domingo, 1 de diciembre de 2019

CARLOS PAGNI....ODISEA ARGENTINA,


Los dilemas económicos de Alberto Fernández

Carlos Pagni

Análisis de Carlos Pagni




A continuación, sus principales conceptos:
Alberto Fernández habló en la conferencia de la UIA de que hay que equilibrar las cuentas públicas y de que "todos van a tener que poner". Está hablando, entre otras cosas, del sector exportador, por las retenciones. Llama la atención el nivel de inquietud que hay en el entorno de Fernández, de gente que conoce bien el sector agropecuario, porque están esperando una especie de rebelión. El entorno inmediato de Fernández empieza a presumir un nuevo conflicto con el campo.
Fernández tiene una intención, en este entorno y en otros, de tomar una distancia visual, por lo menos estética-política, del pasado kirchnerista, que viene con una carga importante. Tanto en el conflicto con el sector exportador como en otros temas que tienen que ver con la transparencia, por ejemplo, las causas judiciales de exfuncionarios.
El entorno de Fernández teme ir a un conflicto muy marcado con un sector (el agropecuario) que, ellos presumen que votó a Macri. Esto tiene que ver con una grieta social que hay en la Argentina.
Fernández busca dólares, y ahí hay una contradicción permanente en el discurso que surge de las filas del presidente electo. Se puede decir lo mismo de Vaca Muerta. Vaca Muerta se va a transformar en la gran usina para generar dólares y, al mismo tiempo, dicen que van a congelar las tarifas. No se puede invertir si no se remunera la inversión.
Todo esto forma parte de una enorme demanda, creciente diariamente, para que Fernández muestre un equipo y, sobre todo, una hoja de ruta. No aparece algo claro que diga cómo piensa recuperar el crecimiento, que es el mandato que tiene el presidente electo. Macri pierde por la recesión y a Fernández se lo vota para salir de ella.
Falta la hoja de ruta de Fernández que diga cómo llegar a ese puerto, y no se sabe si va a aparecer el 6 de diciembre, cuando él muestre su equipo. Sobre el equipo mismo, aparecen varios nombres. Aparece Matías Kulfas como el hombre que estará ligado al tema de la producción. Aparece, más borroso, quién será el encargado de Hacienda y Finanzas, básicamente del problema de la deuda.
Hoy Fernández fue muy duro en relación con la deuda. El otro día dijo que resigna la plata que le tendría que dar el Fondo. Eso va generando una idea de que va a ser especialmente draconiano con los bonistas, y algunos ya presumen que puede haber un default de la deuda. Se presume negociar más adelante con el Fondo.
Hay economistas muy sofisticados, que conocen mucho de este tema, que dicen que si uno mira bien los números el primer anuncio de Fernández tendría que ser un default de la deuda con los bonistas. Porque si hace mal los números, Fernández corre el riesgo de iniciar una negociación equivocada y después ir al default.
El tema central es la confianza. Alfonso Prat-Gay dijo algo interesante en una entrevista: dice que Macri levantó el cepo con 4000 millones de dólares de reservas, y lo tuvo que reponer con 22 mil millones. Es decir, si hay confianza, con 4000 millones de dólares se puede liberar el mercado de cambios sin una corrida, pero cuando hay desconfianza no alcanzan 22 mil millones para evitar el cepo que se tuvo que poner.
En el campo de Hacienda-Finanzas aparece siempre la figura de Martín Guzmán, un académico de la Universidad de Columbia. Y en el mercado, circula el nombre de Rodolfo Santangelo, socio de Carlos Melconian, que sería una novedad. Sería alguien mucho más ortodoxo que lo que se conoce.
Tal vez, sería disruptivo para el mundo de Cristina Kirchner, que dice: en este tema no nos metemos, que Fernández haga lo que quiera, y entendemos que tiene que poner a alguien amigable con el mercado. Pero no se sabe qué entidad tiene esta versión. Sí obliga a actualizar aquella idea de que Fernández le había pedido un plan a Melconian. Aquel plan, que después ambos dijeron que no era tal, que solo tuvieron alguna que otra reunión, ahora se obliga a poner un signo de interrogación sobre esto.
Otros cambios: le acaba de decir al senador Caserio que no será él el encargado de Transporte. Esto es muy importante, porque a Transporte lo pide Moyano. Moyano es clave para el acuerdo económico y social. Salió a hacer declaraciones muy duras, dijo que quiere que le den 20 mil pesos de bono. Y, como otros sindicalistas, dijo que se va a ir a sentar a la mesa del acuerdo pero que quiere recuperar ante la inflación.
En consonancia con todo ese discurso, aparecen dos novedades: una es que mañana Alberto Fernández aparentemente comería con los Moyano, Hugo y Pablo. Otra es que Guillermo López del Punta, la persona que Moyano colocó en el área de Transporte en la época de Duhalde, volvería a ser el candidato para ocupar Transporte, para irritación de Florencio Randazzo.
Randazzo tiene un problema, un veto muy importante por parte de Cristina Kirchner. Otro vetado por ella es Martín Redrado. Probablemente por los auspicios que tenía, en banqueros, en empresarios, y demás. Pero hay también un dato muy importante con Redrado: él fue a declarar como testigo en la causa del dólar futuro contra Cristina, Kicillof y Miguel Ángel Pesce (quien será el presidente del Banco Central en el gabinete de Fernández), y contra Vanoli, que será el titular de la Anses.
El fallo del juez Bonadio, centralmente, para el procesamiento, se basa en los dichos de Redrado. En una causa que es improcedente. Judicializar y penalizar la política cambiaria es un disparate y llevaría a procesar a muchos otros presidentes del Banco Central. Esto es lo que sacó a Redrado de carrera.
Hay otra novedad: parece que a Seguridad va a ir una mujer. Diego Gorgal era el apuntado para ocupar el puesto de ministro de Seguridad, pero no lo hará. Gorgal es otro con un veto importante. Es un hombre ligado a Massa y está vetado por su vinculación con el empresario Mario Montoto.
Fernández tuiteó, y luego oportunamente borró, que Caserio se haría cargo de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en el Senado. Cargo clave, que se presumía podía ser de alguien mucho más cercano a Cristina que a los gobernadores. Gorgal cayó, y cayó también Caserio. Parece avanzar Moyano. Hay varias discusiones respecto de las designaciones en política exterior, y una central: quién va a ser el embajador en el Vaticano.
Se había pensado en Mario Cafiero, tío de Santiago Cafiero, la mano derecha de Alberto Fernández. Aparentemente él no quiere, sería el tercer Cafiero embajador en el Vaticano. Esto está en revisión, lo está tratando Fernández con el futuro Secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Aparentemente, sería alguien de carrera por pedido del papa Francisco. Lo que no está claro, es si además el Papa pidió que fuera una mujer, una diplomática de carrera. Por ahora no circulan nombres.
Esta sería una forma de reponer el vínculo con el Papa tras los dichos de Fernández sobre el aborto y tras la suspensión de la reunión con Francisco que iban a tener, aparentemente, en Italia. El Papa parece que volvió a decidir no volver a la Argentina, cuando Fernández tenía toda la expectativa de que venga en su gobierno y en su primer año, como una especie de bendición subliminal de este acuerdo económico y social que el presidente electo está promoviendo.
Para este acuerdo va a designar, en una especie de Consejo Económico y Social, a Roberto Lavagna. Va a estar el hijo de Lavagna, Marco, en el Indec. Probablemente Rodolfo Gil, que es el alterego de Lavagna en política exterior, va a tener un cargo en la Cancillería. Es decir que mucha gente de Lavagna va a estar incorporada en el gobierno. Esto le cae muy mal a Massa, porque los Lavagna abandonaron a Massa y al Frente Renovador.
Brasil. ¿Por qué Jair Bolsonaro se enfrentó a Fernández? Centralmente, por el aval del presidente electo argentino a Lula. Detalle: hoy, en la UIA, en una referencia que hizo a la política internacional, habló del progresismo y de las garantías, pero no nombró a Lula.
Además, le han recomendado a Fernández que no nombre más a Trump. En una reunión importante de todo su equipo de política exterior con el de la Embajada de Estados Unidos, con el embajador presente, se dijo que la idea es que critiquen lo que quieran, pero que no personalicen.
Pero acá, además, hay otro motivo: la tecnología. Todo el mundo tiene alertas con su nombre. Si Trump aparece con nombre propio, él se entera. Si es una crítica más abstracta, Trump no se irrita. Lo mismo pasa con Bolsonaro.
Daniel Scioli trajo a Lula a su campaña. Dilma Rousseff dijo que ella tenía partido en Argentina cuando Scioli era el candidato contra Macri. Todo esto, ¿habrá alguien que se lo recuerde a Bolsonaro? Scioli está buscando cómo le llega a Bolsonaro. Hay quienes suponen que puede ser por su relación con Mario Montoto, hombre muy vinculado a los negocios israelíes, sobre todo negocios de provisión de seguridad, en un ambiente de seguridad como es el de Bolsonaro. Bolsonaro armó un nuevo partido y el logo es un escudo hecho con cartuchos de balas.
Hubo intentos del equipo de Fernández de tomar contacto oficial con el gobierno brasileño. Brasil se va a desconectar el día que asuma Fernández. Van a mandar al ministro de Ciudadanía, un cargo no tan relevante. Pero, cuando uno se pone a mirar la relación bilateral con Brasil (muy importante), creo que es más determinante para Fernández lo que pueda pasar con Brasil, sus pretensiones para con el comercio, que lo que pueda pasar en su relación con Cristina.
Es importantísimo esto porque Brasil está con una gran presión por liberalizar la economía, por bajar los aranceles. Probablemente encuentre un aliado en Lacalle (hoy Uruguay ya tiene presidente) y en el gobierno de Paraguay también. Es decir, en la mesa de cuatro del Mercosur, Fernández queda en minoría si adopta una posición proteccionista, que es la que seguramente va a adoptar.
Dicho eso, si Brasil abre ese frente de conflicto y dice: "nosotros nos vamos", Fernández entra en tensión con la gente con la que estuvo hoy: los industriales. Los industriales argentinos ya están en contacto con algunos industriales brasileños para ver si se puede frenar el proceso de apertura económica que pretende Bolsonaro, y sobre todo, Paulo Guedes.
Hay dos niveles de conflicto. Uno es Fernández-Bolsonaro por el tema Lula. Lula acá hizo un gran aporte: estaba invitado a venir y no vino. Un aporte de un político de primera dimensión; no quiere ser motivo de conflicto entre dos países. Díaz-Canel, el presidente de Cuba, va a venir, y no se sabe si viene Nicolás Maduro.
El otro frente de conflicto tiene que ver con la política comercial. Ahí puede haber tensiones. Había un alineamiento con la política de Brasil mucho más grande de Macri, que el que hay de Fernández. Y un tercer nivel de tensión es que hay gente en Itamaratí que está con miedo por lo que viene en la Argentina, no son solo Bolsonaro o Guedes.
Porque es gente que le tocó negociar con la Argentina en los años de Dilma y Cristina, y la negociación era un desastre. Ahora hay una suerte de solidaridad o hermandad entre el PT y el kirchnerismo, pero en su momento Cristina y Dilma suspendieron las reuniones semestrales que había entre ambos países y dejaron de hablarse. ¿Por qué? Por la negativa de Cristina a avanzar en las negociaciones en el acuerdo Mercosur-Unión Europea que Dilma sí quería, y que terminó firmando Macri.
Muchos afuera se preguntan qué vendrá con Fernández, más allá de Bolsonaro. ¿Vienen las retenciones o el conflicto con el campo? ¿Vienen los derechos de importación? Acá es donde vuelve a aparecer la necesidad de que Fernández tenga su hoja de ruta, que pueda mostrar un itinerario. Macri deja un país en emergencia: sin crédito, con el mercado de cambios intervenido, con las tarifas congeladas, con impuestos que suspendió transitoriamente. Lo que está esperando todo el mundo de Fernández es saber cuándo se sale de la emergencia. Fernández viene con la carga de una política kirchnerista que, aparentemente, es muy distinta que la que él pretende llevar adelante.

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