El perjuicio de tanta espera
Eugenio Semino defensor de la tercera edad
“La enfermedad no espera y estalla: los mayores tienen que ir a una guardia y muchos quedan en el camino. Esto es un disparate desde lo humanitario y también desde lo económico”PAMI: demoras en la atención por un cambio operativo
La adquisición quedó a cargo de los prestadores en lugar de ocuparse la obra social; afecta a 30 especialidades; denuncias de afiliados y del defensor de la Tercera Edad
Fabiola CzubajLa obra social argumenta que las demoras son en todo el sistema de salud tras la pandemia
Una decisión del PAMI está sumando demoras en el acceso a ciertas prestaciones en un sistema de salud que no termina de dar abasto para ponerse al día con la demanda tras la pandemia de Covid-19. Con la implementación de la libre elección de especialistas desde marzo pasado, la obra social de jubilados y pensionados cambió el proceso de compra de dispositivos y otros insumos necesarios para procedimientos en más de 30 especialidades: frente al reclamo de los pacientes por demoras, hay profesionales que las atribuyen a que esas compras pasaron a ser parte de la práctica médica en el lugar de atención.
En una sala de espera de un hospital especializado en oftalmología de la zona oeste del conurbano bonaerense, hace casi tres meses los pacientes aguardaban a que los llamaran para completar los estudios previos a una cirugía de cataratas. Un médico pidió la atención de todos e informó que había demoras en la entrega de lentes intraoculares que el establecimiento había tenido que tramitar porque el PAMI dejó de entregarlos con el cambio del modelo de contratación. A tres de esos pacientes los operaron recién el lunes pasado, a 13 meses de la fecha inicial prevista, en mayo del año pasado. Comentan que, además del tiempo perdido y la angustia por recuperar la visión, se sumó que el costo de las lentes, como de otros productos, también corre al ritmo de la inflación.
Estos inconvenientes se repiten con otras especialidades, según sostuvo Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo porteña y presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría. También alertó sobre la falta de especialistas para atender en todas las jurisdicciones la demanda de los afiliados, que sigue retrasada desde la pandemia. Ante la consulta de la nacion, el PAMI aclaró que se incorporaron 1000 profesionales desde la implementación de la libertad de elección de especialistas, a la vez que reconoció que el número aún es insuficiente para atender las necesidades de cinco millones de beneficiarios en todo el país.
Sobre el cambio del sistema que les transfirió a especialistas o centros de atención la compra de insumos, desde la obra social explicaron que el valor del módulo que se factura por la prestación aumentó e incluye la práctica profesional más el costo adicional del insumo utilizado.
Los datos que el organismo exhibe de las operaciones de cataratas indican que de 7014 intervenciones que en promedio se hacían por mes año pasado, en lo que va de 2022 pasó a 11.613 procedimientos. Las consultas oftalmológicas subieron un 40% y se cubrió la entrega de 100.000 anteojos. Las ópticas, como los centros de estudios de diagnóstico por imágenes, también pasaron al sistema de libre elección.
“Todos los valores de referencia para prácticas e insumos se fijaron de acuerdo con la información brindada por profesionales y representantes de los oftalmólogos sobre los precios que ellos pagan por los lentes de forma particular –indicó un vocero de la obra social–. Es decir, el PAMI paga lo que ellos pagan como particulares”.
Y aclaró: “Siempre que se migra del sistema de capitado al de pago por prestación, hay sectores minoritarios que se resisten porque su negocio era cobrar por no atender. Sin embargo, como indican los números, la mayoría está satisfecha y trabaja porque ahora cobra más y mejor”.
Al solicitar datos del impacto en las demás especialidades alcanzadas, señaló: “Desde que iniciamos con la libertad de elección, dimos más de 13 millones de turnos en concepto de todas las especialidades y diagnósticos por imágenes”.
El equipo de Semino intervino en otro reclamo con una demora inexplicable: un reemplazo de cadera en una mujer de 55 años, pendiente desde noviembre del año pasado, por un retraso en la entrega de la prótesis. El nuevo turno en un prestador porteño del PAMI es recién para 2025. “Con las cirugías de rodilla está pasando lo mismo –amplió el defensor– y para cuando el paciente llega a la operación ya hay que resolver un problema también con la otra pierna”.
Desde el PAMI argumentaron que las demoras son generalizadas, en todo el sistema, y se comparan con los retrasos en los turnos que también se registran en las coberturas privadas más costosas. Pidieron, además, poner en perspectiva problemas que para la obra social son “aislados” entre cinco millones de afiliados. Sin embargo, son los que no se suelen resolver con la ayuda de familiares o pagos adicionales, que pueden ir desde $150 por una receta hasta $15.000 por asociarse a un plan de cobertura ofrecido por un prestador solo para agilizar el acceso a prestaciones que se facturarán al PAMI o más por insumos específicos, según denuncias recibidas.
“El desborde es absoluto”, afirmó Semino. Lo atribuyó, entre varios motivos, a la falta de gestión y la desarticulación. Su equipo lo ve a diario, según contó, en la atención de reclamos de afiliados y las presentaciones o intervenciones cuando el problema demanda atención urel gente. En su celular, recibe pedidos y consultas de todo el país.
“Se suma, también, el estrés pospandemia –agregó–. El sistema está muy estresado y se ha ido personal, en especial los especialistas”. Con esto, un turno por una derivación del médico de cabecera, por ejemplo, es a cuatro o cinco meses. La indicación de un estudio de baja complejidad para avanzar a un diagnóstico suma una espera de un par de meses más. Si es necesario un tratamiento, pueden pasar 10 meses o un año, según resumió.
“Pero como la enfermedad no espera, lo que está pasando es que estalla en el proceso: los mayores tienen que ir a una guardia y muchos están quedando en el camino –apuntó Semino–. Esto es un disparate desde lo humanitario y también desde lo económico, porque el costo que asume el sistema de salud por la atención en urgencia de una complicación aguda es enorme”.
Un jubilado con dos internaciones de urgencia previas por complicaciones cardíacas recibió una derivación a cardiología de su médico de cabecera. El turno, con dos meses de espera, coincidió con el feriado del 2 de septiembre por el atentado contra Cristina Kirchner. El lunes le informaron que se había reprogramado recién para diciembre. El paciente, que se presentó ante la Defensoría de la Tercera Edad, tenía un diagnóstico con indicación de colocación de un marcapasos.
Otros reclamos incluyen las cirugías de cataratas, con una espera promedio de un año para la operación; la entrega posquirúrgica de trípodes o sillas de ruedas, con una demora de tres meses; y la disponibilidad de residencias para adultos mayores, con o sin control psiquiátrico, luego de un alta clínica. Un circuito administrativo “monumental”, como definió Semino, también colabora con una cadena de demoras que “deteriora al paciente y disminuye su capacidad de rehabilitación”, con ofertas para resolverlo a cambio de pagos adicionales.
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