domingo, 10 de abril de 2016
CINE RECOMENDADO
Arreo, el film de Tato Moreno que se estrenó en el Gaumont, refleja la vida de Eliseo Parada y su familia
La familia Pereda, retratada en el documental.0 En medio de la neurótica lógica de la ciudad, agobiados por la sobrecarga de información de todo orden que recibimos, difícil imaginar la realidad cotidiana de un gaucho trashumante del sur de Mendoza. Gente dedicada casi por completo a un trabajo muy particular que forma parte de una larga tradición en la zona y que empieza a notar que las amenazas a la supervivencia de ese estilo de vida son cada vez más palpables.
Para Eliseo Parada y su familia, el progreso (la construcción de rutas, la explotación industrial de las tierras donde pastorean sus animales) no es necesariamente una buena noticia. De eso se ocupa Arreo: de contar su sacrificada historia y darle voz cinematográfica a su reclamo. En plena cordillera de los Andes, Eliseo vive con su esposa y cuida sus 500 cabras y chivos, sus cuatro perros arrieros y su mula. Tiene dos hijos que eligieron caminos diferentes: José Abel decidió estudiar y vive en la ciudad, mientras que Facundo se quedó en la montaña para colaborar con sus padres. "Con este documental aprendí a entender que el amor hace que un padre y un hijo que eligieron caminos diferentes puedan superar eso sin que la relación se resienta. Pude ver ese proceso, el de la aceptación del camino del otro. Para mí, que soy padre y tengo 55 años, la misma edad que Eliseo, fue un gran aprendizaje", explica Tato Moreno, director del film, que se estrenó en el Gaumont.
Arreo ya fue exhibida en un cine de Malargüe que se llenó varias veces desde su estreno (la vieron más de 2000 personas, una cifra importante para ese lugar) y a fin de mes se proyectará en el Festival de Mérida y Yucatán, en México. Moreno no tendrá que viajar tanto para acompañar su película, ya que vive hoy en Miami, donde arma un equipo para producir contenido audiovisual para el Caribe. Nacido en San Rafael, Mendoza, estudió en California y ha trabajado mucho para la cadena ESPN. "Allá aprendí a editar en 16 milímetros y a trabajar en televisión, sobre todo en posproducción -cuenta-. Con la plata que gané, pude armar mi propia productora en la Argentina, 24Pfilm, para filmar documentales."
Además de Arreo, Moreno dirigió La otra Vendimia (sobre la creación de la Vendimia Gay, una celebración paralela a la tradicional fiesta mendocina, hoy transformada en Vendimia Para Todos) y De idas y vueltas (sobre una escuelita albergue de Ranquil Norte, en Malargüe). "La idea de Arreo apareció después de filmar De idas y vueltas, que contaba cómo muchos chicos también experimentaban el importante cambio entre la vida en sus casas y en esa escuela a la que llegaban para quedarse un buen tiempo. Arreo refleja las tensiones entre el campo y la ciudad, la posible desaparición de un mundo por la falta de oportunidades en el campo y porque muchos jóvenes, tentados por la ciudad, ya no quieren seguir con ese trabajo."
Moreno buscó durante un año y medio a los protagonistas de su película. "Al final apareció un profesor de Historia de Malargüe, Pancho Parada, que es hermano de Eliseo y que también había sido puestero -revela-. Pancho tiene un programa de radio y se transformó, de algún modo, en la llave de este documental. Fue uno de los que decidió cambiar de vida y pudo. Y Eliseo es la contracara: a los cinco minutos de estar hablando con él por primera vez, me dijo: «Yo soñé que alguien iba a venir a contar nuestra historia; me alegra que alguien le quiera mostrar al mundo lo que pasa aquí». Es alguien que no se imagina en otro lugar. Así nació una linda amistad entre los dos. Es una película que demandó mucho esfuerzo, porque no tuvo ningún tipo de apoyo o subsidio. Tuvimos dos años y medio de rodaje y dos años más de prosproducción."
En todo ese tiempo, Moreno fue dándose cuenta de lo que más valoraba de la experiencia de Arreo: "Lo fundamental fue hacerla muy cerca de sus protagonistas, que ellos tuvieran muy claro de qué iba la película, que estuvieran conformes. No quería hacer un relato antropológico, una mirada exterior, sino una película con Eliseo y su familia".
Admirador confeso de los documentales de Jorge Prelorán, Werner Herzog y Wim Wenders, Moreno quedó, por suerte, muy satisfecho con el resultado de su película, pero sobre todo con lo que pasó en aquella première en Malargüe, cuando Eliseo fue ovacionado: "Fue muy emocionante -recuerda hoy-. Y que Eliseo me haya agradecido que hayamos trabajado con tanto respeto fue el mejor regalo para mí".
A. L.
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