MONUMENTOS Y LUGARES HISTÓRICOS...CURSO VIRTUAL

Patrimonio. Decálogo de los monumentos más revolucionarios
Una selección de obras y conjuntos arquitectónicos que marcaron la identidad del país se estudiará en el curso virtual y gratuito que la Comisión de Monumentos y Lugares Históricos dará en junio
Gran parte de los 1400 monumentos históricos con los que cuenta la Argentina marcaron hitos a nivel mundial, a la vez que fueron revolucionarios para la identidad del país. Este rico mosaico de obras abarca no solo esculturas de próceres, sino también conjuntos patrimoniales de gran potencia, como el sistema de escuelas o el sistema ferroviario, ambos impulsores del desarrollo. Nos caracteriza “un eclecticismo único, una combinación y una mezcla muy rica y fructífera que es una constante y un valor en sí mismo, lo cual hace a nuestra identidad”, señala  Fabio Grementieri, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. “Una mezcla potenciada a medida que transcurre el siglo XIX con la inmigración, y ciertamente continuada a lo largo del siglo XX”.
Todas estas cuestiones despiertan un creciente interés del público en general. Para Teresa de Anchorena, titular de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, esto ocurre porque “a los argentinos nos importa nuestro patrimonio, queremos rescatar estos edificios que nos representan, conocerlos, amarlos, sentirnos orgullosos de algo que somos y que en su diversidad nos hace únicos”. La Comisión de Monumentos dictará desde el 2 de junio el curso virtual y gratuito “Panorama de la arquitectura argentina: de Cueva de las Manos a Clorindo Testa”, en el que se podrá descubrir un panorama completo de los secretos y la historia de los monumentos nacionales (inscripción: www.argentina.gob.ar/cultura/monumentos). De ese rico conjunto hay diez casos revolucionarios: marcan un antes y un después para el país.
Camino del Inca-Qhapaq Ñan. El Sistema Vial Andino, que se extiende por seis países sudamericanos y atraviesa siete provincias argentinas (Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza), fue incluido en la lista de patrimonio mundial de Unesco en 2014. Es un testimonio tangible de la conexión entre las culturas indígenas sudamericanas con obras viales y de infraestructura de gran significación.

Misiones jesuíticas. 

Los restos de los pueblos guaraníes y de la infraestructura de la provincia jesuítica del Paraguay son fundamentales en la comprensión de un proceso cultural revolucionario en el contexto de la dominación hispánica de Sudamérica. Muestran además la originalidad de la integración de cultura americana y europea. Tres sitios, San Ignacio Miní,

 Santa Ana

 y Loreto, fueron incluidos en la lista de patrimonio de la Unesco en 1984.

Catedral de Buenos Aires. Emblemático edificio de inspiración barroca, construido en la segunda mitad del siglo XVIII e inaugurado en 1804, sin haberse erigido la fachada, que recién se materializa luego de la independencia. Fue diseñado por el arquitecto francés Próspero Catelin dentro del característico estilo neoclásico.

Sistema de escuelas. El patrimonio de la arquitectura de la educación en la Argentina es un reflejo de la prioridad que esta materia tuvo en las políticas de Estado por más de un siglo y constituye un conjunto excepcional por su variedad y calidad de diseño. Desde las escuelaspalacio de la generación del 80, 

asando por las racionalistas de 1930, estas piezas aparecen como hitos en el paisaje urbano y rural del país.
Patrimonio teatral: el Colón

 y el San Martín. La preeminencia de la cultura teatral de la Argentina en Latinoamérica y en el mundo se asienta en una tradición de más de un siglo y medio nutrida por aportes que materializaron teatros de distintas escalas y estilos por buena parte del país.

Agricultura y ganadería: sistema de silos Junta Nacional de Granos

 y estancias como la María Behety. En pocos lugares del mundo la revolución agropecuaria fue tan decisiva en el desarrollo de un país y fue dejando tantas huellas en el paisaje, pero también en construcciones tan funcionalistas como los silos y elevadores de granos, los galpones o los mataderos.

Sistema ferroviario: estación Retiro

 y Tren de las Nubes. Elemento clave en el desarrollo del país, la red del ferrocarril llegó a ser una de las cinco más extensas del mundo a mediados del sigo XX y sus construcciones son un gigantesco testimonio de la evolución de tecnologías, de variedades tipológicas y de cambios estilísticos.
La Plata. La nueva capital de la provincia de Buenos Aires fue una propuesta que hoy llamaríamos futurista, pero también ambientalista, en donde se ensayaron soluciones formales y constructivas que luego se adoptarían en otras partes del país. Un verdadero hito en la historia del urbanismo, la ciudad de las diagonales y de los tilos posee además un conjunto de edificios y sitios públicos derivados del eclecticismo del siglo XIX, únicos.

Edificios de hormigón armado. Pocos países del mundo poseen un patrimonio tan importante derivado de la tecnología del hormigón. Las primeras construcciones se erigen en 1901 dentro del

 zoológico porteño y continúan en

 estructuras de depósitos en Puerto Madero. La consagración llegaría con estos tres edificios erigidos en Buenos Aires que fueron los más altos del mundo en sus respectivas décadas:

la Galería Güemes, en 1910; 

el palacio Barolo, en 1920,

 y el edificio Kavanagh, en 1930.

La República de los Niños. 

Este proyecto fue concebido como un parque educativo y recreativo para la formación cívica de los niños en edad escolar y el conocimiento de las instituciones democráticas y republicanas, del Estado y de la sociedad. Algo inédito dentro de la historia de la arquitectura, que probablemente inspirara la futura primera Disneylandia, a comienzos de los 50.

V. M.