Julieta Venegas: "Tardé en darme cuenta de que no es lo mismo una canción que un poema"
La mexicana, radicada en el país, abrirá el martes el Ciclo de Letras del Cultural San Martín con la charla "Mi vida como lectora"; confesiones de una nómade de las palabras
Sentada en un sillón al fondo de la librería Eterna Cadencia, de Palermo, Julieta Venegas lee Jane Eyre, de Charlotte Brontë. El libro tiene páginas dobladas y varios párrafos marcados. La novela publicada en 1847 es uno de los títulos que la cantante mexicana eligió para compartir con el público en la clase magistral que inaugura la temporada 2018 del Ciclo de Letras del Centro Cultural San Martín. El martes, en la charla "Mi vida como lectora", Venegas combinará música y literatura en una lectura performática donde interpretará algunas de sus canciones y leerá fragmentos de los textos que marcaron su experiencia como lectora. "Jane Eyre es un libro muy importante para mí. Como dicen los adultos cuando quieren que un niño lea: 'Algún día vas a encontrar un libro en el que te veas reflejado'. Eso me pasó a mí con Jane Eyre".
-¿Cómo se inicia tu vida como lectora?
-La literatura ha sido una constante en mi vida. Me ha acompañado siempre. Comencé a leer casi de casualidad. En mi casa no había muchos libros, pero era un hogar muy musical. En un momento quería ser maestra de literatura. Pero a mi papá no le pareció una buena idea que estudiara Letras. Música, tampoco. Pero entre una y otra, prefirió música. No sé por qué. Supongo que le parecía más factible.
-¿Qué títulos o autores marcaron tu camino lector?
-Yo leía cualquier cosa, lo que se me pusiera enfrente. Cuando descubrí que un papel te podía hacer imaginar cosas, te podía contar una historia, me volví loca y compulsiva. Leía desde basura y best sellers hasta lo más raro. Con el tiempo, empecé a encontrar lo que me gustaba, a construir mi gusto. Todo es parte de un proceso constante: mi composición de canciones, mi manera de leer. Siento la misma pasión por la literatura que por la música. Siempre han estado muy unidas en mi vida.
-¿Cuándo llegaste a la poesía?
-No la descubrí en el inicio. Llevo más tiempo leyendo narrativa. La poesía tuvo que hacerse su espacio y, para disfrutarla, tuve que desligarla de las canciones. Me tomó muchos años darme cuenta de que no es lo mismo una canción que un poema. Ahora le doy su lugar y me encanta.
-Sos admiradora de Juan Rulfo. ¿En qué etapa de tu vida descubriste su obra?
-Rulfo siempre está. Si me hicieran una radiografía como lectora, no debería faltar. Llegó a mi vida cerca de los 20 años, cuando llegué a la ciudad de México, donde se completó mi crecimiento emocional. Ya venía leyendo autores mexicanos en Tijuana, donde nací y crecí, pero ubico a Rulfo en mi relación con la ciudad y con mi vida adulta. En Tijuana estás en la frontera y la cultura tiene más que ver con Estados Unidos.
-¿Qué otros autores te conmueven? Esos imprescindibles que te acompañan en los viajes.
-Clarice Lispector es un referente. Siempre he sido de leer clásicos: Dostoievski, Dickens, que me hizo reír y llorar la primera vez que lo leí. También me encanta Henry James. De los mexicanos, además de Rulfo, Rosario Castellanos es otro referente. Fue la primera poeta que leí y la sigo descubriendo. Me reencuentro con ella en diferentes momentos. Escribe desde la posición de una mujer que se enfrenta a todos los miedos, a la muerte, al fin de la pareja, al ser mujer, que es tan complicado en México y en América Latina. Su poesía es tremenda. Elena Garro también fue muy importante cuando llegué a la ciudad de México.
-¿Considerás que escribir letras de canciones es hacer literatura? ¿O una forma de literatura?
-No. Al leer poesía, descubrí que los versos se sostienen de otra manera. Además, la música te engaña un poquito porque la melodía puede decir algo diferente que la letra. Es otro proceso. Para mí hay un balance al que tiene que llegar la canción. No creo ni en musicalizar poemas ni en rellenar con letra una melodía. Me gusta componer letra y música al mismo tiempo. Ahora estoy en un momento de cámara lenta: parto de una idea y me doy mi tiempo para trabajar la letra y la lírica. No quiero repetirme ni repetir recursos.
-La idea inicial que te dispara una canción, ¿tiene que ver con experiencias personales o hacés "ficción"?
-Creo que las canciones tocan cosas que me han pasado o algo que puedo sentir como mío. Aunque sea ajena, tiene que ser una experiencia con la que me pueda identificar. No sé escribir en tercera persona sobre algo que no conozco. Incluso cuando hago canciones para películas, que son muy concretas, me gusta adentrarme en la historia, leer el guion o el libro, hablar con el director. Necesito sentir que puedo ser ese personaje. De alguna manera, mis canciones surgen así. No cuento anécdotas, pero necesito meterme en esa piel, contar como si lo hubiera vivido. Me reconozco en todo lo que digo en mis canciones.
-¿Qué títulos y autores vas a leer y a citar en la charla "Mi vida como lectora"?
-Me resultó difícil escoger. Quiero transmitir cómo percibo las cosas y cómo se entretejen los procesos creativos. Quizá no haya una explicación única porque la creación es difícil de esquematizar, pero puedo expresarlo con canciones y con lo que me despiertan ciertos libros. Voy a cantar una canción propia, "Ese camino", que habla de la infancia. Me inspiré en la serie Mi lucha, del noruego Karl Ove Knausgård, que me removió cosas sobre mi niñez y mi adolescencia. Voy a hablar sobre la italiana Elsa Morante y su libro Mentira y sortilegio, que me fascina. Me gusta la idea de hablar de autores que tal vez aquí no sean tan conocidos, como el rumano Mircea Cartarescu, que me tiene completamente enloquecida. Su novela Solenoide, que publicó Impedimenta en España en 2017, es una obra maestra. Un novelón denso, precioso y horrible al mismo tiempo. No quiero contarlo desde un lugar solemne, sino como una recomendación a un amigo: "Este libro me volvió loca y me hizo pensar si yo estoy loca".
-¿Qué tiene que tener un libro para que te genere algo así?
-Soy muy de piel y muy curiosa. Necesito leer todo. En las giras, siempre voy a librerías y cargo libros en los viajes. Me gustan las novelas bien desarrolladas, los novelones muy exigentes. Me involucro emocionalmente, me gusta ver hasta dónde pueden llegar. Por ejemplo, Vida y destino, de Vasili Grossman, es otro libro que me encantó. Tiene algo de la tragedia humana que me conmueve mucho. Buscando libros para la charla, me di cuenta de que mis favoritos no son libros felices. En Mentira y sortilegio no hay un personaje feliz. Todos tienen unas vidas superfrustradas. Estoy lejos de la novela rosa. Cuando era chica leía las historias de Corín Tellado en las revistas que compraba mi mamá. Creo que de eso ya tuve suficiente. Quiero compartir mi experiencia con el público porque el mundo es mucho más lindo cuando la gente lee.
4 imprescindibles de la cantautora
Sentada en un sillón al fondo de la librería Eterna Cadencia, de Palermo, Julieta Venegas lee Jane Eyre, de Charlotte Brontë. El libro tiene páginas dobladas y varios párrafos marcados. La novela publicada en 1847 es uno de los títulos que la cantante mexicana eligió para compartir con el público en la clase magistral que inaugura la temporada 2018 del Ciclo de Letras del Centro Cultural San Martín. El martes, en la charla "Mi vida como lectora", Venegas combinará música y literatura en una lectura performática donde interpretará algunas de sus canciones y leerá fragmentos de los textos que marcaron su experiencia como lectora. "Jane Eyre es un libro muy importante para mí. Como dicen los adultos cuando quieren que un niño lea: 'Algún día vas a encontrar un libro en el que te veas reflejado'. Eso me pasó a mí con Jane Eyre".
-¿Cómo se inicia tu vida como lectora?
-La literatura ha sido una constante en mi vida. Me ha acompañado siempre. Comencé a leer casi de casualidad. En mi casa no había muchos libros, pero era un hogar muy musical. En un momento quería ser maestra de literatura. Pero a mi papá no le pareció una buena idea que estudiara Letras. Música, tampoco. Pero entre una y otra, prefirió música. No sé por qué. Supongo que le parecía más factible.
-¿Qué títulos o autores marcaron tu camino lector?
-Yo leía cualquier cosa, lo que se me pusiera enfrente. Cuando descubrí que un papel te podía hacer imaginar cosas, te podía contar una historia, me volví loca y compulsiva. Leía desde basura y best sellers hasta lo más raro. Con el tiempo, empecé a encontrar lo que me gustaba, a construir mi gusto. Todo es parte de un proceso constante: mi composición de canciones, mi manera de leer. Siento la misma pasión por la literatura que por la música. Siempre han estado muy unidas en mi vida.
-¿Cuándo llegaste a la poesía?
-No la descubrí en el inicio. Llevo más tiempo leyendo narrativa. La poesía tuvo que hacerse su espacio y, para disfrutarla, tuve que desligarla de las canciones. Me tomó muchos años darme cuenta de que no es lo mismo una canción que un poema. Ahora le doy su lugar y me encanta.
-Sos admiradora de Juan Rulfo. ¿En qué etapa de tu vida descubriste su obra?
-Rulfo siempre está. Si me hicieran una radiografía como lectora, no debería faltar. Llegó a mi vida cerca de los 20 años, cuando llegué a la ciudad de México, donde se completó mi crecimiento emocional. Ya venía leyendo autores mexicanos en Tijuana, donde nací y crecí, pero ubico a Rulfo en mi relación con la ciudad y con mi vida adulta. En Tijuana estás en la frontera y la cultura tiene más que ver con Estados Unidos.
-¿Qué otros autores te conmueven? Esos imprescindibles que te acompañan en los viajes.
-Clarice Lispector es un referente. Siempre he sido de leer clásicos: Dostoievski, Dickens, que me hizo reír y llorar la primera vez que lo leí. También me encanta Henry James. De los mexicanos, además de Rulfo, Rosario Castellanos es otro referente. Fue la primera poeta que leí y la sigo descubriendo. Me reencuentro con ella en diferentes momentos. Escribe desde la posición de una mujer que se enfrenta a todos los miedos, a la muerte, al fin de la pareja, al ser mujer, que es tan complicado en México y en América Latina. Su poesía es tremenda. Elena Garro también fue muy importante cuando llegué a la ciudad de México.
-¿Considerás que escribir letras de canciones es hacer literatura? ¿O una forma de literatura?
-No. Al leer poesía, descubrí que los versos se sostienen de otra manera. Además, la música te engaña un poquito porque la melodía puede decir algo diferente que la letra. Es otro proceso. Para mí hay un balance al que tiene que llegar la canción. No creo ni en musicalizar poemas ni en rellenar con letra una melodía. Me gusta componer letra y música al mismo tiempo. Ahora estoy en un momento de cámara lenta: parto de una idea y me doy mi tiempo para trabajar la letra y la lírica. No quiero repetirme ni repetir recursos.
-La idea inicial que te dispara una canción, ¿tiene que ver con experiencias personales o hacés "ficción"?
-Creo que las canciones tocan cosas que me han pasado o algo que puedo sentir como mío. Aunque sea ajena, tiene que ser una experiencia con la que me pueda identificar. No sé escribir en tercera persona sobre algo que no conozco. Incluso cuando hago canciones para películas, que son muy concretas, me gusta adentrarme en la historia, leer el guion o el libro, hablar con el director. Necesito sentir que puedo ser ese personaje. De alguna manera, mis canciones surgen así. No cuento anécdotas, pero necesito meterme en esa piel, contar como si lo hubiera vivido. Me reconozco en todo lo que digo en mis canciones.
-¿Qué títulos y autores vas a leer y a citar en la charla "Mi vida como lectora"?
-Me resultó difícil escoger. Quiero transmitir cómo percibo las cosas y cómo se entretejen los procesos creativos. Quizá no haya una explicación única porque la creación es difícil de esquematizar, pero puedo expresarlo con canciones y con lo que me despiertan ciertos libros. Voy a cantar una canción propia, "Ese camino", que habla de la infancia. Me inspiré en la serie Mi lucha, del noruego Karl Ove Knausgård, que me removió cosas sobre mi niñez y mi adolescencia. Voy a hablar sobre la italiana Elsa Morante y su libro Mentira y sortilegio, que me fascina. Me gusta la idea de hablar de autores que tal vez aquí no sean tan conocidos, como el rumano Mircea Cartarescu, que me tiene completamente enloquecida. Su novela Solenoide, que publicó Impedimenta en España en 2017, es una obra maestra. Un novelón denso, precioso y horrible al mismo tiempo. No quiero contarlo desde un lugar solemne, sino como una recomendación a un amigo: "Este libro me volvió loca y me hizo pensar si yo estoy loca".
-¿Qué tiene que tener un libro para que te genere algo así?
-Soy muy de piel y muy curiosa. Necesito leer todo. En las giras, siempre voy a librerías y cargo libros en los viajes. Me gustan las novelas bien desarrolladas, los novelones muy exigentes. Me involucro emocionalmente, me gusta ver hasta dónde pueden llegar. Por ejemplo, Vida y destino, de Vasili Grossman, es otro libro que me encantó. Tiene algo de la tragedia humana que me conmueve mucho. Buscando libros para la charla, me di cuenta de que mis favoritos no son libros felices. En Mentira y sortilegio no hay un personaje feliz. Todos tienen unas vidas superfrustradas. Estoy lejos de la novela rosa. Cuando era chica leía las historias de Corín Tellado en las revistas que compraba mi mamá. Creo que de eso ya tuve suficiente. Quiero compartir mi experiencia con el público porque el mundo es mucho más lindo cuando la gente lee.
4 imprescindibles de la cantautora
Mentira y sortilegio
Autor: Elsa Morante
Editorial: Lumen
"No hay un personaje feliz. Todos tienen vidas frustradas"
Solenoide
Autor: Mircea Cartarescu
Editorial: Impedimenta
"Un novelón denso, precioso y horrible al mismo tiempo"
Vida y destino
Autor: Vasili Grossman
Editorial: Debolsillo
"Tiene algo de la tragedia humana que me conmueve mucho"
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