Los gestos de Graciela Sacco: volver al espacio público con los cinco sentidos
"No vote promesas. La única realidad es Carlos Menem". Eso decía el afiche callejero que presentaba al entonces presidente argentino como candidato para ser reelegido, en 1995. Sobre otro cartel igual, al lado, el rostro sonriente del riojano estaba cubierto por una boca abierta, en gesto de desesperación.
"Interferencia urbana" de la fallecida artista rosarina formó parte de la serie Bocanada, en 1995
Aquella "interferencia urbana" de la fallecida artista rosarina Graciela Sacco formó parte de la serie Bocanada, que ese mismo año pegaba las bocas en primer plano junto a un anuncio urbano que ofrecía ayuda al suicida. "Estas imágenes refieren a los problemas del hambre y la hambruna -se explica en su sitio web-, pero también de forma más general a las expresiones de la apremiante necesidad o incapacidad de comunicar pensamientos o deseos".
Otra intervención de la serie Bocanada
Impresas sobre diversas superficies -como cucharas, estampillas y las cajas de fósforos con la frase "una sola chispa basta para incendiar la pradera", que presentó en la Bienal de San Pablo de 1996-, llegaron también a París y Nueva York. Y ahora se ven desde la vereda de la galería Rolf Art, en Esmeralda 1353, como parte de la exposición Pensar todo de nuevo.
Intervención urbana en la Bienal de Venecia, en 2001
"La muestra te recibe con este gesto provocador, que hoy tenemos vedado", dice su directora, Florencia Giordana Braun, sobre este proyecto curado por Andrea Giunta que pronto se convertirá en libro y aspira a exhibirse en Francia el año próximo. Mientras tanto, el viernes próximo sumará una acción colectiva del grupo Nosotras Proponemos (NP), con intervenciones en Retiro que incluirán las bocas de Sacco en el marco de la semana del arte Panorama .
La experimentación con la heliografía le permitió adaptar su obra a múltiples superficies
Fue justamente el legado de esta maestra de la heliografía lo que inspiró la creación del colectivo feminista días después de su muerte, en noviembre de 2017. "Tenía mucho reconocimiento afuera pero acá había un boicot -aseguran desde NP-. Fue una víctima del machismo en el mundo del arte".
Una de sus obras exhibidas en el Hotel de Inmigrantes en 2018
Esa huella internacional abarca su participación en las principales bienales del mundo, desde La Habana hasta Venecia. Miles de rincones de la ciudad italiana quedaron intervenidos en 2001 con los ojos humanos que imprimió sobre calcomanías y que distribuyó entre el público. Inquietantes imágenes que se volverían a multiplicar en 2014 en el Hotel de Inmigrantes, en la retrospectiva que le dedicó Muntref.
"¿Quién fue?", se titulaba una de las obras con las que Graciela Sacco participó en 2017 de Bienalsur, en cuatro ciudades de la Argentina, Brasil y Ecuador
"¿Cuál es mi lugar? ¿Cuál es el del otro? ¿Dónde me paro?", eran entonces las preguntas de la artista, un presagio de la actualidad. El mismo efecto que tuvo ¿Quién fue?, el dedo señalador presentado por Bienalsur en 2017, que coincidió por azar con la desaparición de Santiago Maldonado.
C. CH.
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