“Vida de pintor. Carlos Alonso” 45 pinturas y 50 de sus dibujos se exhiben en Fundación Fortabat
En el año de su décimo aniversario la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat está presentando hasta el 7 de octubre “Vida de pintor. Carlos Alonso”. Una muestra magistral con 45 pinturas y 50 dibujos que nos acercan al mundo interior del artista Carlos Alonso.
AGENDA
La muestra podrá visitarse hasta el 7 de octubre de 2018 de martes a domingos de 12.00 a 20.00 hs. en Olga Cossettini 141,
Puerto Madero (CABA)
Tel: 54 (11) 4310-6600
info@coleccionfortabat.org.ar
Ha dicho el artista sobre la muestra:
Yo mismo me he preguntado, por qué esta tendencia a revivir a partir de obras de otros autores; por qué esta necesidad de apoyarse en obras del pasado, ya consagradas y respetadas. Puedo decir que es la necesidad indudable de ese respaldo para poder pegar un salto, sin que la aventura sea un salto al vacío; sentir que uno es parte de una cadena, un eslabón de una cadena, que viene de atrás y que uno aspira que siga para adelante; una forma de tomar aliento, de tomar fuerza, bebiendo en fuentes que uno considera legítimas y aún llenas de savia, de vitalidad y de potencia.
Y en declaraciones de prensa agregó:
“Estoy contento con esta exposición porque muestro la actividad firme de todos estos años, en los que mi obra quedó un poco a trasmano, o con un silencio que no se sabía qué era: si no quería mostrarme, que no trabajaba, o qué” (…) “Esta muestra habla de mi empeño, de lo máximo que puedo dar como autor. Carlos Alonso
Consagrado como uno de los más notables artistas plásticos argentinos, Carlos Alonso, comenzó su carrera reflejando en sus obras un realismo social, inclinándose hacia formas cada vez más libres y expresivas, que le harán entroncar con el Nuevo Realismo.
Su técnica era rigurosa, trabajada obstinadamente y sin pausa a través de muchos años, en la que sobresale su color, sensible y expresivo, y sobre todo su portentoso dibujo.
Cursó estudios de arte en la Universidad Nacional de Cuyo, Alonso es nacido en Mendoza, con Gómez Cornet y en la de Tucumán con Spilimbergo, grandes maestros de los que atesoró muy valiosas enseñanzas.
En 1954 viajó a Europa, donde expuso en París y Madrid, y en 1959 ganó el concurso organizado por la editorial Emecé para ilustrar la segunda parte del Quijote, de cuya primera se había encargado Salvador Dalí.
En años posteriores prosiguió su tarea de ilustrador enriqueciendo grandemente diversos libros, lo que no le impidió acentuar su dedicación a la creación de cuadros en los que profundizó sus indagaciones sobre la dimensión trágica del ser humano.
Fue consolidando su fama en el país, especialmente por sus celebradas exposiciones en Buenos Aires, y a partir de 1965 emprendió numerosos viajes al extranjero, donde expuso sus obras y cosechó señalados éxitos de público y de críticas.
Sus creaciones fueron reiteradamente exaltadas en México, París, Florencia, Milán, Roma, Bolzano, Londres, Niza, Bologna, Madrid y otras ciudades europeas. Actualmente se encuentra en el máximo nivel de su ciclo creativo, con obras que son rotundas muestras de su talento y sus hondas convicciones, y que por ello ejercen un alto magisterio en las nuevas promociones de artistas plásticos.
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