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Tres artistas para volver a ver en propuestas diferentes: Ruby Rose, Rashida Jones y Kit Harington.
Ruby Rose en Batwoman 1 temporada Disponible en HBO Go-flow
En principio, nada resulta muy diferente de cualquier otra historia de superhéroes. Un acontecimiento trágico en la niñez que causa un trauma que le dará forma al futuro del personaje central, algunos secretos familiares y un amor trunco completan el punto de partida. Sin embargo, en esta serie producida por Greg Berlanti todo adquiere un significado distinto porque su protagonista es lesbiana. En pos de revisar el relato de la Batichica, un personaje de las historietas y anteriores versiones televisivas que era más asistente de Batman que heroína con peso propio, los productores decidieron contar otra historia. Para ello necesitaban a una actriz que pudiera realizar las escenas de acción convincentemente pero sobre todo que representara la diversidad presente en los guiones. Y la actriz australiana cumplía ampliamente con esos dos requerimientos. Conocida por sus papeles en Orange is the New Black y la película Resident Evil, Rose encarna a Kate Kane y su alterego Batwoman con la intensidad física y emocional que el papel necesitaba.
Rashida Jones en #Blackaf 1 temporada Disponible en Netflix
En esta nueva sitcom, Rashida Jones tiene la difícil tarea de interpretar a una madre no demasiado atenta a sus seis hijos, que pasa tanto tiempo peleando con su marido como comprando artículos de lujo. Es que la actriz, que muchos reconocerán por su papel en Parks & Recreation, aquí interpreta a la esposa de Kenya Barris, guionista y productor de series como blackish, que en esta comedia hace de sí mismo (o una versión de sí mismo en la que su esposa es encarnada por Rashida Jones). Lo cierto es que más allá de las piruetas mentales que haya que hacer para distinguir ficción de realidad y esta historia de la que cuenta blackish, el trabajo de Jones se destaca. Acostumbrada a jugar a ser la única persona sensata en medio de la locura, como en la comedia Angie Tribeca, acá la actriz –que también es directora y parte del fantástico documental Quincy, dedicado a su papá Quincy Jones–, se suelta para convertirse en el personaje más alocado de una familia que está repleta de ellos.
Kit Harington en Gunpowder 1 temporada Disponible en TNT Series
Las historias de familia enredadas en conspiraciones y violentas disputas de poder parecen sentarle muy bien a Harington. Y esta miniserie de la BBC de alguna manera explica por qué. Contar la vida de Robert Catesby, uno de los organizadores de un plan para matar al rey James I en el siglo XVII, es de alguna manera relatar la propia. El actor de Game of Thrones es descendiente directo del hombre que, en su desesperación por defenderse de los abusos de la Corona –perseguía como si fueran criminales a quienes practicaban el catolicismo– se sumó a los rebeldes comandados por Guy Fawkes para volar el Parlamento y asesinar al monarca. Si la primera impresión del actor en esta miniserie es el parecido entre este personaje y su famoso Jon Snow, lo cierto es que rápidamente esa similitud queda restringida a que ambos son hábiles con la espada y sufren por el destino de su familia. Las buenas intenciones de Snow son reemplazadas en Casteby por una ira que lo convierte en un hombre impulsivo y despiadado.
Maravilla que trasciende géneros
(Reino Unido-Ee.Uu/2019). dirección y guion: Joanna Hogg. elenco: Honor Swinton Byrne, Tom Burke, Tilda Swinton. disponible en: Flow, para alquilar.
En un tiempo en el que algunas películas se vuelven importantes antes de ser puestas a prueba debido a sus “ideas seguras sobre cómo debería ser el mundo” resaltan aún más las cualidades extraordinarias de una maravilla inesperada como The Souvenir.
Esto es cine de autor en el sentido más cabal del concepto: la directora Joanna Hogg escribe y dirige este relato con componentes autobiográficos sobre una estudiante de cine en Londres a principios de los 80, sobre un complicado y gran amor, sobre crecer y ver (y no necesariamente en ese orden), sobre conversar y crecer, sobre relaciones familiares y de amistad.
Pero no es por todo esto por lo que hablamos de cine de autor: es porque da la sensación –una sensación certera– de que Hogg se apropia de cada situación, de cada de diálogo, de cada musicalización, de cada encuadre y de cada lo que sea y lo escribe cinematográficamente con una personalidad intransferible.
En The Souvenir se habla de cine y no solamente con palabras: se habla de cine porque la respiración de la película es contundentemente cinematográfica, personalmente cinematográfica. estamos En IMDB ante un puede drama, leerse una que película de misterio y una comedia. Difícil definir a The Souvenir pero se puede convenir en que sí hay misterio, y no por lo que oculta el novio de la protagonista.
El misterio es de otro orden: está en el tono inasible de la película, en su capacidad para sorprender con la resolución actoral exacta y admirable de cada situación, en su profusión de encuadres suntuosos y jamás ostentosos, en el uso de canciones y otras músicas que reverdecen por su uso particular y significativo, en su pintura de tiempo y lugar–su pertenencia a una cultura– que entiende que para ser profunda es mejor huir de lo enfático y de las marcas faroleras de época.
En cada núcleo de decisiones de The Souvenir se pone de manifiesto un trabajo enjundioso, detallista pero sin asfixia maníaca. ca. Por ejemplo su banda sonora hecha con una amplitud tal como para asociado convocar con lo el inmediatamente momento de la acción y también acervos lejanos, más hallazgos no solo por lo sofisticado sino por el uso, nunca abuso, de cada canción o pieza musical. Aquí importan relativamente detalles de “venta” como el hecho de que Tilda Swinton y su hija (la debutante Honor Swinton Byrne) interpretan a madre e hija en la pantalla, pero su interacción es tan fluida que se vuelve necesaria y memorable, como cada secuencia de esta película que renueva, con extrañeza y con sorpresa, el entusiasmo festivo en el arte cinematográfico.
J. P. F.
Virtuosismo para contar acción en estado puro
(Extraction, ee.uu/2020) dirección:
Sam Hargrave. guion: Joe y Anthony Russo. elenco: Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani. disponible en : Netflix
Sam Hargrave es uno de los mayores expertos de Hollywood en escenas de riesgo; es decir, la coordinación del trabajo de los dobles en sofisticadas secuencias de acción a pura adrenalina. Lo hizo en decenas de películas, incluidas varias de la factoría Marvel. Y fue en ese ámbito (participó, por ejemplo, en Avengers: Endgame) donde conoció tanto a Joe y Anthony Russo como a Chris “Thor” Hemsworth. ¿A qué viene ese preámbulo? A que son los hermanos Russo los autores del guión y Hemsworth, el protagonista absoluto de Misión de rescate, el debut de Hargrave como director. Y, si en algo se destaca esta producción, es precisamente en los coreográficos enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
La violencia aquí es extrema, brutal, muy en la línea del cine asiático. Y, otra vez, la referencia tiene sentido si se toma en cuenta que la historia transcurre entre la India y Bangladesh, y que parte del rodaje fue en Tailandia, cuya cinematografía es famosa por la visceralidad de sus películas de artes marciales.
Basada en la novela gráfica Ciudad, que los hermanos Russo concibieron junto a Ande Parks y Fernando León González, Misión de rescate ya no está ambientada en la Triple Frontera sino en las atestadas, sórdidas calles de Daca, con un notable trabajo del fotógrafo Newton Thomas Sigel, responsable de Bohemian Rhapsody.
El enfrentamiento entre dos mafiosos termina con el secuestro del hijo de 14 años de uno de ellos por parte de su rival. El padre (que está en prisión) ordena que se concrete el rescate del título y para ello se contrata a Tyler Rake (Hemsworth), un mercenario dominado por las adicciones y los traumas pero siempre dispuesto a encabezar misiones suicidas.
En los primeros minutos del film, el protagonista logra liberar al joven Ovi (Rudhraksh Jaiswal), pero ambos deberán recorrer toda la ciudad (controlada por cientos de efectivos que siguen las órdenes del zar de la droga) en una escalada de violencia sin límite en la que sus aparentes aliados se convertirán en traidores y algunos enemigos, en inesperados aliados. La trama es muy básica (correr, escapar, esconderse, disparar, golpear, seguir) y la parte emocional (la relación padre-hijo sustituta que se esboza) es también elemental, pero la mayoría de las secuencias resultan imponentes en su crudeza y verosimlitud (hay algo del cine de Kathryn Bigelow en la propuesta).
Mientras otros directores del género, como por ejemplo Michael Bay, se asientan en el arte del montaje hiperkinético, Hargrave apela al plano secuencia para escenas que fluyen sin cortes en algunos casos durante más de diez minutos. Cine de acción en estado puro.
D. B.
Biopic
(Ee.Uu/2020). dirección: Greg Barker. elenco: Wagner Moura, Ana de Armas, Brían F. O’byrne, Bradley Whitford. duración: 118 minutos. disponible en: Netflix.
Tan transitadas como variadas, las biopics –esas películas dedicadas a contar la vida de personajes famosos, infames o legendarios– por más distintas que sean en sus intenciones, suelen tropezar siempre con la misma piedra. Al intentar resumir una vida en una película y hacer que el relato de dos horas resulte tan fascinante como lo fue una existencia de décadas, los guionistas y directores no encuentran otra opción que condensar eventos significativos al punto de obtener un film que es básicamente un resumen de grandes éxitos o estrepitosos fracasos que no terminan de reflejar la profundidad del personaje retratado.
En el caso de este film dirigido por Greg Barker, a partir de un documental que él mismo había realizado sobre la vida del diplomático brasileño Sérgio Vieira de Mello, el director admite la derrota desde la primera escena “¿Querés que resuma mis 34 años de diplomacia en tres minutos?”, pregunta Mello, interpretado por Wagner Moura (Narcos), que también es productor del film.
La jocosa incredulidad del diplomático ante quien le pide esa tarea monumental para la grabación de un video “inspirador” de las Naciones Unidas, parece advertir al espectador: lo que están por ver es un intento de hacer lo imposible. Resumir en poco menos de dos horas una vida tan heroica como compleja es una apuesta enorme frente a las experiencias de un hombre que luchó por los derechos humanos en países que estaban viviendo algunos de los peores momentos de su historia.
El esfuerzo de cruzar la vocación del diplomático, asesinado en un atentado en Irak, en 2003, reconocido mundialmente por sus resoluciones pacíficas en zonas de conflicto como Camboya y Timor Oriental, con su vida personal y el romance con Carolina (Ana de Armas), una economista a la que conoce en una de sus misiones, hace que la biografía pierda el foco. Entre la tensión de los escenarios de guerra que forman parte de la vida profesional de Mello y la historia de amor que busca ser un contrapeso ante tanta política dura, Barker pierde el rumbo.
Con amplia experiencia en el cine documental, esta es la primera película de ficción del director, algo que resulta evidente en gran parte del ambicioso relato pero especialmente en las escenas románticas. Aunque cuenta con dos actores carismáticos y talentosos como Wagner y De Armas, lo cierto es que ellos poco pueden hacer con un guion que tiende demasiado al sentimentalismo. En las escenas donde la narración vuelve a explorar a Mello y su infatigable búsqueda por ayudar a los más necesitados es cuando el film logra justificar su existencia.
N. T.
Virtuosismo para contar acción en estado puro
(Extraction, ee.uu/2020) dirección:
Sam Hargrave. guion: Joe y Anthony Russo. elenco: Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani. disponible en : Netflix
Sam Hargrave es uno de los mayores expertos de Hollywood en escenas de riesgo; es decir, la coordinación del trabajo de los dobles en sofisticadas secuencias de acción a pura adrenalina. Lo hizo en decenas de películas, incluidas varias de la factoría Marvel. Y fue en ese ámbito (participó, por ejemplo, en Avengers: Endgame) donde conoció tanto a Joe y Anthony Russo como a Chris “Thor” Hemsworth. ¿A qué viene ese preámbulo? A que son los hermanos Russo los autores del guión y Hemsworth, el protagonista absoluto de Misión de rescate, el debut de Hargrave como director. Y, si en algo se destaca esta producción, es precisamente en los coreográficos enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
La violencia aquí es extrema, brutal, muy en la línea del cine asiático. Y, otra vez, la referencia tiene sentido si se toma en cuenta que la historia transcurre entre la India y Bangladesh, y que parte del rodaje fue en Tailandia, cuya cinematografía es famosa por la visceralidad de sus películas de artes marciales.
Basada en la novela gráfica Ciudad, que los hermanos Russo concibieron junto a Ande Parks y Fernando León González, Misión de rescate ya no está ambientada en la Triple Frontera sino en las atestadas, sórdidas calles de Daca, con un notable trabajo del fotógrafo Newton Thomas Sigel, responsable de Bohemian Rhapsody.
El enfrentamiento entre dos mafiosos termina con el secuestro del hijo de 14 años de uno de ellos por parte de su rival. El padre (que está en prisión) ordena que se concrete el rescate del título y para ello se contrata a Tyler Rake (Hemsworth), un mercenario dominado por las adicciones y los traumas pero siempre dispuesto a encabezar misiones suicidas.
En los primeros minutos del film, el protagonista logra liberar al joven Ovi (Rudhraksh Jaiswal), pero ambos deberán recorrer toda la ciudad (controlada por cientos de efectivos que siguen las órdenes del zar de la droga) en una escalada de violencia sin límite en la que sus aparentes aliados se convertirán en traidores y algunos enemigos, en inesperados aliados. La trama es muy básica (correr, escapar, esconderse, disparar, golpear, seguir) y la parte emocional (la relación padre-hijo sustituta que se esboza) es también elemental, pero la mayoría de las secuencias resultan imponentes en su crudeza y verosimlitud (hay algo del cine de Kathryn Bigelow en la propuesta).
Mientras otros directores del género, como por ejemplo Michael Bay, se asientan en el arte del montaje hiperkinético, Hargrave apela al plano secuencia para escenas que fluyen sin cortes en algunos casos durante más de diez minutos. Cine de acción en estado puro.
D. B.
Biopic
(Ee.Uu/2020). dirección: Greg Barker. elenco: Wagner Moura, Ana de Armas, Brían F. O’byrne, Bradley Whitford. duración: 118 minutos. disponible en: Netflix.
Tan transitadas como variadas, las biopics –esas películas dedicadas a contar la vida de personajes famosos, infames o legendarios– por más distintas que sean en sus intenciones, suelen tropezar siempre con la misma piedra. Al intentar resumir una vida en una película y hacer que el relato de dos horas resulte tan fascinante como lo fue una existencia de décadas, los guionistas y directores no encuentran otra opción que condensar eventos significativos al punto de obtener un film que es básicamente un resumen de grandes éxitos o estrepitosos fracasos que no terminan de reflejar la profundidad del personaje retratado.
En el caso de este film dirigido por Greg Barker, a partir de un documental que él mismo había realizado sobre la vida del diplomático brasileño Sérgio Vieira de Mello, el director admite la derrota desde la primera escena “¿Querés que resuma mis 34 años de diplomacia en tres minutos?”, pregunta Mello, interpretado por Wagner Moura (Narcos), que también es productor del film.
La jocosa incredulidad del diplomático ante quien le pide esa tarea monumental para la grabación de un video “inspirador” de las Naciones Unidas, parece advertir al espectador: lo que están por ver es un intento de hacer lo imposible. Resumir en poco menos de dos horas una vida tan heroica como compleja es una apuesta enorme frente a las experiencias de un hombre que luchó por los derechos humanos en países que estaban viviendo algunos de los peores momentos de su historia.
El esfuerzo de cruzar la vocación del diplomático, asesinado en un atentado en Irak, en 2003, reconocido mundialmente por sus resoluciones pacíficas en zonas de conflicto como Camboya y Timor Oriental, con su vida personal y el romance con Carolina (Ana de Armas), una economista a la que conoce en una de sus misiones, hace que la biografía pierda el foco. Entre la tensión de los escenarios de guerra que forman parte de la vida profesional de Mello y la historia de amor que busca ser un contrapeso ante tanta política dura, Barker pierde el rumbo.
Con amplia experiencia en el cine documental, esta es la primera película de ficción del director, algo que resulta evidente en gran parte del ambicioso relato pero especialmente en las escenas románticas. Aunque cuenta con dos actores carismáticos y talentosos como Wagner y De Armas, lo cierto es que ellos poco pueden hacer con un guion que tiende demasiado al sentimentalismo. En las escenas donde la narración vuelve a explorar a Mello y su infatigable búsqueda por ayudar a los más necesitados es cuando el film logra justificar su existencia.
N. T.
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