MANUSCRITOS,

El misterioso asesinato de Culianu

Hugo Beccacece

Valery Larbaud (1881-1957) escribió un libro cuyo título es perfecto: Ce vice impuni, la lecture ( Ese vicio impune, la lectura ). En estas noches de confinamiento, después de haber pasado el trapo de piso embebido en lavandina por el departamento, antes de ir a dormir, leo.
La semana pasada, hubo una novedad que esperaba desde hacía más de un año. Recibí La migración (Mardulce), la primera novela del talentoso escritor argentino Pablo Maurette, autor de los admirables ensayos El sentido olvidado y La carne viva . 

Mucho antes de que se desatara la pandemia, él fue el responsable de una maratón de lectura por Twitter de La divina comedia , que tuvo una repercusión internacional.
El narrador de La migración cuenta que, primero, quería hacer una película con el mismo tema del libro actual. Su ambición era hacer un film que fuera "una conjunción altamente efectiva de arte, historia y suspenso metafísico". 

También de humor.
Maurette, que vive desde 2004 en Chicago, donde es investigador y profesor, cayó bajo la fascinación de un hecho criminal que había ocurrido casi treinta años antes en la universidad donde él trabaja. La víctima del asesinato fue el rumano Ioan Petru Culianu (1950-1991), un prestigioso historiador de las religiones, filósofo y escritor, involucrado en las intrigas políticas de su país. Había sido discípulo de su compatriota Mircea Eliade, el gran especialista en religiones, cuyo brillo intelectual había sido opacado por sus simpatías fascistas, ignoradas por Culianu durante mucho tiempo.
Maurette no fue el único intelectual interesado en la vida, la muerte y el pensamiento de Culianu: el novelista, también rumano, Norman Manea escribió La guarida (2009), en la que se ocupa del asesinato de Culianu y del trasfondo político, esotérico y místico que lo causó. Para Manea, su libro es un ajuste de cuentas con su pasado y su presente; para Maurette, La migración es una exploración de un mundo que no vivió, pero sobre el que tiene un conocimiento profundo como intelectual, viajero e investigador. Las novelas de Manea y Maurette parten de un mismo acontecimiento, pero son muy distintas. El o los narradores de Maurette utilizan distintos tonos, desde el académico, propio de un erudito, hasta el humorístico, sin olvidarse de las pinceladas porteñas de dos de sus personajes, Menéndez y Rusticucci.
Los detalles más llamativos y humillantes del homicidio de Culianu son el lugar y las circunstancias en que lo mataron.

 El pensador fue sorprendido por el asesino mientras se hallaba sentado en un inodoro de la Universidad de Chicago, en busca de alivio para sus tumultuosas entrañas. Su verdugo, en cambio, se había subido al inodoro del retrete vecino y, desde lo alto, por encima del tabique que los separaba, le disparó un tiro a la cabeza. Culianu, que había dedicado parte de su vida a los estudios escatológicos, es decir, del más allá, tuvo una muerte también escatológica, pero en la segunda acepción de la palabra: murió entre excrementos.
Lo más apasionante de la novela de Maurette es lo que sigue a esa muerte. De eso, espero poder ocuparme en la próxima columna y también en mis Crónicas de la selva , pero antes había que contar el punto de partida. Una aclaración respecto del título: la migración a la que se refiere el novelista argentino es, por un lado, la de los rumanos a los Estados Unidos; por otro, su propia migración a ese país, pero sobre todo la migración de las almas, la metempsicosis. Es allí donde el lector queda definitivamente atrapado por esta obra notable. Es el turno de las especulaciones y los delirios esotéricos. ¿Qué alma se apoderará, y cómo, de nuestro cuerpo? ¿Qué capas de memoria humana, animal, vegetal y mineral formarán parte del nuevo ser? Continuará.