domingo, 1 de diciembre de 2019
WILLY KOHAN Y SUS ANÁLISIS,
Ola de calor y de rumores en la economía de Alberto Fernández
Willy Kohan
Días agobiantes para el mundo económico esta semana, no sólo por la ola de calor que se instaló en la ciudad de Buenos Aires hace varias jornadas, sino por la incesante ola de rumores de las últimas horas a propósito del futuro gabinete económico y la renegociación de la deuda con el FMI y los acreedores privados.
Los datos, en principio, resultan contradictorios. El contacto telefónico del presidente electo con la flamante titular del FMI y las versiones de un posible acuerdo amigable con los acreedores privados impactaron positivamente esta semana en los mercados. Entre martes y miércoles, el riesgo país pasó de superar 2500 puntos a perforar 2300. Los bonos treparon más de 5% en dos días y ayer las acciones de los bancos argentinos en Wall Street volaron entre 7% y 15%.
Pero a la vez surgen inquietudes al observar que todavía no está confirmado ni la totalidad del gabinete ni mucho menos el equipo económico. Reaparecieron las dudas respecto de si efectivamente Guillermo Nielsen será confirmado en la cartera económica, en función de las aparentes dificultades que tendría para colocar tropa propia en los cargos estratégicos del ministerio.
Aparecen además dos elementos concretos que alimentan las dudas y las especulaciones respecto de la conformación del gabinete y la injerencia de Cristina Kirchner en el armado político del futuro gobierno.
Evidentemente hay cuestiones determinantes que no están definidas. Por lo pronto ayer Alberto Fernández anunció que suspende su viaje programado a Europa para terminar de definir el gabinete y las primeras medidas. También el hecho político del presidente electo teniendo que ir a consensuar el elenco del gobierno al domicilio de Cristina junto a Máximo Kirchner y Wado de Pedro alimenta la percepción de una mayor dominancia del Instituto Patria en las decisiones.
Ya se confirmó que se le ofrecería un puesto en el gabinete de Fernández al actual titular de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, para dejarlo al hijo de la vicepresidenta electa al frente de un interbloque unificado. Algo similar está ocurriendo en el Senado con el cordobés Carlos Caserio, a quien lo llevarían al gabinete para unificar en la conducción de Cristina al bloque que hasta ahora respondía a los gobernadores. Todo el poder parlamentario a la expresidenta.
Volviendo a la economía, el capítulo de la renegociación de la deuda es clave. Tanto en pesos como en dólares. Lograr un acuerdo y evitar el default y la cesación de pagos es crucial para frenar la corrida contra el peso, que no está terminada sino apenas anestesiada por el cepo cambiario, pero muy inestable en términos de brecha cambiaria y presión sobre los precios de los bienes ante la caída en la demanda de dinero y el rechazo a quedarse con pesos en el bolsillo.
Es importante recomponer el crédito en pesos, para que los inversores y el público no corran al dólar o a los bienes y pueda comenzar a estabilizarse la situación financiera. La única forma de poder emitir pesos y no llevar esa situación a una aceleración inflacionaria peligrosa es despejar el escenario del default. Por eso es tan importante para el próximo gobierno y por eso fueron tan celebradas las expresiones de Alberto Fernández en estas horas respecto de la deuda.
Claro que si reaparecen las dudas sobre la conformación del equipo económico, si la dominancia de lo que representa Cristina en materia económica sigue avanzando y eso supone una confrontación con los mercados, las expectativas volverán a complicarse.
Poco se sabe, además, de los detalles sobre cómo detener la inflación. El pacto social sobre precios, salarios y tarifas luce hasta ahora una expresión de deseos. Pautar una inflación descendente, no más de 40% para 2020 y alinear allí todas las variables
Pero lo único que sigue firme es la creación de nuevos impuestos: retenciones al campo, la minería y el petróleo tratando de afectar menos a la industria y economías regionales. Un dólar comercial en torno a 75 pesos para empezar y la brecha entre 20% y 40%, según cómo venga la negociación de la deuda.
A las versiones que nunca se desmintieron de un fuerte impuestazo contra los ahorros de los argentinos fuera del país, ahora se suma el temor a una suba generalizada de los impuestos a los ingresos brutos en todo el país, en caso de que los gobernadores logren hacer caer los pactos fiscales firmados en la era Macri.
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