La revista Criterio cumple 90 años
Es la publicación argentina más longeva y la única que salió sin interrupción
La historia intelectual se escribía en las páginas de los diarios y, sobre todo, de las revistas. Pensemos en un caso bien canónico, el más canónico de todos: Borges. Casi en los mismos años en que sacaba a pasear su ultraísmo florido y criollista en la revista Martín Fierro, los escritos del vanguardista Borges (por lo menos según detectó el investigador Lucas Adur) salían también en Criterio. El mismo Borges que apenas después sería orgánico de la liberal Sur podía escribir también en esa revista de orientación católica que en marzo de 1928 había fundado Atilio Dell'Oro Maini. Algunas de esas revistas duraron poco y otras mucho, como Sur, pero ya no existen. Criterio, en cambio, sigue aquí, cumple 90 años sin interrupción y con las mismas reglas de entonces: esa intersección entre fe y cultura que permitió que, igual que entonces, hace dos años se leyera la voz crítica de Loris Zanatta. La historia de Criterio es demasiado larga para condensarla en pocos caracteres. La posta de Dell'Oro Maini está desde 1996 en manos del querido José María Poirier, lector incesante, intelectual de intereses inagotables y sensibilidad atenta. "Necesariamente, en un tiempo tan extenso como el que abarca la vida de la revista Criterio, hubo cambios, replanteos, diferentes enfoques y firmas -explica Poirier-. Creo que, en todo caso, la continuidad esté marcada por la fidelidad a la relación entre fe y cultura: la idea de que hay, o debería haber, siempre un espacio para ese complejo y fructífero diálogo. Claro que la misma definición de fe o de cultura sufrió modificaciones en su interpretación histórica. Quizás en eso radica su continuidad en el tiempo".
Es claro que la fe ocupa un lugar crucial de Criterio, pero la revista se abrió siempre a otras esferas: la cultural, la política, la estética. El filósofo Luigi Pareyson solía decir que la religión es una interpretación y que puede haber otras interpretaciones concurrentes. "Creo que sí -confirma Poirier-, en el sentido de que toda apertura al diálogo supone la disposición a integrar nuevos enfoques y perspectivas. Cuando, hace una década, la revista cumplió 80 años, en su celebración señalaba el entonces cardenal Bergoglio que Criterio debía estar siempre en las fronteras, en el diálogo actual entre fe y cultura".
Criterio fue testigo de buena parte de las peripecias políticas del siglo XX, y en muchas de ellas se implicó resueltamente en editoriales, columnas y colaboraciones. Pero nuestra época está muy distante de la etapa fundacional, y esto no solamente por razones cronológicas, sino también porque vivimos en un clima de creciente secularización.
Ya en la escolástica estaba presente el debate entre la fe y la cultura. "Y era una tradición que se remontaba a los padres de la Iglesia y al mismo Evangelio -agrega Poirier-. Lo cual no significa que la revista haya acertado siempre en sus opiniones y en su modo de participar en la sociedad. Las lecturas posteriores comportan sorpresas y exigen correcciones y cambios. Así también seremos corregidos en un futuro los actuales editorialistas y colaboradores de Criterio. Que la sociedad sea hoy más secularizada que en otras épocas exige amplitud de miras, adaptación a los tiempos y aguda capacidad de interpretación".
El lugar de Poirier no es sencillo. ¿Cómo imaginar lo que vendrá después de 90 años, cómo imaginar el centenario? "Me animo a sospechar que los grandes temas estarán presentes. Curiosamente, cuando leemos a san Agustín, a Lutero o a Ignacio de Loyola, entre tantos intelectuales cristianos, siempre nos encontramos con la actualidad de ciertos planteos y perspectivas. Lo mismo pasa con los clásicos en filosofía o en literatura". Borges y todos nosotros estaríamos de acuerdo.
Una historia abierta
Grandes firmas: Criterio logró reunir en sus páginas los mejores colaboradores de cada época
En sus primeros dos años (1928 y 1929), bajo la dirección de Atilio Dell'Oro Maini, escribieron entre otros Jorge Luis Borges, Tomás Casares, G. K, Chesterton, Baldomero Fernández Moreno, Guillermo Furlong, Manuel Gálvez, Rafael Jijena Sánchez, Jacques Maritain, Ricardo Molinari, César Pico, Leonardo Castellani.
Polémicas
Fueron famosas las polémicas entre Julio Meinvielle y Jacques Maritain, y entre el monseñor Gustavo Franceschi y el político Lisandro de la Torre.
En los años del Concilio Vaticano II, y bajo la dirección de Jorge Mejía, Criterio fue la voz que transmitía la renovación de la Iglesia para la Argentina y América Latina.
Con Rafael Braun, Carlos Floria y Natalio Botana, la revista marcó claramente la separación entre los planos políticos y eclesiales
Permanencia: En casi un siglo de trayectoria, las portadas de la revista mantuvieron una marca artística y de diseño; el número más reciente fue ilustrado por el artista Eduardo Stupía
P. G.
Grandes firmas: Criterio logró reunir en sus páginas los mejores colaboradores de cada época
En sus primeros dos años (1928 y 1929), bajo la dirección de Atilio Dell'Oro Maini, escribieron entre otros Jorge Luis Borges, Tomás Casares, G. K, Chesterton, Baldomero Fernández Moreno, Guillermo Furlong, Manuel Gálvez, Rafael Jijena Sánchez, Jacques Maritain, Ricardo Molinari, César Pico, Leonardo Castellani.
Polémicas
Fueron famosas las polémicas entre Julio Meinvielle y Jacques Maritain, y entre el monseñor Gustavo Franceschi y el político Lisandro de la Torre.
En los años del Concilio Vaticano II, y bajo la dirección de Jorge Mejía, Criterio fue la voz que transmitía la renovación de la Iglesia para la Argentina y América Latina.
Con Rafael Braun, Carlos Floria y Natalio Botana, la revista marcó claramente la separación entre los planos políticos y eclesiales
Permanencia: En casi un siglo de trayectoria, las portadas de la revista mantuvieron una marca artística y de diseño; el número más reciente fue ilustrado por el artista Eduardo Stupía
P. G.
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