jueves, 23 de febrero de 2023

ODISEA QUE TAMBIÉN PASA EN PRIVADAS CARÍSIMAS


Por la falta de pediatras, hay retrasos para turnos médicos
Se suman al problema los pedidos de estudios de último momento.
Evangelina HimitianEn el consultorio de Celeste Celano, la lista de turnos tomados llega hasta abril
“Imposible. Tengo turnos para el 15 de abril en adelante”. Agustina Tombola, madre de Joaquín, de 12 años, y Félix, de siete, cortó con la secretaria del pediatra asombrada. “No sé qué hacer, hasta esa fecha los chicos no van a poder hacer educación física”, escribió en el grupo de WhatsApp de padres. La respuesta de la mayoría fue que estaban en una situación similar en busca del tan ansiado apto físico. Las únicas que se habían salvado eran las que habían sacado turno antes de fin de año.
El panorama se repite en la mayoría de los consultorios de los pediatras ante el inminente comienzo de clases, aunque la situación se viene profundizando en el último tiempo por la falta de estos especialistas. De hecho, según difundió la Sociedad Argentina de Pediatría a finales del año pasado, durante el último concurso para residencias en los hospitales públicos de la ciudad, el 30% de los cargos para pediatría quedaron sin cubrir.
La baja remuneración, la necesidad de contar con varios trabajos para poder alcanzar un ingreso significativo y la tendencia a volcarse a especialidades más redituables, vinculadas a la investigación en laboratorio y estética, provocan que la falta de pediatras en consultorios sea más marcada desde la pandemia, cuando muchos médicos se jubilaron y dejaron de atender.
“Esta es una época de mucha actividad en consultorio porque no logramos convencer a los responsables de Educación de que el control de los alumnos debería ser anual y en cualquier momento del año –explica el pediatra Pablo Moreno, presidente de la SAP–. Venimos transitando una situación difícil que viene acrecentándose, y que es la falta de pediatras. Los médicos jóvenes no quieren hacer pediatría por distintas razones, entre ellas porque hay una disminución de ingresos, un desprestigio y una falta de reconocimiento, así como también un aumento de violencia en la relación médico-paciente, en este caso, de los padres de los pacientes”, detalla Moreno.
Y completa: “Pensemos que un pediatra realiza entre seis y ocho años de carrera, más otros cuatro de especialidad, y cuando se recibe tiene pluriempleo, poco reconocimiento, malos salarios”.
Según indica, en los próximos años, la falta de pediatras va a generar graves problemas en la salud pública para dar atención a la demanda: “Hay que hacer algo antes de que el tema sea un problema institucional”.
Desde la SAP recuerdan que no son necesarios estudios complementarios para extender el apto físico, tal como lo solicitan algunos colegios, que piden, por ejemplo, electrocardiogramas. Quien debería exigir esos estudios es el pediatra, si considera que el caso lo amerita. Lo que no debería ocurrir, dice Moreno, es que los padres soliciten al médico un certificado sin el control clínico, ya que justamente la relevancia del pedido de apto físico de los colegios apunta a garantizar que todos los chicos tengan al menos un control médico al año.
“Lo que debería cambiar es que no sea necesario exigirlo en marzo. Es imposible pretender que los pediatras puedan ver a todos sus pacientes en esos meses. Sería recomendable que en el momento del año que se haga ese control los padres lo presenten ante la escuela, con una validez de un año”, agrega.
Respuestas
En el consultorio de Celeste Celano, jefa de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros, la lista de turnos tomados llega hasta abril. Las secretarias ofrecen opciones con otros médicos de su equipo, pero recién para mediados de marzo.
“Entre enero y mitad de abril es una época de gran demanda para los pediatras por el inicio escolar y la necesidad de presentar el apto físico en las escuelas. Eso hace que los turnos escaseen. A su vez, coincide con las vacaciones de los pediatras. Esto tiene muchos motivos. La realidad es que muchos colegios piden que el certificado tenga fecha de este año, cuando para nosotros se considera que tiene una validez anual, y podría presentarse en cualquier momento del año”, dice.
La demora es importante, reconoce. Aunque no está en las manos de los pediatras resolverlo, dice: “Tengo los turnos cubiertos hasta mediados de abril. A los padres les pedimos que no se impacienten, no es algo que imponemos nosotros. Les recomiendo que se anticipen, sobre todo en los chicos que requieran algún estudio complementario. Que entiendan que la situación a nosotros también nos sobrepasa”.
Rosario Ceballos es pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y del Instituto del Diagnóstico. También tiene su consultorio privado en un centro médico en Núñez. “En estas fechas siempre notamos un aumento muy considerable de la demanda de turnos. Está claramente relacionada con los aptos físicos exigidos por los colegios para que los chicos inicien sus actividades”, señala.
Las demoras, cuenta, pueden ser de cuatro a ocho semanas. “La falta de profesionales es real. Los pediatras tenemos muy malas condiciones laborales, los salarios son muy bajos y se necesita más de un trabajo para lograr un sueldo digno –explica–. A los padres les sugiero anticiparse y sacar turno antes del receso de verano, pero creo que lo fundamental sería que los colegios trabajen en solicitar aptos físicos adecuados, sin estudios complementarios que algunas veces son innecesarios”.
Lorena Burgos es madre de tres hijas, dos de las cuales están por empezar las clases: Valentina, de 15 años, y Keila, de cuatro. Por estos días vive la misma odisea que miles de padres: no encuentra turnos. “Ni siquiera atienden los teléfonos. Parece peor que en la pandemia”, resume.
El pediatra Mario Elmo explica: “Apenas se inicia el comienzo de clases todos a un mismo tiempo y en carácter urgente solicitan turno para el apto físico y se desborda la capacidad de pediatras y servicios de salud de dar respuesta”. Y en línea con el presidente de la SAP, dice: “Sin embargo, si el control clínico fue realizado en el último año, debería ser suficiente, entonces estas consultas de control de salud, que desde ya son muy importantes porque pueden detectarse problemas que no se manifiestan, pueden distribuirse a lo largo del año y no concentrarse en dos o cuatro semanas”.
Elmo, que también es vicedecano del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza, concluye: “Como la demanda se concentra en un período muy corto, es difícil que pueda dar respuesta en menos de dos semanas. Esta exigencia no se funda en una racionalidad médica, sino que tiene motivaciones legales para deslindar responsabilidades. También es cierto que la progresiva disminución de pediatras que se observa en los últimos años puede aumentar el problema. La pediatría requiere una vocación muy particular. Las nuevas generaciones eligen otras especialidades, quizá porque la modalidad de atención en pediatría es más paciente, más pausada, y esto entra en tensión con aquellas características de lo que podría llamarse posmodernidad”

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