La economía repuntó en 2022, pero viene en baja
La actividad cayó en diciembre 1,2% interanual y 1% respecto de noviembre, y ya está por debajo del nivel de 2017; impactan las restricciones para importar y la sequía en el agro
Carlos ManzoniLa industria ya venía mostrando señales de desaceleración de la actividad
La economía mostró un crecimiento de 5,2% en 2022, pero ya acumula cuatro meses de desaceleración por la falta de dólares y la sequía en el campo. En diciembre, según informó ayer el Indec, cayó un 1,2% interanual. La actividad económica ya funciona por debajo del nivel de 2017, al que había igualado en agosto, antes de empezar a caer. El PBI per cápita, en tanto, es 6% inferior al de 2017, según analistas privados.
En un contexto de falta de dólares, restricciones para importar y dura sequía en el agro, la actividad económica creció 5,2% en el promedio anual de 2022, pero con una caída de 1,2% en diciembre respecto de igual mes de 2021, y de 1% desestacionalizado con relación a noviembre, hilvanó cuatro meses consecutivos de caída y confirmó su desaceleración. Es más: la economía ya funciona por debajo del nivel de 2017, al que había igualado en agosto, antes de empezar a caer.
Eso no es todo. Como para calcular el crecimiento real de una economía debe calibrarse el ingreso en términos de habitantes, aplicado ese ajuste –es decir, medido per cápita– el producto bruto interno (PBI) de la Argentina resulta un 6% inferior al de 2017.
Estos datos surgen del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que agregó que el indicador tendencia-ciclo registró una variación negativa de 0,2%.
El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma, señaló que el dato está en línea con lo esperado. “Con una caída del PBI en el último trimestre y el segundo semestre estancado, apenas logramos crecer por encima del arrastre estadístico de 2021 [calculado con diciembre de 2021]. La actividad está por debajo de los niveles de 2017. Había alcanzado ese pico en agosto, pero después se cayó cuatro meses seguidos hasta ubicarse ahora 3% debajo de ese máximo”, comentó.
En sintonía, el economista Matías de Luca, de la consultora LCG, ratificó que 2022 promedió un nivel de actividad similar al de 2017, último pico del PBI. “Sin embargo, para calcular el crecimiento real de una economía debe calibrarse el ingreso en términos de habitantes. En este sentido, medido per cápita, el PBI de 2022 resultaría un 6% inferior al de 2017”, puntualizó.
La cifra positiva en el promedio anual (5,2%), pero con fuertes signos de desaceleración en el último cuatrimestre, está en sintonía con lo que ya se supo de la industria y la construcción, dos motores de la economía, que crecieron 4,3% y 3,5% en el promedio de 2022, respectivamente, pero tuvieron en diciembre una caída desestacionalizada de 1,2% y 3,5%. Asimismo, el índice serie tendenciaciclo registra una variación negativa respecto del mes anterior de 0,4% y 1,2%, en cada caso.
La economista Agostina Myronec, de la consultora Ecolatina, opinó que, más allá del crecimiento de 5,2% promedio anual, la realidad de este último dato es que cayó en términos interanuales por primera vez en 21 meses. “Esto termina de consolidar el desempeño que se venía viendo de la economía en términos mensuales, que ya mostraba un desempeño más acotado en el último trimestre del año”, afirmó.
Myronec destacó que el sector que más negativamente incidió fue el primario (agricultura y ganadería), con una caída de 18% interanual, pero la novedad es que cayó también industria, 2,1% interanual, por primera vez en 25 meses. “Lo que está pasando es que en el último trimestre del año, en un contexto de un sesgo más contractivo de la política económica, tasas de interésrealespositivas,reduccióndel gasto primario y mayores restricciones a las importaciones, era esperable un enfriamiento y posterior caída en la actividad”, señaló.
María Castiglioni Cotter, economista de C&T Asesores Económicos, comentó que diciembre fue el cuarto mes consecutivo de contracción mensual, con lo que se confirma el estancamiento de la economía. “Las caídas de la industria y la construcción, sumadas a la del agro, que terminaron impactando negativamente en el comercio, explican en buena medida este mal resultado. Así, la actividad cerró el año en un nivel más bajo que el de 2021 y peor de lo que el Gobierno estimaba, pese a que traía arrastre estadístico positivo de 1,4%”, afirmó.
Con vistas a 2023, Myronec calculó que el arrastre estadístico que queda para este año es -0,4%. “Esto contrasta con el año anterior, que tuvo un arrastre positivo de 3 %. Estimamos para este año un crecimiento inferior a 1%, en línea con el aumento poblacional”, explicó la economista.
De Luca espera que la actividad se vea afectada negativamente por una serie de variables. “En primer lugar, por la sequía, pero también por la merma en divisas que ella genera vía menores exportaciones, lo que tendría su correlato en una menor disponibilidad de divisas para importaciones. Por otro lado, con una inflación que sigue elevada, difícilmente haya recuperación de los salarios y, con ello, del consumo. En resumen, proyectamos una caída en torno al 2% anual promedio”, estimó el economista.
Para Caamaño, teniendo en cuenta el arrastre estadístico negativo, lo más optimista es esperar que la actividad se estanque y los datos mensuales fluctúen en torno a los valores de los últimos meses, con lo cual el promedio anual de 2023 daría en torno a 0%.
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Los industriales alertaron por el impacto de la falta de dólares
Afirman que los controles a las importaciones condicionarán la dinámica de la actividad en 2023
María Julieta Rumi
La Unión Industrial Argentina (UIA) publicó ayer el informe de actualidad industrial de enero con los datos de actividad de 2022. Allí realizó además una advertencia de cara a este año por el impacto que tendrán en la producción las restricciones al acceso a las divisas, sobre todo en un contexto de menor liquidación de dólares por la sequía y la liquidación anticipada, producto de las dos versiones del llamado dólar soja.
“De cara a 2023, el año comenzó con un buen nivel de actividad del año anterior, pero con un bajo arrastre estadístico y una visible desaceleración de la producción. Dado el año electoral y los desafíos macroeconómicos por delante, el foco de la coyuntura seguirá puesto en la brecha cambiaria, las reservas internacionales y los controles a las importaciones, que condicionarán la dinámica de la actividad”, anticiparon en la UIA.
Según el informe elaborado por el Centro de Estudios de la entidad, desde la entrada en vigencia del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) en octubre se vio un cambio de rumbo, con una caída en las importaciones en el último trimestre del año del 14,2% respecto del tercer trimestre (dato sin estacionalidad).
Además, dijeron que el SIRA mostró dificultades en su funcionamiento para las empresas industriales. De acuerdo con un relevamiento que realizaron en diciembre, más de un 80% de las empresas indicaron que los plazos de aprobación de las solicitudes con el nuevo sistema fueron más largos que con el anterior, por lo que se encareció y limitó el abastecimiento de insumos claves para la actividad industrial.
En 2022, la actividad industrial cerró con un incremento interanual de 6,5% y fue el segundo año consecutivo de crecimiento, luego de la fuerte caída de 2018, 2019 y 2020. La producción logró superar los niveles de 2017 (+3,6%) y quedó levemente por debajo de los registrados en 2015 (-2%). Si bien la recuperación fue relevante en términos per cápita aún se encuentra lejos del máximo nivel alcanzado en 2011 (-16,4%).
En el mes de diciembre se registró una caída de 1,1% interanual por primera vez en 10 meses. Asimismo, hubo una contracción mensual de 3,2% con relación al mes de noviembre. Según la entidad fabril, comenzó a impactar el menor dinamismo de la actividad (construcción, sequía en el agro, entre otros rubros), la suba en el costo de financiamiento por la política del BCRA y dificultades derivadas de las restricciones al acceso de insumos importados.
Según estimó el documento de la UIA, el año estuvo atravesado por una serie de variables internacionales y macroeconómicas locales que afectaron el desempeño de la actividad. En el plano internacional, la invasión de Rusia a Ucrania implicó un aumento generalizado de costos e inflación mundial. A nivel local, durante 2022 se mantuvieron e intensificaron las tensiones cambiarias y financieras de los años previos.
La Unión Industrial Argentina (UIA) publicó ayer el informe de actualidad industrial de enero con los datos de actividad de 2022. Allí realizó además una advertencia de cara a este año por el impacto que tendrán en la producción las restricciones al acceso a las divisas, sobre todo en un contexto de menor liquidación de dólares por la sequía y la liquidación anticipada, producto de las dos versiones del llamado dólar soja.
“De cara a 2023, el año comenzó con un buen nivel de actividad del año anterior, pero con un bajo arrastre estadístico y una visible desaceleración de la producción. Dado el año electoral y los desafíos macroeconómicos por delante, el foco de la coyuntura seguirá puesto en la brecha cambiaria, las reservas internacionales y los controles a las importaciones, que condicionarán la dinámica de la actividad”, anticiparon en la UIA.
Según el informe elaborado por el Centro de Estudios de la entidad, desde la entrada en vigencia del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) en octubre se vio un cambio de rumbo, con una caída en las importaciones en el último trimestre del año del 14,2% respecto del tercer trimestre (dato sin estacionalidad).
Además, dijeron que el SIRA mostró dificultades en su funcionamiento para las empresas industriales. De acuerdo con un relevamiento que realizaron en diciembre, más de un 80% de las empresas indicaron que los plazos de aprobación de las solicitudes con el nuevo sistema fueron más largos que con el anterior, por lo que se encareció y limitó el abastecimiento de insumos claves para la actividad industrial.
En 2022, la actividad industrial cerró con un incremento interanual de 6,5% y fue el segundo año consecutivo de crecimiento, luego de la fuerte caída de 2018, 2019 y 2020. La producción logró superar los niveles de 2017 (+3,6%) y quedó levemente por debajo de los registrados en 2015 (-2%). Si bien la recuperación fue relevante en términos per cápita aún se encuentra lejos del máximo nivel alcanzado en 2011 (-16,4%).
En el mes de diciembre se registró una caída de 1,1% interanual por primera vez en 10 meses. Asimismo, hubo una contracción mensual de 3,2% con relación al mes de noviembre. Según la entidad fabril, comenzó a impactar el menor dinamismo de la actividad (construcción, sequía en el agro, entre otros rubros), la suba en el costo de financiamiento por la política del BCRA y dificultades derivadas de las restricciones al acceso de insumos importados.
Según estimó el documento de la UIA, el año estuvo atravesado por una serie de variables internacionales y macroeconómicas locales que afectaron el desempeño de la actividad. En el plano internacional, la invasión de Rusia a Ucrania implicó un aumento generalizado de costos e inflación mundial. A nivel local, durante 2022 se mantuvieron e intensificaron las tensiones cambiarias y financieras de los años previos.
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