viernes, 20 de diciembre de 2019

MANUSCRITOS,


Homenaje a Ivonne Bordelois
Los hechos nuevos siempre tienen un antecedente. Eso pienso mientras tengo entre las manos un flamante volumen de la editorial Libros del Zorzal.
Hace más de medio siglo, uno de los miembros del directorio del Fondo Nacional de las Artes, Héctor Basaldúa, observaba lo que hacía
Victoria Ocampo durante una de las sesiones.
 Mientras otro de los directores hablaba, ella dibujaba flores en una hoja de papel. Lo hacía sin pretensión artística. Cuando la sesión del Fondo terminó, Victoria dejó la hoja sobre la mesa. Basaldúa la tomó sin que nadie lo viera y se la guardó.
Pasó el tiempo: ¿meses o más de un año? Una tarde de reunión del Fondo, Victoria vio un libro frente a la silla que ella ocupaba. Supuso que era un ejemplar de sus Testimonios dejado por alguien para que ella lo dedicara. Ni lo miró y lo guardó en su cartera sin comentarios. El resto del directorio la miró con asombro en medio de un silencio inusual.

Cuando la fundadora de Sur llegó a su casa de San Isidro, sacó el libro de la cartera y se dio cuenta de que, a pesar del título, Testimonios, no era ninguno de los que ella había escrito. En la tapa, aparecían unas flores dibujadas; reconoció que eran las suyas.
La clave estaba en una preposición. El título completo era Testimonios sobre Victoria Ocampo. Un pequeño grupo de sus amigos, en secreto, habían recopilado testimonios sobre ella en la Argentina y en el resto del mundo. El índice de autores era la lista de la elite del mundo literario y artístico de la época: poetas, actores, directores de cine, pintores. Allí estaban los colaboradores argentinos de Sur, Vittorio De Sica, René Etiemble, Roger Caillois, Vita Sackeville West, André Malraux y muchos más. El volumen fue financiado por amigos y nunca se puso a la venta. Se distribuyó entre amigos de Victoria y miembros de Sur.

Ese fue el antecedente. El libro que acaba de editar El Zorzal es Una guarida de palabras. Homenaje a Ivonne Bordelois, que reúne semblanzas, poemas y estudios sobre la obra literaria y lingüística de la autora de La palabra amenazada y Noticias de lo indecible.
Fue compilado por Ángela Di Tullio e incluye colaboraciones de diecisiete escritores y especialistas en estudios de la lengua. Todos los que participaron del proyecto mantuvieron un secreto absoluto. El título Una guarida de palabras está tomado del poema de Ivonne "Canción de amor de la mujer adúltera", de El alegre Apocalipsis.
Entre otros colaboradores se encuentran los poetas y lingüistas Ignacio Bosque, Antonio Requeni, Teuco Castilla, Noé Jitrik, Haj Ross, María Negroni, Cristina Piña y, por supuesto, Leopoldo Kulesz, el responsable de El Zorzal.
Son varios los que señalan en este libro el "aire pacífico" de Ivonne, pero no dejan de agregar que tras esa serenidad y optimismo hay "un verbo justiciero y memorioso / donde abdican los falsos prestigiosos / ajusticiados por su ojo crítico" (Teuco Castilla). El investigador Andrés Saab, por su parte, se refiere al duro período en que Bordelois escribió su tesis en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Esa tesis es considerada por Saab un modelo excepcional de investigación. En la sección de agradecimientos de su trabajo, Ivonne dejó en claro lo que había pasado para llegar a la meta: "Ser una extranjera, una mujer y de casi cuarenta años no ha sido una tarea fácil para mí en el MIT; de hecho, creo que he tenido que pagar un terrible precio por eso en muchos aspectos. Después de todo, esta ha sido mi propia elección; porque 'Tech es el infierno' (...) El infierno, sin embargo, puede ser también un lugar en el que se adquieren ciencia y sabiduría (...). Y en la tradición de la que vengo, el infierno es solo un paso previo y necesario hacia la resurrección".

H. B.

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