a las agresiones,, se mantuvo activo y aseguró que no renunciará.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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