El papel de los varones en la anticoncepción es prácticamente nulo", afirma Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), y agrega: "Es una responsabilidad que en la Argentina pareciera estar reservada a las mujeres". Bianco no se refiere en esta caso a la tradicional reticencia del varón argentino a recurrir al preservativo, sino a los métodos anticonceptivos denominados permanentes y, más precisamente, a su uso en el contexto de parejas que por distintas razones deciden dar por cerrada la búsqueda de un hijo.
Las cifras al respecto son elocuentes: en 2016 se realizaron en establecimientos públicos solo 97 vasectomías contra 12.976 ligaduras de trompas de Falopio (o ligaduras tubarias), según refieren las estadísticas del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable de la Argentina. Los números locales contrastan con los de otros países como España, por ejemplo, donde la proporción de las intervenciones quirúrgicas de anticoncepción que se realizan en el varón es cada vez mayor. Actualmente, según la Sociedad Española de Anticoncepción, las vasectomías representan el 54% de esas intervenciones en España (contra un 46% de ligaduras tubarias). Solo en los Estados Unidos, más de 500.000 varones recurren a este método anticonceptivo permanente cada año.
"En la Argentina, uno de los motivos por el cual encontramos una ínfima proporción de vasectomías es cultural", comentó Santiago Brugo Olmedo, especialista en medicina reproductiva y director médico de Seremas. "Tradicionalmente, la carga de la anticoncepción está puesta en la mujer, dejando en evidencia una mirada profundamente machista del tema. Esta diferencia de género se da también en la elección del método contraceptivo, escogiendo la manera más compleja en lugar de la más sencilla, por un motivo sexista", agregó el especialista que advirtió que entre la vasectomía y la ligadura de trompas existen notorias diferencias en cuanto a la complejidad de los procedimientos.
Similitudes y diferencias
La vasectomía y la ligadura de trompas comparten no solo el hecho de ser métodos anticonceptivos con una tasa de efectividad superior al 99%, sino que en la Argentina ambos procedimientos deben ser realizados en forma gratuita a toda persona mayor de 18 años que lo solicite, según lo establece la ley nacional N° 26.130 de contracepción quirúrgica, sancionada en 2006.
La diferencia, en todo caso, radica en el grado de complejidad de los procedimientos. "Mientras que la ligadura se realiza dentro del abdomen de la mujer, para lo cual el cirujano debe hacer una laparoscopía, la vasectomía es una intervención prácticamente superficial, que no requiere más una pequeña incisión en el escroto y que se puede hacer con anestesia local", explicó Brugo Olmedo.
El problema, señaló Bianco, "es que a la falta de percepción del derecho reproductivo del varón en la Argentina, que pone en la mujer el cuidado de la reproducción, se suma al desconocimiento de lo que es una vasectomía por parte de los varones y a los mitos que hay en torno a este procedimiento". La lista de estos incluye desde una supuesta modificación del aspecto genital hasta la pérdida de potencia sexual como resultados de la vasectomía, todas creencias populares sin fundamento científico.
"Al realizar una vasectomía, el volumen del semen no sufre ningún cambio y tampoco hay problemas sexuales, porque la intervención no afecta ni la erección ni el deseo sexual", explicó Brugo Olmedo, que recordó que la vasectomía "tampoco disminuye el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual", por lo que sigue siendo necesario para ello el uso de preservativo.
Otro aspecto que comparten las vasectomías con las ligaduras de trompas es que se trata de procedimientos en los que es muy difícil su reversión quirúrgica, pero en los que tanto varones como mujeres pueden -si lo desean, lo que es habitual cuando forman nuevas parejas- recuperar la capacidad de concebir con sus propios espermatozoides y óvulos (respectivamente) mediante tratamientos de fertilización asistida.
El desconocimiento al respecto es hoy la barrera, concluyó Bianco: "Es lógico que sea muy pequeño el número de hombres que eligen realizarse una vasectomía en la Argentina, si nadie habla de ello, ni el Gobierno ni las distintas organizaciones que trabajan en el tema".
S. A. R.
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