PARA AGENDAR
◗ La biblioteca sonora
proyectoprisma.net
◗ Lo sutil del desamor
En el canal de Youtube del Cervantes Online
◗ Escritor fracasado
Sábados, a las 20 en Espacio Callejón
◗ A la izquierda del roble
Los viernes, a las 19, en el Centro Cultural de la Cooperación
◗ Quiela, el amor antes de Frida
Sábados a las 18 en El Ópalo
◗ Gracias, María Elena
En el Teatro Regina
◗ El equilibrista
En el Chacarerean Teatre
◗ Correspondencia
En la plataforma de Timbre 4
◗ Valeria radiactiva
En Espacio Callejón
◗ Alicia en el teatro de las maravillas
En la plataforma Vivamos cultura
◗ Esto no está pasando
En la plataforma Vivamos cultura
◗ Lo sutil del desamor
Disponible en el canal de youtube del Cervantes Online
◗ Precoz
Jueves y viernes a las 20.30, en Dumont 4040, Santos Dumont 4040
El teatro bebe de las páginas de famosos escritores
Son catorce propuestas en las que hay escritoras que llaman por teléfono a los espectadores, mientras las palabras de Sartre, Arlt, David Foster Wallace, Mario Benedetti y Elena Poniatowska cobran vida
J. C.
En 1348 en Florencia se vivían los momentos más terribles de la Peste Negra. Algunas personas se refugiaban en las afueras para resguardarse del virus. Los aislados más famosos de la historia fueron aquellos diez jóvenes que en una temporada de diez jornadas contaron diez cuentos por día, propios de la tradición oral, fueron recopilados en un libro, pocos años después, por Giovanni Boccaccio. El Decamerón se convierte en un contario, también en un registro de la peste pero, sobre todo, en un profundo conocimiento de las historias más populares de la Edad Media y cómo no mencionarlo: el Decamerón se transformó en el primer paso hacia el Renacimiento.
Qué será de la cultura pasado el período de la pandemia es algo que aún resulta un misterio. Confinada la humanidad completa a meses de aislamiento, el encuentro con la literatura fue una constante y un punto de unión. Personas que comenzaron a escribir sus propios textos, otras que se sumergieron a leer clásicos que habían quedado pendientes, reuniones virtuales para conversar sobre Stendhal, Balzac, Shakespeare y Borges. Una novedad que, inexorablemente, traerá sus consecuencias. En lo inmediato, ya puede verse una oleada de literatura subida a escena, transpuesta en obras teatrales. Llamados telefónicos de grandes escritoras de la historia interpretadas por actrices; actores que se ponen a escribir y a subir en las redes sus relatos; otros que redescubrieron a los poetas universales y encontraron en ellos riquísimos materiales factibles de escenificarse.
Es un hecho: el teatro, durante la pandemia, se volvió más esquivo. Las restricciones, la distancia social y el impedimento de estar muchas personas en un mismo espacio a la vez, condiciones intrínsecas por lo menos hasta ahora del hecho teatral, lo obligaron al repliegue profundo. A desafiar sus límites, a buscar experiencias que lo saquen, justamente, de su perímetro conocido. ¿Hasta dónde llega el teatro? Se habrán escuchado las frases como “eso no es teatro”, “si no se convive en una misma sala es otra cosa”... pero ¿cuál es el verdadero límite del teatro? ¿Importa?
Mientras tanto, muchos artistas que no podían subirse a escena para desplegar su talento se volcaron hacia la lectura. Si ya la relación estaba establecida, los lazos se hicieron más fuertes.
Qué será de la cultura pasado el período de la pandemia es algo que aún resulta un misterio. Confinada la humanidad completa a meses de aislamiento, el encuentro con la literatura fue una constante y un punto de unión. Personas que comenzaron a escribir sus propios textos, otras que se sumergieron a leer clásicos que habían quedado pendientes, reuniones virtuales para conversar sobre Stendhal, Balzac, Shakespeare y Borges. Una novedad que, inexorablemente, traerá sus consecuencias. En lo inmediato, ya puede verse una oleada de literatura subida a escena, transpuesta en obras teatrales. Llamados telefónicos de grandes escritoras de la historia interpretadas por actrices; actores que se ponen a escribir y a subir en las redes sus relatos; otros que redescubrieron a los poetas universales y encontraron en ellos riquísimos materiales factibles de escenificarse.
Es un hecho: el teatro, durante la pandemia, se volvió más esquivo. Las restricciones, la distancia social y el impedimento de estar muchas personas en un mismo espacio a la vez, condiciones intrínsecas por lo menos hasta ahora del hecho teatral, lo obligaron al repliegue profundo. A desafiar sus límites, a buscar experiencias que lo saquen, justamente, de su perímetro conocido. ¿Hasta dónde llega el teatro? Se habrán escuchado las frases como “eso no es teatro”, “si no se convive en una misma sala es otra cosa”... pero ¿cuál es el verdadero límite del teatro? ¿Importa?
Mientras tanto, muchos artistas que no podían subirse a escena para desplegar su talento se volcaron hacia la lectura. Si ya la relación estaba establecida, los lazos se hicieron más fuertes.
Las transposiciones de novelas de David Foster Wallace a formas teatrales realizadas por Daniel Veronese son una muestra clara de que las historias contenidas en la literatura también pueden convertirse en material teatral.
También se estrenó Precoz, una obra basada en la novela homónima de Ariana Harwicz, con dirección de Lorena Vega y las actuaciones de Julieta Díaz y Tomás Wicz. Otro ejemplo más de esta cercanía.
A esta base literaria se sumaron en estos últimos tiempos, experiencias que fusionan lo teatral con lo literario, con la poesía. Y entonces de repente suena el teléfono, ese de línea que está un poco perdido entre tanta tecnología, y la voz de Alejandra Pizarnik se vuelve cuerpo. Claro, no es ella pero se puede jugar por un rato a que sí. Y en la voz de Pilar Gamboa, Pizarnik habla: “¿Dónde estás? Acá adentro está tibio. ¿Hay una ventana cerca tuyo? ¿Hace frío?”. Se puede responder un tímido sí o simplemente quedarse a escuchar. La experiencia dura unos pocos minutos pero suficientes como para cortar con el tiempo impuesto por el día y pasar a otro, uno generado por la poesía: “Soy la hija del aire, la enamorada del viento”. Apenas llora, pero está claramente conmocionada. No todos los días se puede conversar de la vida; recitar sus propios poemas.
Y otro día suena el teléfono y es Simone de Beauvoir “Buenas tardes, no estoy acostumbrada a llamar por teléfono. Llamo porque esta discusión me interesa muchísimo”, dice de inmediato. Es en realidad Selva Alemán. Habla de su lucha, de su relación libre con Sartre. Y de vuelta, la rutina milagrosamente se interrumpe.
Se trata de La biblioteca sonora, idea de Proyecto Prisma. Durante agosto se podrán escuchar a Salvadora Medina Onrubia, con dramaturga de Maruja Bustamante e interpretada por Cristina Banegas y a Audre Lord, con dramaturga de Dorothée Thébert e interpretada por Mónica Raiola. Y septiembre será el turno de Safo (Laura Azcurra) y de Olga Orozco (Graciela Dufau) y en octubre llegará la voz de Sylvia Plath y de Hebe Uhart. En todos los casos, se puede agendar el llamado en proyectoprisma.net.
“Para que la voz suene viva (y no sea teatro leído) es inevitable poner el cuerpo, que lo atraviesen las emociones y las intenciones que tienen los personajes y luego hacer síntesis en la voz de la actriz. Es eso, una síntesis de muchos procesos emocionales y corporales”, cuenta Malena Solda que junto a Valeria Kovadloff dirigen Proyecto Prisma.
Algo en sintonía puede verse el domingo, se trata de Eterna Alejandra. El elenco lo forman Cecilia Roth, Celeste Cid, Virginia Lago, Malena Solda, Fernando Noy y Damián Lomba. Se trata de un audiovisual atravesado por una creatividad multidisciplinaria que cruza ideas y lenguajes con el objetivo de acercar la poesía de Alejandra Pizarnik.
Otro gran ejemplo de esta unión es la cuarta temporada de A la izquierda del roble, de Pacho O’donnell, los viernes en el Centro Cultural de la Cooperación. Un texto que rinde homenaje al gran poeta uruguayo Mario Benedetti. Con dirección de Daniel Marcove, a O’donnell lo acompañan en escena Marcelo Balsells, Alejandra Darín y Sergio Vainikoff.
También se estrenó Precoz, una obra basada en la novela homónima de Ariana Harwicz, con dirección de Lorena Vega y las actuaciones de Julieta Díaz y Tomás Wicz. Otro ejemplo más de esta cercanía.
A esta base literaria se sumaron en estos últimos tiempos, experiencias que fusionan lo teatral con lo literario, con la poesía. Y entonces de repente suena el teléfono, ese de línea que está un poco perdido entre tanta tecnología, y la voz de Alejandra Pizarnik se vuelve cuerpo. Claro, no es ella pero se puede jugar por un rato a que sí. Y en la voz de Pilar Gamboa, Pizarnik habla: “¿Dónde estás? Acá adentro está tibio. ¿Hay una ventana cerca tuyo? ¿Hace frío?”. Se puede responder un tímido sí o simplemente quedarse a escuchar. La experiencia dura unos pocos minutos pero suficientes como para cortar con el tiempo impuesto por el día y pasar a otro, uno generado por la poesía: “Soy la hija del aire, la enamorada del viento”. Apenas llora, pero está claramente conmocionada. No todos los días se puede conversar de la vida; recitar sus propios poemas.
Y otro día suena el teléfono y es Simone de Beauvoir “Buenas tardes, no estoy acostumbrada a llamar por teléfono. Llamo porque esta discusión me interesa muchísimo”, dice de inmediato. Es en realidad Selva Alemán. Habla de su lucha, de su relación libre con Sartre. Y de vuelta, la rutina milagrosamente se interrumpe.
Se trata de La biblioteca sonora, idea de Proyecto Prisma. Durante agosto se podrán escuchar a Salvadora Medina Onrubia, con dramaturga de Maruja Bustamante e interpretada por Cristina Banegas y a Audre Lord, con dramaturga de Dorothée Thébert e interpretada por Mónica Raiola. Y septiembre será el turno de Safo (Laura Azcurra) y de Olga Orozco (Graciela Dufau) y en octubre llegará la voz de Sylvia Plath y de Hebe Uhart. En todos los casos, se puede agendar el llamado en proyectoprisma.net.
“Para que la voz suene viva (y no sea teatro leído) es inevitable poner el cuerpo, que lo atraviesen las emociones y las intenciones que tienen los personajes y luego hacer síntesis en la voz de la actriz. Es eso, una síntesis de muchos procesos emocionales y corporales”, cuenta Malena Solda que junto a Valeria Kovadloff dirigen Proyecto Prisma.
Algo en sintonía puede verse el domingo, se trata de Eterna Alejandra. El elenco lo forman Cecilia Roth, Celeste Cid, Virginia Lago, Malena Solda, Fernando Noy y Damián Lomba. Se trata de un audiovisual atravesado por una creatividad multidisciplinaria que cruza ideas y lenguajes con el objetivo de acercar la poesía de Alejandra Pizarnik.
Otro gran ejemplo de esta unión es la cuarta temporada de A la izquierda del roble, de Pacho O’donnell, los viernes en el Centro Cultural de la Cooperación. Un texto que rinde homenaje al gran poeta uruguayo Mario Benedetti. Con dirección de Daniel Marcove, a O’donnell lo acompañan en escena Marcelo Balsells, Alejandra Darín y Sergio Vainikoff.
Para el 14 de octubre se prepara el estreno de la obra El amo del mundo, basada en la obra homónima que Alfonsina Storni, escribió en 1927, Francisco Lumerman escribió su propia versión que incluye a actores representando aquella puesta. Será en el Teatro Regio con un elenco integrado por Paula Ransenberg, Lautaro Delgado, Fiamma Carranza Machi, Rosario Varela, Adriana Ferrer, David Subi y Franco Quercia.
En La biblioteca sonora, Olga Orozco, Salvadora Medina Onrubia o Audre Lord tienen las voces de prestigiosas actrices
A la actriz Mariel Rueda le llegó a sus manos la novela epistolar Querido Diego, te abraza Quiela, de Elena Poniatowska. Y decidió hacer con ella una pieza teatral, Quiela, el amor antes de Frida, que puede verse en El Ópalo, dirigida por Mariano Taccagni, los sábados a la tarde. Se trata de la relación muy poco conocida que mantuvo Diego Rivera con su primera mujer, Angelina Beloff –Quiela–, a quien abandonó en Europa para viajar a México donde conocería a Frida Kahlo. Rueda en este unipersonal interpreta a Quiela, la mujer antes de Frida que incluso llegó a tener un hijo de Rivera que murió de pequeño por una afección pulmonar.
En el teatro Regina, se puede disfrutar de la obra Gracias, María Elena, un espectáculo basado en la obra de María Elena Walsh, contiene parte de su obra poética musical. La actriz que está el frente de esta puesta es Virginia Lago y dirige Héctor Gióvine, con Mario Corredera con su música en escena.
También están, por supuesto, las obras absolutamente teatrales pero que en sus temas aparece la escritura o la literatura como tópico. Tanto Valeria radiactiva, de Javier Daulte, como Lo sutil del desamor, escrita por Anahí Ribeiro, dirigida por Paula Marull, con Héctor Díaz, Malena Figó, María Marull y Marcelo Subiotto. También está disponible en el canal de Youtube del Cervantes Online, Escritor fracasado, de Roberto Arlt, dirigida por Marilú Marini e interpretada por Diego Velázquez, que se puede ver de forma presencial en Espacio Callejón los sábados. Y una lista extensa que se amplía cada vez más. E incluso las obras teatrales escritas por personalidades que se hicieron célebres más por su narrativa o poesía que por sus obras de teatro.
Como es el caso de Sartre y su pieza Las manos sucias que estrenará Eva Halac como Esto no está pasando. La creadora, directora, autora y curadora del Teatro Regio, Halac, investiga en varios de sus proyectos este vínculo tan estrecho entre literatura y teatro. Es así que estrenó como Modo Híbrido en el Complejo Teatral de Buenos Aires con el grupo de titiriteros del San Martín una versión de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, a la que llamó Alicia en el teatro de las maravillas que está disponible en la plataforma Vivamos Cultura. En la misma plataforma puede verse Esto no está pasando, en donde Halac utiliza textos de Sartre como
Cuadernos de guerra, Los caminos de la libertad y la famosa conferencia El existencialismo es un humanismo. Además de estos proyectos, Eva Halac estrenó en la plataforma de Timbre 4 Correspondencia, un cruce de teatro y cine, realizado en Lima. Las cartas originales entre Chéjov y Gorki son interpretadas por dos actores peruanos, en sus casas y en las calles. La analogía entre la Rusia prerrevolucionaria y la actualidad en Perú queda plasmada.
Mauricio Dayub estaba en pleno éxito de su unipersonal El equilibrista cuando la pandemia apretó el botón de pausa. “Y el tiempo me permitió revisar cajones y cajas donde guardaba, como si fuesen tesoros, cosas que había ido escribiendo a lo largo de mi vida. Ahí encontré un cuaderno que llevo hace más de 25 años donde fui anotando solo títulos de las historias más importantes que recordaba a lo largo de mi vida. En algunas páginas a algunas de esas historias para no olvidarlas les había desarrollado algún tramo –cuenta Dayub–. El encuentro con ese cuaderno fue extraordinario. La identificación fue tan fuerte que decidí hacer un ciclo y ponerle: Alguien como vos porque las cosas que me habían pasado le podían haber sucedido a cualquiera”, agrega Dayub.
“Yo creo que este tiempo extraordinario abrió un camino y así como con 30 mil muertos la Argentina es un país atravesado por la dictadura; con más de cien mil la Argentina es un país atravesado por la pandemia. Este tiempo no sólo generó eso sino experiencias nuevas que nos van a hacer emprender el futuro desde ahí. No se va a poder olvidar lo que pasó, ni soslayarlo y hacer como si la pandemia no hubiera ocurrido. Abrió muchos caminos, aprendimos, sufrimos y nos tuvimos que imaginar muchas cosas. Todo eso va a ir a parar a la literatura y al teatro”, concluye Dayub.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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