lunes, 1 de mayo de 2023

CRISIS Y GASTO PÚBLICO


La dura semana de Alberto: agenda diluida y marginado del armado electoral
Los primeros días tras anunciar que no competiría lo mostraron alejado de las decisiones claves; Lula lo invitó a Brasil para el martes
Cecilia DevannaAlberto Fernández el lunes, en la entrevista radial que concedió
En el ocaso del viernes, y de una de las semanas más difíciles de su gestión, Alberto Fernández tuvo una noticia que mejoró levemente su complejo panorama por delante. Su par brasileño, y amigo personal, Luiz Inácio Lula da Silva, lo invitó este martes a Brasilia, en lo que le permitirá tener un evento de mayor envergadura en contraste con la alicaída agenda que tuvo tras renunciar a correr por la reelección.
Con un dólar desbocado, una entrevista en tono jocoso mientras los mercados se alteraban y con el Frente de Todos rearmándose sin él, la última semana de Fernández lo mostró más lejos que nunca del poder y despertó dudas respecto de cómo serán sus próximos siete meses de gobierno.
Quienes conocen de cerca el vínculo entre Fernández y Lula saben que el brasileño le tiene un enorme agradecimiento por el gesto que el mandatario argentino tuvo con él cuando estaba en prisión. Por eso incluso, en la noche del viernes, cuando se conoció el viaje, varios hombres del oficialismo leyeron en la invitación de Lula un gesto hacia su par en días aciagos. “Le tiró un centro, el único”, sintetizó un hombre del Frente.
La lectura no parece equivocada. El viernes al mediodía, cuando se cumplía una semana de su renunciamiento a la carrera por la reelección, Fernández cerró un acto junto a Sergio Massa. Su participación no estaba prevista hasta la noche anterior y sorprendió en el filo de una semana en la que los problemas y polémicas se habían acumulado alrededor del mandatario en contraposición a una agenda casi inexistente. A lo que además en el anochecer del jueves se sumó ver cómo varios de los propios fueron al acto de Cristina Kirchner en La Plata. Un hecho que cerca suyo buscaron mostrar como “un ejemplo de que Alberto pone por sobre todo la unidad” y de que fue “un gesto hacia Alberto” –las invitaciones a Victoria Tolosa Paz y Enrique “Pepe” Albistur–, justificaciones que no alcanzan a tapar la realidad de un rearmado del Frente sin él, pero con algunos de los suyos adentro.
Quienes lo conocen de cerca aseguran que está “bien” y “aliviado” con la decisión que tomó y que está convencido también de que “el kirchnerismo no tenía lista la segunda jugada” después de que él se bajara. Lejos del escenario electoral y del poder real, el lunes, mientras el dólar se desbocaba, el mandatario se mostraba relajado dando una extensa entrevista radial en la que habló del Covid, de la siesta del domingo con Fabiola Yañez y de Robert De Niro.
Bajo una Buenos Aires atravesada por el humo que llegaba desde Uruguay, y varias horas después de haber reído y llorado con el conductor Mex Urtizberea, el mandatario se reunió con Miguel Pesce, titular del Banco Central. Desde su entorno buscaban bajarle el precio al encuentro aun en medio de la corrida. “Hablaron como hablan siempre”, repetían, relativizando un dólar que se asomaba a los 480 pesos.
Después tuvo un breve encuentro con el titular de la Asamblea Nacional de Vietnam en una jornada que terminó con el dólar por las nubes, la amenaza de lo que podría suceder en la jornada siguiente y con una polémica por el uso del helicóptero presidencial. Al día siguiente, mientras el dólar rozaba los 500 pesos, Fernández recibió al presidente rumano. Recién poco después se refirió, brevemente, por primera vez a la situación económica. Culpó a la “derecha” y los “especuladores”.
Para entonces desde su entorno buscaban darle volumen. Hablaron de acciones coordinadas con Economía -área a la que apuntaban el día anterior- y trataban de mostrar armonía tras las diferencias internas. Explicaban que el diálogo era permanente entre el Presidente y el ministro, que recién se vieron personalmente el viernes, cuando Fernández se sumó al acto que estaba planeado que encabezara Massa con gobernadores. “No estaba previsto que fuera”, fue la frase cerca de Hacienda.
En el medio, el miércoles lo encontró a Fernández bajándose de un acto en Florencio Varela. Cerca suyo aseguraban que era para seguir de cerca lo que sucedía con la moneda estadounidense, puertas adentro y sin mayores precisiones. El jueves fue similar. Como distintivo tuvo el Zoom con Lula, y mientras Cristina Kirchner arremetía en el Teatro Argentino de La Plata, él mantenía una reunión con la Sigen y Juan Manuel Olmos, uno de sus leales, que estaba invitado al acto en la capital provincial, pero que se quedó a ultimo momento allí.
En paralelo, el kirchnerismo fue impiadoso. En los minutos posteriores a la entrevista del lunes, un hombre de esas filas se sinceró ante la nacion. “Si de algo no puede hablar Alberto es del Covid. El corazón de ese discurso está muerto desde el vacunatorio vip y la foto del Olivos-gate”, reflexionó. Para eso el kirchnerismo también tiene una comparación para mostrar diferencias: “Máximo (Kirchner) le festejó el cumple su hijo por Zoom, como hizo todo el mundo. Alberto le hizo la fiesta a la novia en Olivos”.
Las críticas del mandatario al “dedazo” tampoco cayeron bien. “Que él critique eso cuando llegó a presidente porque surgió de un dedazo es increíble”. Algunos incluso consideraron “provocativo hacia Cristina” eso y el hecho de que él se atribuya ser “armador”. “La discusión del poder está por fuera de él”, completaron con contundencia.
Desde allí también insistían en que Fernández tuvo muchas advertencias para torcer el rumbo de su gestión. Ubicaban el primer aviso en diciembre de 2020, cuando en el Estadio Único de La Plata la vicepresidenta llamó a alinear precios con salarios y habló de funcionarios que no funcionaban. Y luego aludían a la carta pública que en la semana posterior a la derrota de las elecciones de medio término, en septiembre de 2021, la vicepresidenta mencionó 18 reuniones con el mandatario en Olivos, en las que había planteado su preocupación por los atrasos salariales, el descontrol de precios y la delicada situación social.
Desde las filas de Fernández consideran que “Cristina nunca quiso ser socia de las malas noticias”. Y agregan gestos a favor del mandatario como que “Alberto por un off le pidió la renuncia a (Matías) Kulfas, pero a él le dijeron barbaridades desde el Cuervo (Larroque) hasta (Fernanda) Vallejos y todo siguió impune”.
En el kirchnerismo, a las advertencias que creen que Fernández tampoco vio suman lo que se empezó a ver el año pasado, con los gobernadores que iban desdoblando sus cronogramas para no quedar encerrados en el laberinto nacional y así preservar sus territorios.
De cara a lo que viene en el futuro de Fernández, sin chances de ser reelecto, ni margen de negociación en la interna, existen pocas certezas de qué podrá hacer el funcionario. A la par del concepto de “seguir poniendo en valor su gestión”, algo que repiten en su entorno casi como un mantra, está el hecho de que Fernández continuará buscando potenciar su agenda internacional. “Alberto está muy bien visto afuera y tiene actividades interesantes por delante”, insisten cerca suyo. Aunque podrían surgir más. Entre sus posibles viajes está, además del de este martes a Brasilia, otro hacia el mismo país a fines de mayo próximo y a Bruselas en julio; mientras que para septiembre podrían estar Nueva York y Nueva Delhi.
Cerca del mandatario se esperanzan con que en los próximos meses los propios “no sacudan” el escenario. No por piedad hacia Fernández, sino porque cualquier reacción impactaría en el frágil escenario económico, con las consecuencias que eso podría tener para Sergio Massa, a quien todos descuentan como próximo candidato. “No es negocio para nadie sacudir mucho”, repiten. En Massa depositan también algunas lecturas sobre el kirchnerismo y su relación con ellos. “Si hubieran tenido una estrategia, no terminarían yendo con Massa, que no simboliza kirchnerismo y dijo que los iba a meter a todos presos”.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

El crecimiento del gasto público, un clásico en años electorales
La tendencia se registró en seis de las últimas siete votaciones presidenciales; no ocurrió en 2019
Gabriela Origlia
CÓRDOBA.– En los años electorales como el actual el gasto público tiende a crecer. Un análisis de los últimos siete años de comicios presidenciales revela que, excepto en 2019, en todos subió el ratio del gasto público nacional, en comparación con el año previo, en términos del Producto bruto interno (PBI). En 2023, el Gobierno se comprometió con el Fondo Monetario Internacional a llevar el déficit fiscal a 1,9% del PBI, con lo que el gasto debería caer 1,7 puntos porcentuales.
En 2019, el gasto público cayó 1,6 puntos porcentuales del PBI (pasó del 20,1% al 18,5%), con el antecedente de que en 2018 también había bajado 2,5 puntos porcentuales interanuales. Así, la última vez que la Argentina votó para presidente, venía de dos años de baja del gasto.
Los datos derivan de un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dirigido por Nadín Argañaraz. El informe señala que el año pasado ya el gasto se redujo 0,9 puntos porcentuales (del 21,2% pasó al 20,3%). Si ahora se cumpliera el compromiso con el FMI, se repetiría la dinámica del 2019.
En el primer trimestre de este año el gasto primario fue de 3,5% del PBI, lo que implica una caída de 0,1 puntos porcentuales en la comparación interanual y de 0,3 puntos porcentuales respecto de 2021.
En las siete elecciones presidenciales, eso mismo sucedió en 2003 y en 2019. Solo en los comicios de 2003 se dio un cambio de signo entre el primer trimestre, ya que arrancó con caída y terminó con alza.
Un documento de los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli, del Ieral de la Fundación Mediterránea, advierte que si en lo que resta del año el sector público nacional ejecuta el gasto en clave “electoral”, el déficit primario podría resultar superior a 3% del producto.
El informe describe que, tomando los resultados del sector público nacional (base caja) de este primer trimestre comparado con el mismo período del 2022 en valores constantes, el déficit primario subió 81%, aun cuando el gasto primario bajó 6%. Ese resultado se explica por la baja del 11% de los ingresos totales por el impacto de la sequía.
Entre enero y marzo la mayor caída en el gasto fue de los subsidios económicos, que se redujeron 36% por la suba de tarifas; le siguieron las transferencias corrientes a provincias con 17% y jubilaciones, con 8%. En cambio, subieron 40% las transferencias de capital a las provincias; 28% la inversión real directa y 8% los recursos destinados a personal.
En lo que hace a la recaudación nacional, la baja interanual fue de 6,8% en términos reales con una reducción de 74% en los ingresos por retenciones y 44,4% en los impuestos sobre los combustibles.
El Ieral sostiene que, suponiendo que el Gobierno quiere cumplir la meta de déficit con el FMI –el 1,9%– debe lograr una baja del 6,3% en el gasto real, similar a lo ocurrido en el primer trimestre. En cambio, si pone en marcha el “gasto electoral” y el gasto primario termina constante en 2023 en comparación al 2022, en valores reales, el déficit primario podría elevarse hasta 3,2% del producto.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.