Manual de exilio, de Velibor Colic
Traumas de la violencia balcánica
"Soy soldado. Sé distinguir el olor de un cadáver humano de todos los demás olores, sé que la peor herida es en el abdomen y que todos los muertos tienen el rostro sereno y cerúleo de quien se marcha". Con estas imágenes en los pabellones de su conciencia, el bosnio Velibor Colic (1964) llegó a Francia en el verano de 1992, tras un largo recorrido a través de "la Europa dormida" durante la Guerra de los Balcanes. Manual de exilio construye así una autobiografía donde lo novelesco -es decir, el trabajo de estructurar estéticamente una narración- y la literatura misma intentan desesperadamente encausar los traumas de la violencia.
"Por la tarde tengo el cáncer de pulmón llamado Carver y por la noche soy alcohólico, es decir, Hemingway", escribe con humor Colic al instalarse en el "centro de acogida para solicitantes de asilo de Rennes", donde entre parias de Irak, Bosnia y Somalia se imagina ganando un Premio Goncourt aunque no sepa francés. Aun así, la convicción de este escritor forzado a matar para su país y después a abandonarlo como desertor es borgeana: "Dios crea ex nihilo y nosotros a partir de las ruinas, dijo en esencia Jorge Luis Borges".
De esas "ruinas" surgió el libro que lo hizo famoso, Los bosnios, donde Colic ha representado como pocos el desastre humanitario de la guerra y cuyo trasfondo cuenta en Manual de exilio. Por ejemplo, al recordar al editor que le pide para su próximo trabajo "meter aún más masacres de civiles, algo que siempre funciona bien". "Los muy cerdos -replica Colic con un suspiro- son capaces de todo, hasta de firmar la paz cualquier día".
Manual de exilio
Por Velibor Colic
Periférica. Trad.: Laura Salas 234 páginas$ 520
N. M.
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