“El tema más importante para discutir es la restitución del Fondo del Conurbano”
El precandidato a gobernador por el sector de Bullrich advierte que se trata de un asunto clave para la gobernabilidad del país
Gustavo YbarraEl intendente de lanús y precandidato a gobernador por Jxc, Néstor Grindetti
Néstor Grindetti no duda en ponerle un aplazo a la gestión de Axel Kicillof y, en línea con el discurso de Patricia Bullrich, de la mano de quien se postula en la primaria de Juntos por el Cambio (JXC) como precandidato a gobernador bonaerense, asegura que “es imposible negociar con el kirchnerismo”.
En una entrevista con la nacion, el intendente de Lanús en uso de licencia les restó importancia a los duros cruces verbales que Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta sostienen en la pelea por la candidatura presidencial, a los que calificó como “fuegos artificiales”, pero dijo que Jorge Macri “se merece un apoyo muy fuerte” del jefe de gobierno porteño en su campaña para ganar la ciudad de Buenos Aires.
Para combatir la inseguridad, Grindetti aseguró que propone bajar la edad de imputabilidad y modificar el concepto de reincidencia para que quienes cometan un segundo delito no puedan quedar en libertad, aun a costa de que lo acusen de aplicar una política de mano dura. “La otra alternativa es no hacer nada”, sentencia.
–¿Por qué el votante de Juntos por el Cambio no debería votarlo a Diego Santilli y darle, en cambio, su voto a usted?
–Lo que puedo hablar es de mí, después que la gente compare. Tengo una experiencia en el Estado: fui ocho años ministro en la ciudad, donde logramos superávit fiscal los ocho años; eso me dio un conocimiento bastante acabado de lo que es el manejo de fondos públicos. Después, ocho años de intendente de Lanús, lo que me dio también, pese a que soy un bonaerense de nacimiento, un conocimiento mucho más importante de lo que es el conurbano. Por último, la fórmula que hemos conformado con Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen, nos complementa muy bien: uno es del interior y otro del conurbano. Esa oferta de experiencia es el mejor activo que tenemos para ofrecer a los bonaerenses.
–¿Por qué insiste tanto en que para garantizar la gobernabilidad de un eventual gobierno nacional de Juntos es imprescindible ganar en la provincia?
–La provincia de Buenos Aires es determinante desde el punto de vista numérico electoral, pero también desde el punto de vista político. Por ejemplo, tiene temas para discutir con la Nación, el más importante es la restitución del Fondo del Conurbano, porque la provincia aporta muchísimo a la torta nacional de recaudación fiscal y retira muy poco. Hoy por hoy, el gobierno nacional le envía fondos en forma absolutamente discrecional. Nosotros queremos poner en blanco y negro esos fondos para después derramar hacia los municipios. Así que la relación de la provincia para la Nación y del gobierno nacional para la provincia son realmente muy importantes para la gobernabilidad.
–Habló de la coparticipación. La Ciudad está reclamando fondos que la Nación le quito para financiar a la provincia de Buenos Aires. ¿Qué va a hacer con ese dinero? ¿Lo va a devolver? ¿Lo va a mantener?
–Siempre lo dije, restituir fondos que le corresponden a la provincia no tiene que ir detrimento de ninguna otra provincia y tampoco de la Ciudad. Esto lo tiene que poner la Nación. Acá el que se lleva la gran torta haciendo poco aporte es el Estado nacional. Entonces, es el que debe restituir eso de sus fondos.
–¿Cuál sería su solución al tema de la inseguridad, en particular en el conurbano?
–Primero, pretendemos que la policía local, que es el vigilante de la esquina, el que conoce al vecino y que hace prevención, dependa del intendente. Después, pretendemos ejercer modificaciones en la ley de imputabilidad de los menores. Creemos que hay que bajar la edad, pero juntamente con ello tenemos que construir cárceles que contemplen ese tema. Un chico de 15 años que mata debe ir preso, pero en una situación muy diferente a un narcotraficante de 50 años. Después, lo que está faltando es algo que cuando Patricia Bullrich era ministra (en la Nación) y Cristian Ritondo era ministro de la provincia se trabajó muy bien, que es una mesa de coordinación de análisis del mapa del delito entre fuerzas nacionales, provinciales y municipales. También hay que cambiar el concepto de reincidencia. Hoy, un delincuente que comete un delito y no está condenado, si vuelve a cometer otro delito y cae preso, sale inmediatamente. Nosotros pretendemos que, aun cuando no esté condenado, si cometió dos delitos, la segunda vez no salga inmediatamente. Acá el derecho lo tienen los vecinos y no los delincuentes, que tienen que estar presos. Tenemos que defender a los vecinos y a las fuerzas de seguridad que trabajan bien.
–Lo van acusar de querer aplicar políticas de mano dura.
–La otra alternativa es no hacer nada y van seguir pasando las cosas que pasan. Creo que el Estado tiene una responsabilidad, que es defender a los vecinos. Obvio que esto es un conjunto de cosas, la Justicia también tiene que accionar, los fiscales también. Tenemos que tener buenos lugares para la detención de los delincuentes, tener alcaidías. Hoy, por ejemplo, están atiborrados de detenidos los calabozos de las comisarías y eso significa que hay policías que tienen quedarse cuidándolos. El concepto general es que vamos a estar del lado de los buenos, del lado de los vecinos que hoy sufren la delincuencia y vamos a estar metiendo presos a los que delincan. No lo veo como mano dura, es ponerse del lado que corresponde.
–Bullrich hace hincapié en bajar el gasto político. ¿Cómo lo haría en la provincia?
–Claramente bajando la cantidad enorme de contratos que tiene el Gobierno. En este gobierno pasaron de 700 a 1800 cargos jerárquicos. Tiene 19 ministerios y eso se puede achicar mucho. Tienen empresas del Estado que son altamente ineficientes y producen un déficit enorme. Hay que ordenar IOMA y el Instituto de Previsión Social, aun cuando conceptualmente tienen que seguir siendo asistidos por el Estado provincial, porque son estructuralmente deficitarios ese déficit se puede bajar mucho.
–Cuando se habla de gastos en la provincia siempre se menciona a la Legislatura. ¿Tiene pensado tomar alguna medida?
–Le vamos a pedir, dentro de lo que marca la Constitución, una contribución en términos de austeridad. Vamos a ser austeros en el Ejecutivo y le vamos a pedir al Legislativo que también lo sea.
–En el último spot de campaña acusa al Roberto Baradel de ser un sindicalista rico. Si llega a gobernador, ¿cómo se imagina una negociación con él?
–Ahí es donde aplica el activo muy importante de nuestro espacio que es la convicción y el coraje de Patricia. Vamos a ir por una ley que va declarar esencial el servicio de educación del Estado. Eso va a limitar no el derecho a reclamar ni el derecho de huelga, eso va a seguir vigente, pero no van a poder hacer paros salvajes. Nosotros vamos por los 190 días de clases y hay que cambiar el estatuto del docente. Eso lo vamos a tener que discutir. Pero Baradel no defiende los intereses de los docentes que quieren ganar mejor, defiende los intereses de un grupúsculo afín a él. Va a ser una pelea de un Estado que se pone del lado de los vecinos y del otro lado va a estar una corporación que quedó vetusta, que la gente sabe de qué se trata; y con el apoyo de la gente vamos a ir avanzando.
–¿Qué nota le pondría a la gestión de Kicillof ?
–Un aplazo y diría más por omisión que por acción. Donde voy a recorrer le pregunto a los vecinos si en estos cuatro años vieron al gobernador ocupado en lo que los preocupa y todos me contestan que no. Es un Estado ausente, que no da salud, no da una educación de calidad. Hoy el estado provincial es una mochila de piedras para todo el sector productivo.
–¿Destacaría algo positivo del gobierno provincial?
–Sinceramente, no veo, si no lo diría. El concepto de ausentismo, de no estar, justamente genera una falta de asistencia en todas las áreas.
–¿Por qué casi no se habla nada en la campaña de la gestión del gobernador?
–Para mí es por cómo se conforman las elecciones. La elección provincial se junta con la nacional y, entonces, se discuten temas nacionales. Para bien o para mal es como que se borronea la imagen del gobernador. Por ejemplo, en Lanús, el hospital es provincial. Es un desastre, faltan elementos, no se ha hecho mantenimiento, está muy mal. Ahora, la gente me viene a reclamar a mí, al intendente, es como que el gobernador pierde visibilidad.
–Con Santilli han evitado hacer una campaña virulenta. ¿No cree que los cruces verbales entre Larreta y Bullrich están afectando las chances electorales de Juntos por el Cambio?
–No lo veo así, entiendo a las internas como un terreno donde no se discuten valores o ideales del país, sino que se discuten tácticas y en este caso se está discutiendo un estilo de liderazgo. Es cierto que puede haber algunos fuegos artificiales producto de alguna declaración puntual con algún tono alto, pero a mí no me cabe ninguna duda que el 14 (de agosto) vamos a poder estar todos juntos y vamos a poder gobernar con todos los equipos integrados.
–Si fuera Jorge Macri, ¿estaría conforme con el apoyo que recibe de Larreta en la campaña?
–La verdad que no la estoy siguiendo tanto a la ciudad. Creo que Jorge es el candidato ideal porque es Pro puro y uno esperaría… No sé, hoy no puedo calificar si es poco o mucho, pero Jorge se merece un apoyo muy fuerte de parte de Horacio, que también es socio fundador de Pro. Yo esperaría el máximo apoyo porque, además, es su ministro, así que yo esperaría de Horacio y de todo su equipo que estuvieran apoyando a su compañero de gabinete.
–¿Se considera un político de derecha o un halcón, como se los suele tildar en los medios?
–Siempre digo que el tema de derechas e izquierdas es relativo. Siempre hay una derecha mala y una izquierda mala. Ahora, si halcón significa pretender una transformación en la Argentina para que la gente viva mejor y que esa transformación comience rápidamente y que tengamos mucha convicción y fortaleza para llevarla adelante, a pesar de las piedras, bueno, sí, yo soy un halcón.
–¿Se puede dialogar con el kirchnerismo en la oposición?
–Es muy difícil dialogar con el kirchnerismo, con los Moyano, con los Baradel. En algún momento, al principio de este gobierno, hice intentos y la verdad que nos jorobaron la vida siempre en Lanús. Creo que es imposible dialogar porque el kirchnerismo es dogmático, arma un relato que, increíblemente, se lo terminan creyendo; entonces es muy, muy, muy difícil. Yo, que entiendo la política como el diálogo y la búsqueda de consenso, puedo decir con mucha seguridad y firmeza que es imposible negociar con el kirchnerismo.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Néstor Grindetti no duda en ponerle un aplazo a la gestión de Axel Kicillof y, en línea con el discurso de Patricia Bullrich, de la mano de quien se postula en la primaria de Juntos por el Cambio (JXC) como precandidato a gobernador bonaerense, asegura que “es imposible negociar con el kirchnerismo”.
En una entrevista con la nacion, el intendente de Lanús en uso de licencia les restó importancia a los duros cruces verbales que Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta sostienen en la pelea por la candidatura presidencial, a los que calificó como “fuegos artificiales”, pero dijo que Jorge Macri “se merece un apoyo muy fuerte” del jefe de gobierno porteño en su campaña para ganar la ciudad de Buenos Aires.
Para combatir la inseguridad, Grindetti aseguró que propone bajar la edad de imputabilidad y modificar el concepto de reincidencia para que quienes cometan un segundo delito no puedan quedar en libertad, aun a costa de que lo acusen de aplicar una política de mano dura. “La otra alternativa es no hacer nada”, sentencia.
–¿Por qué el votante de Juntos por el Cambio no debería votarlo a Diego Santilli y darle, en cambio, su voto a usted?
–Lo que puedo hablar es de mí, después que la gente compare. Tengo una experiencia en el Estado: fui ocho años ministro en la ciudad, donde logramos superávit fiscal los ocho años; eso me dio un conocimiento bastante acabado de lo que es el manejo de fondos públicos. Después, ocho años de intendente de Lanús, lo que me dio también, pese a que soy un bonaerense de nacimiento, un conocimiento mucho más importante de lo que es el conurbano. Por último, la fórmula que hemos conformado con Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen, nos complementa muy bien: uno es del interior y otro del conurbano. Esa oferta de experiencia es el mejor activo que tenemos para ofrecer a los bonaerenses.
–¿Por qué insiste tanto en que para garantizar la gobernabilidad de un eventual gobierno nacional de Juntos es imprescindible ganar en la provincia?
–La provincia de Buenos Aires es determinante desde el punto de vista numérico electoral, pero también desde el punto de vista político. Por ejemplo, tiene temas para discutir con la Nación, el más importante es la restitución del Fondo del Conurbano, porque la provincia aporta muchísimo a la torta nacional de recaudación fiscal y retira muy poco. Hoy por hoy, el gobierno nacional le envía fondos en forma absolutamente discrecional. Nosotros queremos poner en blanco y negro esos fondos para después derramar hacia los municipios. Así que la relación de la provincia para la Nación y del gobierno nacional para la provincia son realmente muy importantes para la gobernabilidad.
–Habló de la coparticipación. La Ciudad está reclamando fondos que la Nación le quito para financiar a la provincia de Buenos Aires. ¿Qué va a hacer con ese dinero? ¿Lo va a devolver? ¿Lo va a mantener?
–Siempre lo dije, restituir fondos que le corresponden a la provincia no tiene que ir detrimento de ninguna otra provincia y tampoco de la Ciudad. Esto lo tiene que poner la Nación. Acá el que se lleva la gran torta haciendo poco aporte es el Estado nacional. Entonces, es el que debe restituir eso de sus fondos.
–¿Cuál sería su solución al tema de la inseguridad, en particular en el conurbano?
–Primero, pretendemos que la policía local, que es el vigilante de la esquina, el que conoce al vecino y que hace prevención, dependa del intendente. Después, pretendemos ejercer modificaciones en la ley de imputabilidad de los menores. Creemos que hay que bajar la edad, pero juntamente con ello tenemos que construir cárceles que contemplen ese tema. Un chico de 15 años que mata debe ir preso, pero en una situación muy diferente a un narcotraficante de 50 años. Después, lo que está faltando es algo que cuando Patricia Bullrich era ministra (en la Nación) y Cristian Ritondo era ministro de la provincia se trabajó muy bien, que es una mesa de coordinación de análisis del mapa del delito entre fuerzas nacionales, provinciales y municipales. También hay que cambiar el concepto de reincidencia. Hoy, un delincuente que comete un delito y no está condenado, si vuelve a cometer otro delito y cae preso, sale inmediatamente. Nosotros pretendemos que, aun cuando no esté condenado, si cometió dos delitos, la segunda vez no salga inmediatamente. Acá el derecho lo tienen los vecinos y no los delincuentes, que tienen que estar presos. Tenemos que defender a los vecinos y a las fuerzas de seguridad que trabajan bien.
–Lo van acusar de querer aplicar políticas de mano dura.
–La otra alternativa es no hacer nada y van seguir pasando las cosas que pasan. Creo que el Estado tiene una responsabilidad, que es defender a los vecinos. Obvio que esto es un conjunto de cosas, la Justicia también tiene que accionar, los fiscales también. Tenemos que tener buenos lugares para la detención de los delincuentes, tener alcaidías. Hoy, por ejemplo, están atiborrados de detenidos los calabozos de las comisarías y eso significa que hay policías que tienen quedarse cuidándolos. El concepto general es que vamos a estar del lado de los buenos, del lado de los vecinos que hoy sufren la delincuencia y vamos a estar metiendo presos a los que delincan. No lo veo como mano dura, es ponerse del lado que corresponde.
–Bullrich hace hincapié en bajar el gasto político. ¿Cómo lo haría en la provincia?
–Claramente bajando la cantidad enorme de contratos que tiene el Gobierno. En este gobierno pasaron de 700 a 1800 cargos jerárquicos. Tiene 19 ministerios y eso se puede achicar mucho. Tienen empresas del Estado que son altamente ineficientes y producen un déficit enorme. Hay que ordenar IOMA y el Instituto de Previsión Social, aun cuando conceptualmente tienen que seguir siendo asistidos por el Estado provincial, porque son estructuralmente deficitarios ese déficit se puede bajar mucho.
–Cuando se habla de gastos en la provincia siempre se menciona a la Legislatura. ¿Tiene pensado tomar alguna medida?
–Le vamos a pedir, dentro de lo que marca la Constitución, una contribución en términos de austeridad. Vamos a ser austeros en el Ejecutivo y le vamos a pedir al Legislativo que también lo sea.
–En el último spot de campaña acusa al Roberto Baradel de ser un sindicalista rico. Si llega a gobernador, ¿cómo se imagina una negociación con él?
–Ahí es donde aplica el activo muy importante de nuestro espacio que es la convicción y el coraje de Patricia. Vamos a ir por una ley que va declarar esencial el servicio de educación del Estado. Eso va a limitar no el derecho a reclamar ni el derecho de huelga, eso va a seguir vigente, pero no van a poder hacer paros salvajes. Nosotros vamos por los 190 días de clases y hay que cambiar el estatuto del docente. Eso lo vamos a tener que discutir. Pero Baradel no defiende los intereses de los docentes que quieren ganar mejor, defiende los intereses de un grupúsculo afín a él. Va a ser una pelea de un Estado que se pone del lado de los vecinos y del otro lado va a estar una corporación que quedó vetusta, que la gente sabe de qué se trata; y con el apoyo de la gente vamos a ir avanzando.
–¿Qué nota le pondría a la gestión de Kicillof ?
–Un aplazo y diría más por omisión que por acción. Donde voy a recorrer le pregunto a los vecinos si en estos cuatro años vieron al gobernador ocupado en lo que los preocupa y todos me contestan que no. Es un Estado ausente, que no da salud, no da una educación de calidad. Hoy el estado provincial es una mochila de piedras para todo el sector productivo.
–¿Destacaría algo positivo del gobierno provincial?
–Sinceramente, no veo, si no lo diría. El concepto de ausentismo, de no estar, justamente genera una falta de asistencia en todas las áreas.
–¿Por qué casi no se habla nada en la campaña de la gestión del gobernador?
–Para mí es por cómo se conforman las elecciones. La elección provincial se junta con la nacional y, entonces, se discuten temas nacionales. Para bien o para mal es como que se borronea la imagen del gobernador. Por ejemplo, en Lanús, el hospital es provincial. Es un desastre, faltan elementos, no se ha hecho mantenimiento, está muy mal. Ahora, la gente me viene a reclamar a mí, al intendente, es como que el gobernador pierde visibilidad.
–Con Santilli han evitado hacer una campaña virulenta. ¿No cree que los cruces verbales entre Larreta y Bullrich están afectando las chances electorales de Juntos por el Cambio?
–No lo veo así, entiendo a las internas como un terreno donde no se discuten valores o ideales del país, sino que se discuten tácticas y en este caso se está discutiendo un estilo de liderazgo. Es cierto que puede haber algunos fuegos artificiales producto de alguna declaración puntual con algún tono alto, pero a mí no me cabe ninguna duda que el 14 (de agosto) vamos a poder estar todos juntos y vamos a poder gobernar con todos los equipos integrados.
–Si fuera Jorge Macri, ¿estaría conforme con el apoyo que recibe de Larreta en la campaña?
–La verdad que no la estoy siguiendo tanto a la ciudad. Creo que Jorge es el candidato ideal porque es Pro puro y uno esperaría… No sé, hoy no puedo calificar si es poco o mucho, pero Jorge se merece un apoyo muy fuerte de parte de Horacio, que también es socio fundador de Pro. Yo esperaría el máximo apoyo porque, además, es su ministro, así que yo esperaría de Horacio y de todo su equipo que estuvieran apoyando a su compañero de gabinete.
–¿Se considera un político de derecha o un halcón, como se los suele tildar en los medios?
–Siempre digo que el tema de derechas e izquierdas es relativo. Siempre hay una derecha mala y una izquierda mala. Ahora, si halcón significa pretender una transformación en la Argentina para que la gente viva mejor y que esa transformación comience rápidamente y que tengamos mucha convicción y fortaleza para llevarla adelante, a pesar de las piedras, bueno, sí, yo soy un halcón.
–¿Se puede dialogar con el kirchnerismo en la oposición?
–Es muy difícil dialogar con el kirchnerismo, con los Moyano, con los Baradel. En algún momento, al principio de este gobierno, hice intentos y la verdad que nos jorobaron la vida siempre en Lanús. Creo que es imposible dialogar porque el kirchnerismo es dogmático, arma un relato que, increíblemente, se lo terminan creyendo; entonces es muy, muy, muy difícil. Yo, que entiendo la política como el diálogo y la búsqueda de consenso, puedo decir con mucha seguridad y firmeza que es imposible negociar con el kirchnerismo.
Curiosidades y disparidades en los aportes a la campaña declarados ante la Justicia electoral
Los principales espacios políticos recaudaron $875,1 millones, por donaciones de unas 16.600 personas y empresas; el 60% de los recursos fueron para Juntos por el Cambio; solo tres de los grandes aportantes financiaron al oficialismo
Hugo Alconada Mon
Sergio Massa, de campaña en Tucumán
Durante los últimos doce meses y en blanco, los principales espacios políticos recaudaron $875,1 millones para financiar las campañas de este año. Los fondos los aportaron poco más de 16.600 personas y empresas, a un promedio de $52.500 cada uno, según surge de la información declarada ante la Cámara Nacional Electoral que se procesó con tecnología de última generación para el análisis de grandes bases de datos.
Casi $6 de cada $10 de esos aportes fueron a Juntos por el Cambio, el principal espacio opositor con probabilidades de acceder a la Casa Rosada, con asignación específica a la competencia por la Presidencia, en desmedro de las contiendas por el Congreso y el Mercosur. Y el fondeo apuntó mayormente a financiar las organizaciones nacionales de los espacios, secundado por los aportes con asignación específica a la contienda que se desarrolla en la Ciudad de Buenos Aires, en desmedro de distritos más populosos, como las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Las cifras globales de aportes en blanco representan un aumento sustancial con respecto a lo declarado en ciclos anteriores, aunque debe descontarse el impacto de la inflación. Y esconden curiosidades, una gran hipocresía y disparidad. Para empezar, porque la información disponible en la Cámara Nacional Electoral solo consigna los fondos declarados que reciben los distintos espacios y partidos políticos, que se encuentran muy por debajo de los números reales que cuestan las campañas en el país.
Consultores y expertos coincidieron con miembros de las campañas consultados durante los últimos meses que este ciclo electoral será menos costoso que anteriores, cuando se estimaba que disputar la Casa Rosada podía costar hasta US$ 100 millones. Ahora estiman, en cambio, que disputar la Presidencia podría insumir hasta US$ 84 millones, en tanto que a gobernador podría llegar a los US$ 23 millones en distritos como el bonaerense.
Hecha la distinción entre fondos blancos y clandestinos de la campaña, sin embargo, lo declarado ante la Cámara Nacional Electoral permite vislumbrar una notable disparidad en los aportes, que pueden hacerse por transferencia bancaria, cheque, tarjeta o pago en especie. Así, por ejemplo, los 16.110 aportantes más pequeños contribuyeron la misma cantidad de dinero total a los espacios políticos que los 100 aportantes más grandes.
En efecto, 16.110 personas aportaron un total de $ 364,4 millones, a un valor promedio de $22.500 cada uno –y un tope máximo de $177.000-, mientras que menos de 100 personas y empresas acercaron $1 millón o más por un total de $ 363,5 millones, a un valor promedio de $3,86 millones cada una, que además lo hicieron en apenas cinco distritos: la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Río Negro.
Patricia Bullrich, en un acto en La Matanza
Destino de los fondos
La misma disparidad se repite al cotejar el destino de los fondos. Las organizaciones nacionales de los distintos espacios se quedaron con $506 millones (el 57,8% del total), muy por delante del dinero aportado con destino específico a las disputas electorales en la ciudad de Buenos Aires ($128,9 millones) y las provincias de Santa Fe ($45,7 millones), Buenos Aires ($43,3 millones), Mendoza ($35,6 millones), Córdoba ($34,5 millones), Neuquén ($21,2 millones) y Santiago del Estero ($12,3 millones), entre los mayores receptores.
La disparidad también se verificó en las campañas destinarias. Más de $381,8 millones de los aportes se hicieron con asignación específica a la contienda por la Presidencia por la Nación, solo superado por los $461,2 millones que cosecharon los espacios hasta el momento para “desenvolvimiento institucional”. Y ambos rubros estuvieron, a su vez, muy por encima de los fondos destinados a solventar las campañas a diputados y senadores nacionales, parlamentarios del Mercosur.
Esa misma disparidad en los aportes se acentúa al analizar cuánto recibió cada espacio. Juntos por el Cambio –coalición que abarca desde Pto a la UCR, y de la Coalición Cívica al Partido Demócrata Progresista, entre otros-, se quedó con poco más de la mitad (50,7%) de los fondos. Ya fuera con destino específico a su organización nacional –que lleva como candidatos presidenciales a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta- o dirigido a ciertos distritos o partidos que lo integran. Así, la principal coalición opositora recibió hasta ahora $443,7 millones de 2452 personas y empresas, con un aporte promedio de $181.000 cada uno.
Unión por la Patria, en tanto, acumuló $52 millones durante el mismo período. Los cosechó de 1831 personas -y ninguna empresa- que contribuyeron $28,400 cada uno en promedio, lo que representa una media seis veces más baja que la registrada por la principal coalición opositora.
Los aportes al oficialismo fueron con destino a su organización nacional, tanto cuando la lideraba el Frente de Todos, de Cristina Fernández de Kirchner, como en su conformación actual, con el Frente Renovador, que lidera el precandidato presidencial Sergio Massa, el Frente Patria Grande del también precandidato Juan Grabois, el Partido Justicialista, que preside Alberto Fernández, y el Partido Comunista, entre otros.
Mucho más abajo aparece la coalición de partidos y fuerzas que conforman La Libertad Avanza y que llevan a Javier Milei como candidato a la Presidencia. Curiosamente, apenas 158 personas contribuyeron $2,3 millones –aun cuando el espacio afirma que pide a sus propios precandidatos que aporten a la campaña, en dólares-, y las contribuciones muestran dos rasgos distintivos: ninguna persona superó el umbral de los $100.000 y, al igual que en el espacio oficialista, hasta el lunes no aparecieron empresas entre los aportantes.
Los aportes declarados al espacio libertario ante la Cámara Nacional Electoral quedaron, así, por debajo de los registrados para el Partido Socialista (20,4 millones), Republicanos Unidos ($19,4 millones), el Frente de Izquierda ($16,4 millones) y el Partido Obrero ($16 millones), aunque el espacio libertario levantó como bandera que sus candidatos deberían financiar su propia campaña y ciertos empresarios, como Sebastián Braun (miembro de la familia que controla La Anónima) han expresado su respaldo.
Grandes aportantes
La disparidad y las curiosidades también se observan al analizar los grandes aportantes. Juntos por el Cambio se quedó con algo más del 91% de esos fondos. Acumuló $334 millones de 80 personas y empresas. Entre ellas, las contribuciones más voluminosas fueron las de Supervielle Productores de Seguros ($40 millones), Woden Energía (de Patricio y Juan Neuss, $20 millones), Inurban Inversiones (del holding Techint, $16 millones), la financiera Sofital (cuyo presidente es Julio Patricio Supervielle, $10 millones), Unicenter ($8 millones), San Tonino SA (de los hermanos Ángelo y Fabio Calcaterra, $8 millones), y Aurum Valores (propiedad de Emiliano Filippi, Martín Alejo Bo y Javier Orocyen, $8 millones)
En tanto, los empresarios Juan Jorge Oxenford y Gregorio Parrajón quedaron como las personas físicas que más aportaron a la principal coalición opositora. Contribuyeron con $8 millones cada uno. Con $5,4 millones los siguen Santiago Guillermo Suárez –sobrino y director de despacho del gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez- y el senador nacional José Torello (exjefe de asesores del presidente Mauricio Macri). También, la encargada del programa de Mediación del Ministerio de Seguridad mendocino, Elizabeth Edith Ormezzano ($5,1 millones), Jorge Juan José González Gale (ex AON Risk Service y ex Rimaco, la bróker de seguros del Grupo Socma, con $4 millones), al igual que Máximo Pedro Bernasconi, el abogado Jorge Luis Pérez Alati y el empresario Federico Zorraquín, entre otros.
Si la presencia de algunos nombres no sorprende, dado que ya habían contribuido a las finanzas de Juntos por el Cambio en campañas anteriores, sí descolla por su ausencia Nicolás “Nicky” Caputo, el socio comercial y “hermano de la vida” de Macri, que resultó determinante en las lides financieras que llevaron al triunfo electoral de 2015.
Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales , en un acto de campaña en Tres de Febrero
El oficialismo también quedó en el extremo opuesto en este rubro. Unión por la Patria sólo registró tres aportantes que superaron las seis cifras: el diputado nacional Itaí Hagman, con $2 millones, el coordinador del Registro del Monotributo Social, Alexis Szwack, con $1,2 millones y Romina Giselle Pérez, quien se desempeña en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), con $1 millón. Y al igual que “Nicky” Caputo en Juntos por el Cambio, tampoco figuran en los registros de la Cámara Nacional Electoral los apellidos que suelen sonar entre los financistas de ese espacio, como Rubén Cherñajovsky, Gerardo Ferreyra, Cristóbal López y Fabián de Sousa, entre otros.
Entre los grandes aportantes al oficialismo tampoco aparecieron algunos de los empresarios más cercanos a Massa, como Mauricio Filiberti, Daniel Vila, José Luis Manzano, Marcelo Mindlin y Jorge O’Reilly, entre otros, aunque Unión por la Patria también se recuesta en la maquinaria estatal y la publicidad oficial, en línea con lo que hace Rodríguez Larreta con la estructura porteña. Solo durante 2022, cabe recordar, La Cámpora manejó cerca de $8000 millones en pauta oficial, a través de distintas empresas y entes públicos.
Así, el partido Republicanos Unidos mostró más grandes aportantes que el oficialismo. Tres de sus dirigentes, Jorge Antonio San Martino, Beatriz Adela Albertelli y María Rosa Davagnino aportaron $2,1 millones, $1,4 millones y $1,1 millones cada uno, en tanto que el agente de valores Santiago Esteban Vattuone aportó $1,9 millones. También el empresario vinculado al monedero virtual “Billetera País”, Roberto Oscar Foco, contribuyó $1,3 millón, en tanto que la diseñadora María Florencia Palla acercó $1,5 millones. La pareja conformada por Norma Ruiz Huidobro y Ricardo López Murphy aportó $1 millón y $871.000, respectivamente.
Por su parte, el Partido Socialista registró una contribución sustancial. La declaró Carina Isabel Restovich, con $4,7 millones, aunque los registros comerciales exponen que en 2019 debieron emplazarla a presentarse en los tribunales por una deuda impaga de $39.175 con el Banco Municipal de Rosario y tres años después la condenaron y ordenaron su ejecución.
Los libertarios tampoco descollaron entre los grandes aportantes declarados ante la Cámara Nacional Electoral. Quedaron por debajo del Movimiento al Socialismo (MAS), por ejemplo, que entre noviembre y junio de este año recibió $11,4 millones de la docente jubilada y apoderada del partido, Alicia Szapiro, y otro $1,3 millones de Víctor Rodolfo Onesti, también dirigente del MAS.
Con la colaboración de Ricardo Brom.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.