lunes, 14 de marzo de 2022

IDENTIDAD CULTURAL


La Manzana de las Luces, nuestro olvidado foro romano
Matteo Goretti Monteleone
La Manzana de las Luces, rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina y Perú de la ciudad de Buenos Aires, fue sede de eventos e instituciones fundacionales de nuestro país. Hoy es una dependencia del Ministerio de Cultura de la nación. Distante solo cien metros de Plaza de Mayo, la manzana fue donada a los jesuitas por Isabel de Carbajal en 1633.
En 2021 se cumplieron doscientos años de su apelativo, que propusiera el periódico El Argos.
Allí nació en 1820 la provincia de Buenos Aires y sesionó su Sala de representantes hasta la federalización de la ciudad y la fundación de La Plata. Sus gobernadores tomaron allí posesión del cargo hasta 1880. Allí juró en 1826 Bernardino rivadavia como primer presidente de las Provincias Unidas del río de la Plata y en 1862 Bartolomé Mitre como presidente de la nación.
Fue sede del regimiento de Patricios, y en el lugar se luchó durante las invasiones inglesas. Allí se crearon las sociedades Literaria, Científica, Geográfica, ornitológica del Plata y Geológica, y se cobijó la primera exposición artística y la primera exposición industrial, y la Imprenta Buenos Aires, de Estanislao del Campo -que luego fue del diario La Prensa-, desde cuyas oficinas se hizo el primer llamado telefónico de la Argentina. También funcionaron la Procuraduría de las Misiones, el Colegio de San Carlos, la botica de los jesuitas, el Museo de Ciencias naturales, la Universidad de
Buenos Aires y las Academias de Jurisprudencia, de Dibujo y de Medicina. Allí yergue el Colegio nacional Buenos Aires, y junto a él la iglesia que conserva la edificación más antigua de la ciudad, San Ignacio de Loyola. En sus entrañas se despliegan los últimos tramos de túneles coloniales conservados de la ciudad.
Sin embargo, sólo pueden visitarse dos salas, porque la Manzana de las Luces se ha convertido en depósito de cuadros y esculturas del Palacio nacional de las Artes (Palais de Glace) y también de sus empleados, esperando que las obras de restauración del edificio propio finalicen alguna vez. Allí hay, desde la década de 1970, un terreno baldío utilizado hasta hace poco como playa de estacionamiento.
Hasta 2016 el complejo estaba abierto al público y a las escuelas, que podían recorrerlo libremente o bien optar por las visitas guiadas a cargo del Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces, una ong modelo creada con la misión de investigar y difundir su historia.
Donde funcionó la primera imprenta de Buenos Aires, la de Expósitos, y Domingo F. Sarmiento ubicó la Dirección General de Escuelas, donde se fundó el Archivo General y la Biblioteca Pública, donde Saturnino Segurola administró la vacuna contra la viruela y Albert Einstein pronunció una serie de conferencias, no queda nada que recuerde el propósito institucional de la Manzana de las Luces y su historia, salvo las descuidadas grietas que conspiran contra la conservación de sus deteriorados muros.
Podría decirse que la Manzana de las Luces ha sido nuestro Foro romano. Allí crecieron las instituciones políticas, comenzó la educación pública, se desarrolló la ciencia y se construyeron los edificios religiosos más importantes de su época. Fue uno de los tres vértices que, con el Cabildo y el Fuerte/casa de Gobierno, forjaron el triángulo de nuestra nacionalidad. Hay que rescatarlo del olvido, volverlo a la vida como un ámbito de reencuentro de los argentinos, para pensar nuestro futuro como lo hicieron nuestros padres fundadores.
Allí crecieron las instituciones políticas, comenzó la educación pública, se desarrolló la ciencia
También se construyeron los edificios religiosos más importantes de su época

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