viernes, 29 de julio de 2022

LA NOCHE DE LAS PEÑAS...MAÑANA

Agenda de sábado

La Noche de las Peñas se realizará mañana, con entrada libre, desde las 20 hasta la medianoche, en 21 espacios porteños. En Café Vinilo (Estados Unidos 2483) se presentará Hernán Robledo. En Páramo Cultura (Carlos Calvo 3974) se recreará la Peña Achalay con Lxs Ábalos, Latidos de Adolfo; habrá clases de danzas nativas, prácticas, shows y baile. En Pista Urbana (Chacabuco 874) estará El Rejunte. En La Paila (Costar Rica 4848) actuarán Celeste Taboas y Federico Ochoa. En www.buenosaires. gob.ar/cultura/nochedelaspenas se puede encontrar la programación completa

La Noche de las Peñas. En busca del espíritu folclórico que reinó en Buenos Aires
Fue furor en las décadas del 60 y del 70, y tuvo un resurgimiento en los 90 y con el comienzo del nuevo siglo; mañana se podrá disfrutar de un circuito con 21 espacios dedicados al arte nativo
Mauro ApicellaBailar folclore en Buenos Aires podría dejar de ser un hábito de otros tiempos
Noche de folclore y, al decir de “La sachapera”, con chacareras dobles que curan todas las penas. Este sábado, el gobierno porteño impulsa la Noche de las Peñas, a imagen y semejanza de sus otras noches dedicadas al teatro, los museos o las disquerías. ¿Por qué las peñas folclóricas comienzan a formar parte de este calendario anual? Seguramente porque tienen mucho que ver con la historia de la noche porteña. Y además de la construcción de un presente (se seleccionaron 21 espacios que recibirán al público, desde las 20 hasta la medianoche, con entrada gratuita) podrá ser una evocación de esas épocas en las que Buenos Aires era un fuerte punto de atracción de la música telúrica, especialmente por todos esos artistas que llegaban del interior del país para grabar discos, promocionar su trabajo y, también, crear espectáculos que se veían los fines de semana.
Hubo distintas épocas en las que el folclore estuvo “de moda” en la noche porteña. Desde 1942, cuando los Hermanos Ábalos ponían en marcha sus espectáculos de música nativa en un local de Santa Fe y Paraná, hasta el auge peñero de finales de los noventa y principios de este nuevo siglo, siempre hubo zambas para olvidar y chacareras curadoras de penas, entreveradas en la escenografía porteña.
Las primeras manifestaciones de este estilo datan de finales del siglo XIX y eran conocidas como “centros criollos”.
Con una valorización de lo nativo (la danza, las comidas y la música), por estos lugares pasaron voces que luego se hicieron famosas, como las de Carlos Gardel o Mercedes Simone. Achalay era el nombre que los Hermanos Abalos eligieron para la primera peña que fundaron en Buenos Aires, ochenta años atrás. ¿De donde viene? De la expresión de alegría de la madre de los muchachos, cuando vio el lugar donde instalarían su peña. Achalay es un vocablo quechua que significa: ¡Qué lindo!
La vida del migrante –en distintas épocas de los últimos cien años– que llegó desde el Interior a Buenos Aires “con lo puesto” en busca de un futuro laboral trajo consigo una cultura. En esos escenarios crecía tanto la tradición divulgada por Andrés Chazarreta y los Hermanos Ábalos, para el deleite de los porteños, como la nostalgia del que venía de las provincias. El boom del folclore de la década del sesenta también hizo lo suyo. Porque todo lo que explotaba en la gran vidriera que era el Festival Nacional de Folklore de Cosquín terminaba en Buenos Aires.
Algunas décadas después, otros tomaron la posta, como Cuti y Roberto Carabajal, con la peña Sonckoy. Ya a finales de los noventa se generó un florecimiento peñero urbano que en algunos casos tomaba como referencia los encuentros folclóricos universitarios de Córdoba y peñas hoy legendarias, como la de Ica Novo y la del Dúo Coplanacu.
Claro que había una impronta local. Hubo una peña llamada La Flor, producida por Omar Chabán –dueño de Cemento y, más tarde, de República Cromañón– donde antes había funcionado el local punk Die Schule. Rarezas de esa época finisecular. Aunque, al mismo tiempo, era un recambio lógico. Las peñas de la década del sesenta ya no tenían nada que ver con esos tiempos ni con los códigos de la juventud que entraba en el nuevo siglo.
Así nacieron otros espacios, que apuntaban a darles lugar a las propuestas que no eran tan difundidas en los medios y en los grandes escenarios, como las del denominado “folclore joven”. La Peña del Colorado fue un proyecto de “El Colorado” Esteban López, que se convirtió en un lugar ineludible de la noche porteña peñera. Era un magnífico lugar de encuentro y de programación artística con nuevas voces. El boca a boca hizo que para fines de la década del noventa todos quisieran ir “a lo del Colo”.
La Eulogia funcionó en el local Megafón, de San Telmo, entre 1999 y 2003, impulsada por músicos de dos agrupaciones folclóricas, María y Cosecha de Agosto y El Tierral. La programación artística era un lujo de esos años y cada encuentro, a pura zamba y chacarera, mostró ese terreno propicio que también se manifestó en el ámbito estatal. El festival realizado por el Gobierno de la Ciudad Músicas de Provincia tenía algo de ese espíritu.
Luego de La Eulogia, los músicos de El Tierral se instalaron en la zona norte con su Peña de la Ribera, que generaba multitudinarios encuentros a cielo abierto, en la costa de San Isidro, con un pequeño escenario, algunas guirnaldas de luces de colores y cientos de jóvenes entregados al baile, a las empanadas, a las copas de vino y los vasos de fernet y cerveza.
Sin duda, esa primera década del siglo XXI mostró una buena agenda peñera donde la programación confluía con la espontaneidad de encontrarse en la danza o en el solo hecho de compartir un rato con amigos. El Desalmadero tuvo mucho que ver con esas noches. Mientras tanto, cada fin de semana abrían sus puertas Los Cardones, La Paila (que este fin de semana será parte de la Noche de las Peñas), La Señalada, Sonckoy Carabajal, La Baguala, La Resentida, Los Cumpas, La de Pueyrredón y La Peña del Abasto entre otras.
Ya en la segunda década del nuevo milenio, el movimiento peñero se amplió con las itinerantes. En algunos casos, tuvieron un lugar fijo todos los fines de semana, pero habían pasado innumerables mudanzas. Punta Tacuara, impulsada por la incansable Liliana Ramírez, fue una de esas. Ciudad Cultural Konex abrió sus puertas al mundo peñero. Allí arribaron Peteco Carabajal y, más tarde, el Dúo Coplanacu. “Nosotros viajamos constantemente, por suerte, y el país es grande; no podríamos tener un lugar fijo –decía siete años atrás Roberto Cantos, uno de los integrantes del dúo–.Es un placer hacerlo de tanto en tanto. Y aunque en cada lugar la idiosincrasia es diferente, el ámbito es parecido porque nuestra idea es la misma: un evento lo más participativo posible. No es un show nuestro. La gente baila, canta y escucha. En ese sentido, es muy parecido en todas partes”, afirmaba.
Ya en la tercer década del siglo XXI, Buenos Aires no vive el boom peñero de aquellos años. Y no hay que olvidar que el circuito nocturno quedó diezmado por la pandemia. Pero la Noche de las Peñas puede servir como un recordatorio de aquellos tiempos en los que todos los folclores del país coincidían en el Río de la Plata para que otra vez se pueda poner en marcha el regreso a las pistas y los escenarios de esa cultura “del interior”, que nunca ha dejado de estar presente.

Agenda de sábado

La Noche de las Peñas se realizará mañana, con entrada libre, desde las 20 hasta la medianoche, en 21 espacios porteños. En Café Vinilo (Estados Unidos 2483) se presentará Hernán Robledo. En Páramo Cultura (Carlos Calvo 3974) se recreará la Peña Achalay con Lxs Ábalos, Latidos de Adolfo; habrá clases de danzas nativas, prácticas, shows y baile. En Pista Urbana (Chacabuco 874) estará El Rejunte. En La Paila (Costar Rica 4848) actuarán Celeste Taboas y Federico Ochoa. En www.buenosaires. gob.ar/cultura/nochedelaspenas se puede encontrar la programación completa

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.