Mientras continúa el derrumbe cripto, los bancos centrales del mundo siguen avanzando en el desarrollo de CBDC (moneda digital de los bancos centrales, por sus siglas en inglés "Central Bank Digital Currency"). La idea, recordemos, es que en vez de tener tu dinero en un banco comercial puedas acceder a una cuenta bancaria directamente en la autoridad monetaria.
El primero en lanzarse fue Bahamas con su "Sand Dollar" allá por marzo pasado y el más avanzado de los países centrales es China.
Hay quienes dicen que este último lo hace para competir con el dólar como moneda de reserva, otros que lo hace como respuesta al avance cripto y los más desconfiados argumentan que es una forma de controlar a sus ciudadanos.
La posibilidad de que el dólar vea amenazada su relevancia a nivel internacional fue rescatada por el ganador del premio nobel en Economía Paul Krugman un interesante artículo al respecto que publicó The New York Times la semana pasada.
Entre nuestros vecinos, Uruguay realizó una prueba piloto en 2018 (aunque no se le conocen avances relevantes adicionales) y la semana pasada el Banco Central de Brasil lanzó sus guías generales para el desarrollo del real digital.
Entre los puntos más importantes que señala está la posibilidad de tener un real programable que pueda usarse en Smart Contracts y conectarse a Internet of Things. Avances tecnológicos que sumarán productividad a la economía vecina.
Por otro lado, asegura que podrán hacerse pagos offline y que esa moneda digital no pagará intereses, un guiño para la industria bancaria. Algunos se preguntan si eso no complicaría la efectividad de la política monetaria.
En la misma semana que Brasil emitió su informe, el Banco Central de Japón hizo lo propio con el suyo. Si bien en este caso no hay definiciones tan precisas queda claro que el avance de las CBDCs no reconoce fronteras.
Suecia no se quedó atrás y sumó su propio anuncio. Informó que avanzará en el siguiente paso que lo llevará a tener la e-Krona, o la Corona electrónica. Recordemos que aquel es un país donde prácticamente no se usa el efectivo, lo cual hace imperiosa la aparición de alternativas digitales.
En este caso la solución se desarrollaría sobre la Blockchain "R3 de Corda" que a diferencia de otras, como Ethereum o Algorand, es una red permisionada y, por lo tanto, la validación de transacciones sólo puede ser realizada por quien defina el banco central.
De hecho, pareciera que ningún banco central usará una red no permisionada para el lanzamiento de su moneda digital, lo cual era esperable.
El único proyecto serio que parecía encaminarse sobre una red descentralizada era el de Islas Marshall con su "SOV" sobre Algorand. La semana pasada, sin embargo, el Gobierno de ese pequeño país decidió dar marcha atrás con el proyecto que preveía fijar una emisión del 4% anual asegurado por la blockchain. El sueño de Milton Friedman deberá esperar.
Pero lo que todos estamos esperando es obviamente el lanzamiento de la CBDC en Estados Unidos.
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