El uso del cinturón de seguridad
Ningún conductor desconoce que los cinturones de seguridad quedaron incorporados en los vehículos para proteger a quien asume la responsabilidad de conducir y a sus acompañantes. Por lo tanto, cumplir con el empleo de esa lógica exigencia no es una conducta optativa, sino obligatoria, que se justifica plenamente.
La responsabilidad de concretarla crece todavía más cuando se trata de menores de edad, quienes dependen de los adultos para dar cumplimiento efectivo a la norma vigente.
Sin embargo, la profusa información no cuenta con su necesario correlato en los hechos. En la ciudad de Buenos Aires se ha podido verificar que el uso de los cinturones de seguridad en la actualidad registra un descenso del 29% en relación con la primera semana de los controles, que se realizó en octubre de 2004.
Esa reducción demuestra la falta de conciencia sobre los peligrosos y hasta mortales efectos que el no uso del cinturón puede causar a quien maneja, a sus acompañantes e, incluso, a los peatones que circulan por calles y rutas transitadas y pueden recibir el impacto de un cuerpo que salga despedido tras un choque, con una violencia y velocidad imparables.
La responsabilidad de concretarla crece todavía más cuando se trata de menores de edad, quienes dependen de los adultos para dar cumplimiento efectivo a la norma vigente.
Sin embargo, la profusa información no cuenta con su necesario correlato en los hechos. En la ciudad de Buenos Aires se ha podido verificar que el uso de los cinturones de seguridad en la actualidad registra un descenso del 29% en relación con la primera semana de los controles, que se realizó en octubre de 2004.
Esa reducción demuestra la falta de conciencia sobre los peligrosos y hasta mortales efectos que el no uso del cinturón puede causar a quien maneja, a sus acompañantes e, incluso, a los peatones que circulan por calles y rutas transitadas y pueden recibir el impacto de un cuerpo que salga despedido tras un choque, con una violencia y velocidad imparables.
Si a ello se agrega la falsa creencia de que nada les pasará porque no ocurrió antes, se torna urgente que el Estado y las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a estos temas refuercen sus campañas de toma de conciencia. Paralelamente, se deben intensificar los correspondientes controles y sancionar de manera efectiva a quienes contravienen la ley.
Es sumamente necesario desalentar los comportamientos de riesgo. Es sabido que no es un accidente aquel hecho que se puede evitar.
Así como urge reparar en esta caída del uso del cinturón de seguridad en el distrito porteño, también habrá que concientizar sobre la utilización de los asientos reglamentarios para el traslado de niños en los automóviles.
Es menester también, y muy especialmente, que tanto los funcionarios como los empleados estatales a cargo de la conducción de vehículos den el ejemplo usando el cinturón de seguridad. Así lo deben demostrar, entre otros, los conductores de las ambulancias del SAME, de Defensa Civil, de los bomberos y de las diversas policías.
Aconsejar el uso del cinturón debería ser un mensaje permanente no solo en los medios de difusión, sino también en el ámbito escolar y familiar.
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