viernes, 3 de febrero de 2023

EL CRIMEN MÁS HORRENDO 1


Vecinos y médicos aún se sienten conmocionados
Afirman que las imputadas no se relacionaban con los vecinos
SANTA ROSA– A pesar de ser una ciudad capital, Santa Rosa no está acostumbrada al protagonismo ni a los flashes mediáticos. Por eso, sus cerca de 115.000 habitantes viven días de revuelo y conmoción ante la inminente resolución del juicio contra Magdalena Espósito Valenti y su pareja Abigail Páez, ambas acusadas de abusar sexualmente y asesinar a golpes a Lucio Dupuy, el hijo de cinco años de Espósito Valenti, el 26 de noviembre de 2021.
El frente de la vivienda donde Lucio conoció el horror, en la calle Allan Kardec al 2385, es un paredón blanco con un portón de chapa y el número 2385 está pintado con aerosol negro sobre el cemento. A 14 meses del asesinato, al lado de ese chapón, alguien escribió “Lucio” y dibujó un corazón.
Edgardo Pereyra tiene su casa en la misma manzana donde vivían las acusadas y el niño, en el barrio Colonia Escalante. “El caso de Lucio tuvo un impacto muy fuerte en la ciudad. Nos conmocionó a todos en el barrio. Los vecinos y comerciantes lo veían todo el tiempo al chiquito y cuando pasó lo que pasó lloraban mucho. Yo también lloraba. Pobre criatura, espero que se haga justicia”, dijo.
Como Pereyra, muchos en Santa Rosa hablan del asesinato de Lucio sin nombrar el crimen. “Cuando pasó lo que pasó”, dicen. “Ay no, por favor, duele mucho”, responden algunos comerciantes ante la consulta de la nacion. Se refieren a Lucio y automáticamente piensan en sus propios hijos: agachan la mirada y no quieren comentar nada.
La vivienda de Florencia, otra vecina del barrio, linda con el fondo de la casa donde Lucio fue golpeado hasta morir. “Todo el día se escuchaba música fuerte que salía de esa casa. Rock, cumbia, cuarteto. Incluso a la madrugada, pero eso era todo lo que se escuchaba”, dijo la mujer, quien además sostuvo que solo una vez cruzó palabra con ellas para pedirles que controlaran mejor que no se les escaparan sus gatos.
“Vamos a ver qué pasa mañana (por hoy). Ojalá se pudran, que se queden adentro y no salgan más. Espero también que la Justicia actúe a tiempo para que nunca más vuelva a pasar un caso como este”, dijo Florencia.
De acuerdo a lo expuesto en el juicio oral contra la pareja imputada, que comenzó el 10 de noviembre pasado y hoy tendrá su veredicto final, la noche del 26 de noviembre de 2021 Lucio llegó al Hospital Evita con múltiples lesiones, quemaduras, mordiscos y una “hemorragia interna” que le causó la muerte. Al revisar el cuerpo, los médicos advirtieron las lesiones que tenía el niño y alertaron a la policía y al Ministerio Público, que dispuso la detención de las dos mujeres, quienes habían llevado al niño al hospital.
Juan Alberto Breppe es el director asociado del Hospital Evita. Si bien él no estaba de servicio la noche en la que ingresó Lucio, recuerda muy bien los hechos. “Estábamos todos muy asombrados porque acá no estamos acostumbrados a casos así. La mayoría de los médicos que estaban esa noche quedaron muy shockeados. A mí me afectó mucho. Humanamente te jode porque era una criatura, un nene que vivía en el barrio”, dijo.
Tras la muerte de Lucio se determinó que la víctima había sido asistida al menos cinco veces en un lapso de tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa, entre ellos el Hospital Evita, aunque no había denuncias de profesionales al respecto.
“Uno de los ingresos anteriores fue por una fractura en un dedo de la mano, algo que se atiende por guardia porque es una urgencia y luego el paciente se retira —dijo Breppe al respecto—. Espero que mañana (por hoy) se haga justicia por Lucio”.
Pedidos de justicia
Una vecina que pidió el resguardo de su identidad dijo: “Estamos todos esperando a ver qué pasa mañana. Les corresponde perpetua. Yo no las conocía demasiado, pero sé que las dos eran bastante mal habladas. Si pasabas y las mirabas, enseguida te decían ‘qué te pasa, qué mirás’”.
Otra mujer que también solicitó resguardar su identidad también marcó, como otros vecinos, el singular volumen con que se escuchaba música en la casa de Lucio y agregó que las dos acusadas no se relacionaban con el resto de los vecinos. “Al nene lo veíamos pasar en bicicleta por la vereda, pero nunca escuchamos nada. Se ve que lo que hacían lo hacían a puertas cerradas. La gente acá está muy conmocionada”, sostuvo.
Alejandra, una joven de 33 años que, antes del crimen, solía jugar al fútbol con Páez, recordó: “Cuando me enteré de lo que había pasado no lo podía creer. Abi era re dada, alegre y andaba mucho con el nene, se ocupaba bastante de él porque sabía que la madre no lo cuidaba tanto”, dijo.
Según Alejandra, Páez vivió toda su vida en Santa Rosa siendo la hija del medio de tres hermanos. Durante el tiempo previo al crimen, se dedicaba a preparar y vender productos de pastelería como roscas y donas y nunca había notado conductas violentas en ella. “Fumaba mucho porro cuando yo la conocí. Jugaba como delantera y a veces la confundían con un varón por la forma en la que se vestía”, recordó.
Hoy a las 12, en la sala N°8 del Centro Judicial de La Pampa, los jueces Alejandra Ongaro, Aníbal Olié y Daniel Sáez Zamora informarán el veredicto condenatorio o absolutorio para las acusadas, ambas imputadas por “homicidio calificado y abuso sexual gravemente ultrajante”, delitos que prevén la prisión perpetua.
Christian Dupuy, el padre de Lucio, pidió a la sociedad que lo acompañe con una manifestación en las inmediaciones del Centro Judicial mientras se lea el veredicto.
Mientras tanto el asesinato de Lucio tiene a una ciudad entera pendiente y en vilo

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