domingo, 9 de diciembre de 2018

LA PÁGINA DEL MORDAZ,


HOGARTH Y LA VIDA LONDINENSE

William Hogarth (1697-1764). Autorretrato, Tate Britain, Londres.
El cuadro muestra seis rostros distribuidos en forma caprichosa en el lienzo. No se trata de nobles y mucho menos de personajes de la realeza. Son facciones de gente sencilla y las cofias que llevan las mujeres revelan que están encargadas del servicio doméstico. Forman parte de la servidumbre de quien los está pintando. Fueron posando en forma sucesiva hasta ocupar el lugar correspondiente en la tela. Cada uno con su propia individualidad, su apariencia natural y sus vestimentas cotidianas de trabajo. Se nota que el artista ha tratado cada rostro con cariño, lo cual es coherente con las fuentes contemporáneas al autor, que señalan que sus criados le tenían una gran devoción. Estoy hablando de William Hogarth.

Los sirvientes de William Hogarth. Tate Gallery, Londres.
Esta obra era totalmente atípica en la Inglaterra del siglo XVIII, porque a ningún artista de posición económica holgada, como lo revela el hecho de poseer seis personas en el servicio doméstico, se le ocurriría pintar a sus sirvientes. Ocurre que Hogarth fue un pintor diferente, ingenioso, satírico, subversivo y dotado de gran talento, pero por sobre todas las cosas se caracterizó por su sensibilidad humana y una aguda capacidad para observar y satirizar la sociedad londinense de su época.
Nació en un hogar humilde de Londres ya que su padre enseñaba latín en las escuelas y por entonces los maestros recibían sueldos paupérrimos. Por lo tanto, Hogarth convivió con los niños y gente pobre que pululaban en las calles de su vecindario. Los recuerdos de su infancia los expresó después en pinturas y grabados, que mostraban una Londres sucia, sórdida y populosa.
Durante parte de su adolescencia trabajó de aprendiz en un taller de grabado y a los 23 años instaló su propio negocio que le permitió vivir con la venta de grabados en cobre realizando escudos, blasones, tarjetas comerciales e ilustraciones de libros. No faltaron quienes copiaron su trabajo y después de una lucha judicial logró que el Parlamento dictara una ley de protección sobre la autoría de grabados que pasó a llamarse la Ley de Hogarth. Podemos decir que estuvo entre los pioneros que protegieron los derechos de autor: los conocidoscopyright.
Se mezcló con la vida cotidiana de la clase baja y media de Londres y frecuentó, prostíbulos, bares y tabernas donde estableció relaciones con escritores, dramaturgos, filósofos y soñadores que enriquecieron su conocimiento sobre las costumbres, vicios y hábitos de los habitantes. Todas estas impresiones las plasmó en grabados y pinturas donde ridiculizó, satirizó y desnudó en forma despiadada la escasa moral de amplios sectores de la burguesía.
Se considera que ningún otro artista logró definir un periodo de la historia británica de forma tan impactante y perdurable como Hogarth. La expresión ‘Hogarth’s age’ (la era de Hogarth) se utiliza a menudo en Gran Bretaña para describir la primera mitad del siglo XVIII, al igual que el Londres de Hogarth que pasó a definir la capital inglesa durante esa época.
Son muchas las obras dedicadas a esta temática, pero seleccioné la llamada Matrimonio a la moda que consiste en una serie de seis cuadros pintados entre 1743 y 1745 y que muestran la frecuencia con que los matrimonios se llevaban a cabo esencialmente por razones económicas, el amor, si existía, estaba relegado a un segundo puesto. Aquí se presentan la primera y la segunda obra de la serie, donde se pueden apreciar numerosos detalles alegóricos que enriquecen las escenas.
Cuadro primero. El episodio ocurre en el salón de una familia aristocrática donde el lord, que se encuentra apremiado económicamente por deudas, está concertando el casamiento de su hijo con una joven, hija de un rico mercader. Se encuentra sentado a la derecha y señala con su mano izquierda un documento con su árbol genealógico que se remonta a la Edad Media y sugiere la importancia de su linaje. Su pierna derecha descansa sobre un banquillo y el pie vendado significa que el lord padece de gota, enfermedad de la clase alta, que tenía acceso a una abundante alimentación y que desde Hipócrates se la llamaba “la artritis de los ricos”. Juntos con el lord y sentados alrededor de una mesa circular se encuentran el abogado y el mercader, todos discutiendo las cláusulas del matrimonio que en realidad es un arreglo comercial.

William Hogarth, Matrimonio a la moda. Escena 1, Tate Gallery Londres
En el extremo izquierdo del cuadro se encuentra su hijo vestido con una casaca azul, comiendo bombones mientras se mira en un espejo indiferente al arreglo matrimonial que se está llevando a cabo. En su rostro se destaca una marca negra, señal de que padece sífilis. A su derecha se encuentra la joven que será su futura esposa y llora tristemente mientras un familiar trata de consolarla. Dos perros encadenados entre sí en una esquina reflejan la situación de la pareja.
Cuadro 2. Siempre separados, la pareja se encuentra a ambos lados de una chimenea. El hombre con rostro cansado, los ojos cerrados y vulgarmente tumbado sobre una silla, acaba de llegar de una noche de juego, bebida y libertinaje. El perro huele una cofia que no pertenece a su ama y que sobresale del bolsillo de su casaca. La esposa se muestra satisfecha y su rostro sugiere que en la ausencia de su marido introdujo a un amante en la mansión. Una silla volcada, un instrumento musical tirado y una partitura abierta indican que hubo música y baile, sinónimos de placer.
El contador de la familia figura a la izquierda de la escena y mientras sostiene con una mano, numerosas demandas y facturas impagas, se lleva la otra mano a la cabeza en un gesto de desesperación ante la indolencia de la pareja. Sobre la chimenea se aprecian adornos de baja calidad, signos de la dificultad financiera del matrimonio.

William Hogarth. Matrimonio a la Moda, escena 2.
La serie de los cuadros siguientes, que por razones de espacio no los incluyo, muestran el deterioro del matrimonio, cada uno tiene su respectivo amante y ahora debido a los apremios económicos habitan una mansión de muy baja categoría. El marido de la mujer es asesinado por el amante de ella que escapa por una ventana, pero es atrapado y condenado a morir ahorcado. Finalmente, en la última escena la mujer se encuentra moribunda porque ha ingerido un veneno. Una sirvienta le acerca la hija para que bese a la madre. Aquí, Hogarth no se ha privado de elevar al máximo el deterioro de esa familia ya que se ve a la niña con una marca de sífilis en el rostro.
William Thackeray, el más destacado escritor inglés, después de Charles Dickens, puso en la literatura lo que Hogarth describió en sus pinturas. Con su humor irónico, corrosivo y realista, después de contemplar la serie deMatrimonio a la moda, escribió las siguientes máximas:
No preste atención a los consejos de lenguas viperinas.
No contraiga matrimonio con un hombre por su rango o con una mujer por
su dinero.
No frecuente reuniones ni bailes de máscaras a espaldas de su marido.
No se junte con personas libertinas ni descuide a su esposa.
De lo contrario usted se encamina hacia la ruina y terminará ajusticiado.
Hogarth, William. Encyclopaedia Britannica, tomo 5, Chicago 1995.
Steven Zucker, Beth Harris. William Hogarth: Marriage-A-la Mode. Khan Academy. Disponible en: https://www.khanacademy.org/humanities/ap-art-history/early-europe-and-colonial-americas/reformation-counter-reformation/v/william-hogarth-s-marriage-a-la-mode-c-1743
Diana Fernández. La Pintura Satírica-William Hogarth. Vestuario Escénico, 23/07/2012. Disponible en:https://vestuarioescenico.wordpress.com/2012/07/23/la-pintura-satirica-william-hogarth/
William Hogarth. Biografía y características de su obra. TheCult.es, 05/08/2010. Disponible en: http://www.thecult.es/Arte/william-hogarth-biografia-y-caracteristicas-de-su-obra.html

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