Urquiza y Frondizi
Diego Seghetti Frondizi
Teniendo, como nieto de Arturo Frondizi, pleno conocimiento de su vida y pensamiento, he dado mi consentimiento a la petición de que sus restos sean trasladados a Concepción del Uruguay, para yacer, junto a los de l general Justo José de Urquiza, en la Basílica Inmaculada Concepción.
Recordé para ello que Frondizi no nació en Buenos Aires, sino en el interior del país (Paso de los Libres), habiendo permanentemente abogado por el federalismo como factor de integración nacional, el cual –advirtió al asumir la presidencia– no debía “limitarse a formas aparentes, desprovistas de sustancia, que no han impedido el proceso de empobrecimiento del interior del país ni su creciente sujeción a las concentraciones portuarias”.
Entre los años 1912 y 1924 vivió en Concepción del Uruguay, educándose en su histórico colegio, fundado por Urquiza, del que egresaron Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza, Onésimo Leguizamón, Eduardo Wilde y otras prominentes personalidades de la generación del 80, que permitieron a la Argentina alcanzar sus mayores niveles de progreso.
Formándose en los ideales del denominado “trípode de la estatua de Urquiza” –educación, libertad y organización–, pudo comprobar la trascendencia que el caudillo entrerriano dio a la enseñanza de excelencia. Impregnado de la fuerte impronta republicana que se respiraba en las aulas del Colegio del Uruguay, esos ideales fueron un faro durante su presidencia y en su vida política.
La admiración de Frondizi por el primer presidente constitucional argentino se evidencia, en su participación, como presidente electo, en el acto de inauguración del monumento al general Urquiza, situado en el barrio porteño de Palermo, en la intersección de las avenidas Figueroa Alcorta y Sarmiento. El acto se celebró el 11 de abril de 1958. Ciento seis años habían pasado desde que Urquiza derrotó a Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, sin que Buenos Aires le rindiera homenaje (https://www.mininterior.gov.ar/agn/pdf/ArchivosprivadosTomoII.pdf, páginas 385/386).
Un año después, el 11 de abril de 1959, a bordo del vapor Washington, Frondizi viajó a Concepción del Uruguay para participar en la ceremonia oficial del traslado de los restos de Urquiza al mausoleo situado en la precitada basílica, destacando en su discurso el legado de Urquiza en la sanción de la Constitución nacional ( https://infoner.com.ar/frondizi-y-el-homenaje-a-urquiza-en-la-historica/).
Todos estos antecedentes me llevan a la certera convicción de que Frondizi consideraría un honor yacer junto a las cenizas de Urquiza,
Sin desmerecer la vida y la obra de las personalidades que descansan en el cementerio de Olivos, es indudable que ninguna de ellas tuvo para la Argentina la trascendencia de quien, organizando el país, posibilitó que finalizaran las luchas fratricidas.
Estando nuestra nación gravemente dividida por las grietas ideológicas, es oportuno transmitir a las actuales generaciones que visiten la basílica, que Urquiza y Frondizi descansan juntos allí por cuanto se caracterizaron por anteponer la unión nacional al odio.
Luego de vencer a Mitre en la batalla de Cepeda, declaró Urquiza: “Basta ¡por Dios! de sangre inocente sacrificada al capricho de bastardas ambiciones. Basta de guerra entre los hijos de la Nación Argentina... No más unitarios ni federales: hermanos todos... La Nación Argentina necesita de todos sus hijos...”. Fiel a ese pensamiento, y plenamente consciente de las consecuencias que para la pacificación del país hubiera tenido su triunfo, se retiró al tranco y de espaldas, de la batalla de Pavón, en momentos en que la caballería porteña había sido derrotada.
Por su parte, Frondizi, procurando el reencuentro de los argentinos, nos advirtió que no podíamos continuar paralizados en nuestro desarrollo, empobreciéndonos paulatinamente, estancados en nuestras pasiones, descreídos de nuestras propias capacidades, despeñándonos en el atraso y la desintegración nacional.
Debíamos extirpar el odio y el miedo del corazón de los argentinos, dejando el pasado a nuestras espaldas.
Ambos nos convocan hoy, en las difíciles horas que vive nuestra nación, a afianzar la paz nacional, consensuando políticas de Estado que nos permitan regresar a las ideas centrales de la Constitución nacional.
Recién cuando la Argentina recupere la senda de desarrollo eliminando los lacerantes índices de inflación, pobreza e indigencia mi abuelo descansará en paz. Mientras tanto, yace con su conciencia tranquila, por haber amado y servido lealmente a su patria, y el profundo dolor de no verla de pie.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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