domingo, 8 de noviembre de 2020

LECTURAS RECOMENDADAS


Thriller a la argentina, junto a los bosques y playas de Pinamar
D. G. 

Ambientado en una Pinamar semidesierta antes del inicio del verano, este policial tiene como protagonista a un viejo conocido por los lectores de las novelas de
Alicia Plante. Se trata del juez Leo Resnik (personaje inspirado en un juez y escritor amigo de la autora), que ha seguido el consejo de quienes lo quieren y pasa unos días en la costa para recuperarse de un accidente traumático.
En la ciudad balnearia va conociendo a un elenco variopinto que, luego del misterioso asesinato del prohombre local, interpretará diferentes papeles. Una red policial corrupta (salvo el sargento Battaglia, “persistente como mosca de letrina”), un anciano bien informado, chicos de reformatorio, una ex impredecible y encantadora y el administrador de los bienes de Ramón Bastos, agente inmobiliario poco apreciado por los pinamarenses, son algunos de ellos.
“Con un brevísimo destello de algo parecido a la angustia, Leo sintió que Victoria tampoco lamentaba su muerte. Y no era por Bastos aquel fulgor que se apagó enseguida –él no sentía nada por el hombre–, sino por la indiferencia misma, por una vida que alguien había vivido, aparentemente sin dejar ninguna huella grata”.
Pese al perfil de la víctima, y en especial cuando la acusación recae en alguien que él considera inocente, Resnik se dedica a lo suyo: “Mientras, él estaba en camino, este era su oficio, su mundo, su objetivo: en la medida de lo posible averiguaría lo que había ocurrido realmente para que se hiciera justicia”.
Antes de la publicación de Fuera de temporada (Adriana Hidalgo), la autora visitó Pinamar en dos ocasiones.
“Un lugar hermoso, que va cubriendo heridas mal cerradas, de afuera para adentro –dice Plante–. Los hechos del libro ocurren en octubre, sin turistas todavía, la ciudad sin tapujos, el fantasma de Alfredo Yabrán asomando detrás de los árboles varios años más tarde, la misma policía corrupta, la misma gente, tejiendo una trama viva y activa, y un juez exiliado que no evita involucrarse cuando asesinan al mafioso local”.
Un thriller bien a la argentina para leer en vacaciones.



La Feliz, escenario de intrigas, recuerdos y humor
D. F. I. 

“Estuve unos años afuera, viviendo en Barcelona, y cuando regresé para el verano del 92 fui a Mar del Plata como quien se vacuna con una sobredosis de la Argentina”, explica Juan Sasturain en el prólogo de
Dudoso Noriega (Sudamericana). Y hay dos términos –Mar del Plata y “sobredosis de la Argentina”– que pueden leerse como detonantes del relato, pero también como claves para su lectura.
En los universos transitados por Sasturain, se sabe, conviven en feliz chisporroteo las letras con la historieta, la novela con el policial. El autor, junto con el dibujante Alberto Breccia, de esa maravilla oscura que es Perramus, se mueve cómodo en el diálogo entre aquello que alguna vez se pensó como alta y baja cultura; presta oídos atentos a las voces, tonos y colores de lo popular.
Es entre estos vectores que transcurre Dudoso Noriega, novela anclada en una Mar del Plata que el autor conoció en el tiempo en que todo se percibe con mayor intensidad –vivió allí entre los
10 y los 15 años–, y que en el libro aparece en la apoteosis de su ser “feliz”: cuando la ciudad mutaba a balneario masivo, entre las décadas de 1950 y 1970.
Salvador Noriega, eje del relato, es un bañero, no un “guardavidas”, que hace de su oficio una puntillosa pasión, y se gana la vida como acomodador de cine en el invierno.
Habrá una misteriosa desaparición e ingresarán los tonos del policial de la mano del inspector Echenique, personaje conocido para quien haya leído otras novelas de Sasturain (Manual de perdedores,
Arena en los zapatos). Estarán también los claroscuros de la historia amorosa, los atisbos de la política, la profusión de personajes atiborrados de calle y de mar, de sabiduría rea y citas cinéfilas. Estará el humor: en el relato, en las ilustraciones de Diego Parés y en unos apéndices donde habrá lugar para una “defensa del aguaviva”, disquisiciones sobre las olas o el uso (y abuso) de las patas de rana, y hasta un texto de un tal Emilio Renzi. Y la advertencia, hecha desde el vamos: “En este relato verdadero todo es puntualmente –y por necesidad narrativa– absoluta mentira”.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA


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