LA TORRE DE LOS INGLESES
El
6 de mayo de 1910, cuando la comitiva británica se aprestaba para
viajar a la Argentina con motivo del centenario de la Revolución de
Mayo, murió el rey Eduardo VII. Por el luto, la nación inglesa no
participó de las actividades en Buenos Aires. Hubo que suspender uno de
los principales actos: el 24 de mayo iba a colocarse frente a la
estación Retiro la piedra fundamental del monumento que nos regalaba la
colectividad inglesa en el país, una columna conmemorativa.
La ceremonia suspendida tuvo lugar a fines de 1910. A esa altura, la
columna había quedado en el camino porque en el concurso de maquetas se
eligió el proyecto del arquitecto sir Ambrose Macdonald Poynter: una magnífica torre con un reloj que replicaba, a menor escala, el del Big Ben de Londres.
La
construcción se retrasó debido a la Primera Guerra Mundial. Se completó
a comienzos de 1916 y se resolvió inaugurarla el 24 de mayo, día en que
los británicos festejaban el Empire Day (Día del Imperio). Lo
celebraron con un almuerzo en el Plaza Hotel, en Plaza San Martín. A las
tres de la tarde, encabezados por el ministro plenipotenciario Reginald
Tower -curiosamente su apellido significa “torre” en inglés-, bajaron
la barranca y acudieron a la Plaza Britania (recibió ese nombre en
1914), donde los aguardaban el vicepresidente (en ejercicio de la
presidencia) Victorino de la Plaza y el intendente Arturo Gramajo. Los
discursos fueron en el interior de la torre.
Durante veinte años, hasta que se construyó el obelisco, la Torre de los Ingleses fue el símbolo de Buenos Aires. Incluso sus agujas marcaron durante un tiempo la hora oficial de la ciudad.
Como curiosidad agregamos que durante la convalecencia del presidente
Roberto M. Ortiz, cuya residencia se encontraba en Suipacha y Santa Fe,
a pocas cuadras de la torre, se resolvió que un empleado concurriera
por la noche para impedir que las campanas sonaran y de esta manera
permitir que el presidente descansara mejor.
Durante el conflicto de Malvinas, precisamente el 24 de mayo de 1982 (es decir, en el día de su aniversario), se decretó que la plaza pasara a llamarse Fuerza Aérea Argentina. En cuanto a la torre, recibió la denominación de Monumental.
Poco tiempo después, sufrió un atentado. Los destrozos continúan siendo
restaurados mientras la centenaria torre se mantiene en pie marcándole,
con ritmo pausado, las horas a su ciudad.
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