domingo, 17 de noviembre de 2019

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A los 96 años, murió María Perego, la creadora del Topo Gigio
La artista italiana falleció a los 96 años en su casa de Milán
Cada vez que se le pedía a Maria Perego que revelara alguno de los secretos de la técnica que usaba para darle vida al Topo Gigio respondía con pocas palabras y una inmensa sonrisa: "A Gigio se lo maneja con el corazón". No había otra explicación posible. Gigio estaba hecho de la misma materia prima que los Muppets: una mezcla única entre el talento oculto de sus animadores (siempre inspirados, siempre originales) y una puesta en escena que interpelaba a la vez a los chicos y a los grandes. Las ocurrencias de Gigio nunca eran pueriles o recurrían a lugares comunes. Tampoco había pereza o voluntad de repetición en sus creaciones.
Perego murió  en Milán, mientras seguía imaginando nuevos mundos y posibilidades para su personaje más famoso, que vivió mil y una vidas a lo largo del tiempo sin renunciar jamás a su maravillosa esencia. Le faltaba apenas un mes para cumplir 96 años y seguía trabajando. "Tenía mil proyectos hasta ayer, pero recibimos un llamado desde su casa y llamamos a emergencias porque no se sentía bien. Se fue antes de que llegara la ambulancia", dijo Alessandro Rossi, administrador de la empresa que manejaba la marca del personaje al anunciar el deceso de su creadora.




Gigio fue siempre igual a sí mismo en cada una de sus encarnaciones (podía ser astronauta, bombero, gaucho, deportista y viajar por la historia con cualquier vestimenta u oficio), pero el modo en que se movía en su eterno mundo de fondos negros siempre nos sorprendía. Siempre nos alegraba. Proponía juegos, reaccionaba con ocurrencias inesperadas, era tierno y dulce frente a los adultos sin caer en el edulcoramiento, cantaba y bailaba. Y tenía sus marcas identificatorias: los parpadeos, la risa en movimiento, algunas frases ("¡Lo dije yo primero") y el pedido para que le dieran el "besito de las buenas noches", que era nuestra consigna para dejar de ver la tele e irnos a dormir. Ese ritual atravesó varias generaciones, aquí y en el mundo, a lo largo de los últimos 60 años. Y seguirá repitiéndose de aquí en adelante.
Cuando Maria Perego creó a Gigio en 1959 ya era una animadora reconocida en el mundo artístico y televisivo de Italia. Había nacido en Venecia el 8 de diciembre de 1923 y su trabajo artístico, que iba y venía entre el teatro y la animación, la llevaba todo el tiempo entre esa ciudad y Roma, donde terminó afincándose. Hasta que en 1959 llegó, después de muchas creaciones para el público infantil, el personaje que le cambió la vida. Inspirada en el célebre Topolino (el nombre que siempre tuvo en Italia el ratón Mickey) creó junto a su marido Federico Caldura a Gigio, un pequeño muñeco de gomaespuma (38 centímetros de altura) lleno de dulzura, sencillo, ingenuo, siempre amable y dispuesto a hablar con los adultos. Topo, en italiano, es ratón.
A Perego le llevó casi dos años perfeccionar el mecanismo que transformó a Gigio en un personaje casi perfecto, que recorrió el mundo y todavía divierte y asombra a los públicos más diversos. Esa mecánica, que mezcla el viejo arte de los títeres de puño y el teatro negro, fue explicada muchos años después por Juan Carlos Mareco en el libro Estamos en el aire (Una historia de la TV en la Argentina), escrito por Carlos Ulanovsky, Pablo Sirvén y Silvia Itkin. "A Gigio lo manejaban cuatro personas entre las que estaba, por supuesto, María, su creadora. Uno manejaba los bracitos, otro las orejitas, otro las patitas de atrás. Toda la luz era para él y para mí, y los demás estaban vestidos de negro", relató Mareco, el primer gran partenaire (y seguramente el mejor) de las muchas andanzas del Topo Gigio en la pantalla chica de nuestro país.



Cuando debutó en 1968 en el viejo Canal 11 y dentro del programa La galera, los muñecos de peluche de Gigio empezaron a venderse por millones. El éxito de la TV se extendió al disco y a algunas publicaciones gráficas. Mareco, mago de mil voces, también tuvo que encargarse de hacer hablar al muñeco debido a que Peppino Mazzullo, el actor italiano que se encargó desde el principio de esa tarea padecía constantes ataques de asma por culpa de la humedad de Buenos Aires. Quien quiera descubrir o reencontrar a Gigio en viejas grabaciones televisivas italianas disponibles en Internet, sobre todo junto a Raffaella Carrá, se encontrará con Gigio a través de la inconfundible voz de Mazzullo, que hoy sigue activo a sus 93 años como director de un pequeño teatro en su Sicilia natal. Gigio parece tener el secreto de la longevidad para sus creadores.
A fines de esa década, Gigio siguió a Mareco en su clásico ciclo televisivo Casino. Y se mantuvo en los años posteriores invitando a los chicos a dormir, vestido con un largo pijama y un gorrito con pompón. En la década del 80 se sumó a la extraordinaria troupe de los cómicos uruguayos que por entonces hacían Hiperhumor, y a fines de esa década llegó a tener su programa propio ( La hora del Topo Gigio) junto a Las primas, según recuerda el meticuloso investigador e historiador de la TV Jorge Nielsen. Muchos lo recuerdan también interactuando con Berugo Carámbula y muchos más disfrutaron de sus canciones y grabaciones, popularizadas por entonces a través del VHS y del cassette.

Mientras tanto, Gigio ya había dado varias vueltas al mundo. Apareció junto a estrellas de todos los tiempos como Louis Armstrong, John Wayne, Michael Jackson, Lucio Dalla. Fue uno de los invitados más frecuentes del legendario show de Ed Sullivan, donde debutó en 1962. Acompañó a su conductor hasta el programa de la despedida, en 1971, después de 92 apariciones. "Cuando lo veo sobre mi brazo siento como si estuviese hablando de verdad con una persona. Nunca me ocurrió ni me volverá a ocurrir con un títere", confesó Sullivan en una ocasión.




Seguramente había escuchado y visto cómo Perego trataba a Gigio y hablaba de él casi como si fuese su hijo. Murió mientras trabajaba en la nueva adaptación de las andanzas de Gigio, esta vez en dibujos animados, con la idea de convertir esa serie en bandera de las celebraciones por los 60 años de la primera aparición del personaje, previstas para el año próximo. Los planes no cambiarán y seguirán sin dudas los deseos de su creadora. "¿Quién era Gigio? -se preguntó una vez Perego-. Un personaje tierno, un poquito inseguro, delicado, sensible, sin una gota de arrogancia. Tuve que esforzarme muchísimo para que mantuviera su carácter y no fuese alterado o deformado por autores o directores que ignoraban los propósitos para los que fue creado, siempre moviéndose entre la fantasía y la realidad".

M. S.

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