Cinco películas sobre el mundo del jazz para maridar con la serie The Eddy
La la land
El viernes pasado se estrenó en Netflix The Eddy, una nueva serie centrada en las historias de diversos personajes que circulan por un club del jazz en la París contemporánea.
Los primeros episodios, que suelen definir el tono de una serie, están dirigidos por Damien Chazelle, quien en su obra demostró una gran afinidad con la vida y los pesares de los músicos. Mientras empezamos a disfrutar del estreno, repasamos la filmografía musical de Chazelle y algunos otros films sobre el mundo del jazz disponibles en los servicios de streaming.
Alta Sociedad (CHARLES WALTERS, 1956)
Esta película no es otra cosa que una remake musical de La pecadora equivocada (The Philadelphia Story, 1940),
Alta Sociedad (CHARLES WALTERS, 1956)
Esta película no es otra cosa que una remake musical de La pecadora equivocada (The Philadelphia Story, 1940),
una de las grandes comedias del cine norteamericano, dirigida por George Cukor y con un elenco imbatible liderado por Cary Grant, Katherine Hepburn y James Stewart, algo así como los Avengers del Hollywood clásico. Aunque no queda suficiente carisma en el universo conocido para ensamblar un cast que les haga sombra, no se puede decir que los productores de la remake no lo hayan intentado: Bing Crosby, Grace Kelly y Frank Sinatra son los protagonistas de esta nueva versión, que traslada la trama de la patricia Filadelfia al condado de Newport, básicamente porque ahí tiene lugar un célebre festival de jazz que proporciona la excusa para incluir canciones y justificar la presencia del gran Louis Armstrong.
El argumento es el mismo en ambos films: una divorciada consentida está a punto de casarse nuevamente y se ve disputada por tres hombres: su futuro marido, su ex y un periodista que viene a cubrir la boda. El diálogo ingenioso y sofisticado recuerda a una obra de Noel Coward (el texto original es del dramaturgo Philip Barry) y suena decididamente mejor en los intérpretes iniciales (el personaje femenino estaba manifiestamente basado en la imagen pública de Hepburn). El punto fuerte, aquí, son las canciones que escribió Cole Porter y que incluyen “Well, Did You Evah”, “Little One”, “Who Wants to be a Millionaire” y “You’re Sensational”, entre otras. Salvo las oportunas intervenciones de Louis Armstrong, nada del resto es realmente jazz sino extraordinaria música pop de los años 50, pero no por eso resulta menos cautivante. Disponible en Qubit.
El perseguidor (Osías Wilenski, 1965)
El cuento de Julio Cortázar en el que está basado este film es uno de los más célebres de su autor, el primero en que se separa de la umbrosa rama del género fantástico que se había vuelto su marca característica para acercarse a la ficción existencialista. A través de los ojos de un crítico, Cortázar reconstruye algunos episodios de la vida de un saxofonista genial llamado Johnny Carter (basado explícitamente en Charlie Parker), entregado a la desintegración física y mental en un exilio parisino. El músico y realizador Osías Wilenski transportó la acción de París a Buenos Aires, donde imaginó una vibrante escena de bebop comandada por el incomprendido y adicto Johnny (interpretado por Sergio Renán, en un rol que hoy sería considerado unabrutalapropiacióncultural).la película utiliza la fragmentación y ladiscontinuidadcaracterísticasde losnuevoscinesquehabíansurgido en Europa en la década del 60 para reproducir en los ritmos del montaje la cadencia del bebop (tal como había hecho Cortázar en su narrativa sincopada). Aunque la figura de Parker sobrevuela en todo el relato (la pérdida del instrumento, el fallecimiento de la hija son eventos de la biografía del músico) sus interpretaciones no se escuchan, salvo por un instante, en un disco que pone el protagonista. La música es original de los hermanos Rubén y Leandro “Gato” Barbieri, quien también interpreta los solos de saxo (Renán hace una muy competente mímica en el tenor). La película, en su estreno, tuvo un roce con la censura porque la entonces muy joven Zulma Faiad hace un desnudo, que llevó a una denuncia de sus padres ya que en el momento del rodaje habría sido menor de edad. Disponible en Youtube.
Dulce Y melancólico (1999)
Woody Allen regresa a dos de sus géneros favoritos en este film, el musical (que ya había intentando en Todos dicen te quiero) y la biografía apócrifa, visitada en Robó, huyo y lo pescaron y en la extraordinaria Zelig. En este caso, se trata de la vida de un guitarrista olvidado de los años 30, un tal Emmet Ray (Sean Penn), que grabó un par de clásicos y a quien los expertos consideran un talento no reconocido, solo comparable al gran Django Reinhardt. A pesar de sus dones musicales, Ray también es un narcisista sin par, alcohólico y mezquino, capaz de traicionar a todos los que lo rodean. Curiosamente, estos rasgos se pliegan sobre la figura del director, ya que instalan la pregunta de si es posible separar al arte del artista: como es sabido, Allen fue acusado de abuso sexual hace 27 años y, aunque fue exonerado por la justicia, una parte del público sigue boicoteando su trabajo. A diferencia de casi todos los otros films en los que el realizador no se dio a sí mismo el protagónico, en éste Sean Penn no intenta interpretar su rol tal como lo interpretaría el neurótico Allen, sino que va directamente por el personaje. Samantha Morton encarna a Hattie, una mujer vulnerable que se enamora de Ray y Uma Thurman es la femme fatale por la que Ray la abandona. A tono con el período representando y con el gusto manifiesto del realizador, la banda sonora consiste en standards de los años 20 y 30, con temas de Reinhardt, Duke Ellington, Sydney Bechet y otros. Disponible en Flow.
Whiplash (2014)
Este film puso al realizador Damien Chazelle en el mapa de los talentos a tener bajo observación. Aunque sus detractores insistan con que no es más que un capítulo glorificado de la serie Fama y, para peor, uno demasiado largo, hay que reconocer que la película tiene una intensidad que no se encontraba en esa vieja serie, ni en casi ninguna otra. El relato sigue a un joven baterista que quiere ser aceptado en la orquesta del profesor más exigente de su escuela, solo que esta relación es presentada como la que tiene un sargento de instrucción sádico con un recluta en el ejército. El veterano JK Simmons ganó un Oscar como mejor actor de reparto por su interpretación del maestro de música convencido de que el talento mayúsculo solo puede florecer del maltrato y la humillación. Esta no es la única idea polémica de la película, que también sugiere que el músico debe perseguir obsesivamente la máxima perfección técnica, sin que quede lugar para el estilo propio, la improvisación o la creatividad, una aproximación a la labor artística que parece más apropiada para el mundo de los intérpretes de música clásica que del jazz. Con todo, Chazelle se las ingenia para crear un relato cautivante apenas con un chico que quiere tocar la batería como Buddy Rich y un maestro decidido a quebrarlo. Disponible en Flow.
La la land (2016)
Es evidente que la música es fundamental en el universo creativo de Chazelle (quien también escribió Grand Piano, film con Elijah Wood sobre un pianista que debe ejecutar una pieza imposible o ser ejecutado por un francotirador). En esta película consagratoria rinde homenaje a los musicales clásicos, desde los creados en la era dorada de la compañía MGM como Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, 1952) o Brindis al amor (Vincente Minelli,1953) pasando por Sweet Charity (Bob Fosse, 1967) o Una cenicienta en París(nuevamentedonen,1957), hasta la obra maestra de Jacques Demy Los paraguas de Cherburgo (1964). Todos estos films son expertamente citados desde la puesta en escena aunque,como suele suceder en los musicales, no precisamente de modo funcional a la historia, que tiende a quedar en suspenso hasta que cada número de baile y canto concluye. La película está protagonizada por Ryan Gosling y Emma Stone, ninguno de los dos con una trayectoria reconocida como cantante o bailarín, quienes interpretan a una aspirante a actriz y a un pianista de jazz que se enamoran mientras intentan triunfar en sus respectivas carreras en la ciudad de Los Ángeles. Aunque la época de los grandes musicales parece haber pasado, éste tocó una fibra no solo en los espectadores, que lo convirtieron en un éxito de taquilla, sino también en los responsables de entregar premios: La La Land fue la mayor ganadora en la historia de los Globos de Oro y también obtuvo un récord de nominaciones para el Oscar (catorce, solo igualado por Titanic y La malvada). La película, al final, se quedó con seis estatuillas (incluidas la de mejor director y mejor actriz) y entró en la historia de los premios no solo por su performance, sino porque protagonizó un escándalo imprevisto cuando Warren Beatty recibió el sobre equivocado y la anunció erróneamente como mejor película (la ganadora resultó Moonlight). Disponible en netflix.
H. F.
El argumento es el mismo en ambos films: una divorciada consentida está a punto de casarse nuevamente y se ve disputada por tres hombres: su futuro marido, su ex y un periodista que viene a cubrir la boda. El diálogo ingenioso y sofisticado recuerda a una obra de Noel Coward (el texto original es del dramaturgo Philip Barry) y suena decididamente mejor en los intérpretes iniciales (el personaje femenino estaba manifiestamente basado en la imagen pública de Hepburn). El punto fuerte, aquí, son las canciones que escribió Cole Porter y que incluyen “Well, Did You Evah”, “Little One”, “Who Wants to be a Millionaire” y “You’re Sensational”, entre otras. Salvo las oportunas intervenciones de Louis Armstrong, nada del resto es realmente jazz sino extraordinaria música pop de los años 50, pero no por eso resulta menos cautivante. Disponible en Qubit.
El perseguidor (Osías Wilenski, 1965)
El cuento de Julio Cortázar en el que está basado este film es uno de los más célebres de su autor, el primero en que se separa de la umbrosa rama del género fantástico que se había vuelto su marca característica para acercarse a la ficción existencialista. A través de los ojos de un crítico, Cortázar reconstruye algunos episodios de la vida de un saxofonista genial llamado Johnny Carter (basado explícitamente en Charlie Parker), entregado a la desintegración física y mental en un exilio parisino. El músico y realizador Osías Wilenski transportó la acción de París a Buenos Aires, donde imaginó una vibrante escena de bebop comandada por el incomprendido y adicto Johnny (interpretado por Sergio Renán, en un rol que hoy sería considerado unabrutalapropiacióncultural).la película utiliza la fragmentación y ladiscontinuidadcaracterísticasde losnuevoscinesquehabíansurgido en Europa en la década del 60 para reproducir en los ritmos del montaje la cadencia del bebop (tal como había hecho Cortázar en su narrativa sincopada). Aunque la figura de Parker sobrevuela en todo el relato (la pérdida del instrumento, el fallecimiento de la hija son eventos de la biografía del músico) sus interpretaciones no se escuchan, salvo por un instante, en un disco que pone el protagonista. La música es original de los hermanos Rubén y Leandro “Gato” Barbieri, quien también interpreta los solos de saxo (Renán hace una muy competente mímica en el tenor). La película, en su estreno, tuvo un roce con la censura porque la entonces muy joven Zulma Faiad hace un desnudo, que llevó a una denuncia de sus padres ya que en el momento del rodaje habría sido menor de edad. Disponible en Youtube.
Dulce Y melancólico (1999)
Woody Allen regresa a dos de sus géneros favoritos en este film, el musical (que ya había intentando en Todos dicen te quiero) y la biografía apócrifa, visitada en Robó, huyo y lo pescaron y en la extraordinaria Zelig. En este caso, se trata de la vida de un guitarrista olvidado de los años 30, un tal Emmet Ray (Sean Penn), que grabó un par de clásicos y a quien los expertos consideran un talento no reconocido, solo comparable al gran Django Reinhardt. A pesar de sus dones musicales, Ray también es un narcisista sin par, alcohólico y mezquino, capaz de traicionar a todos los que lo rodean. Curiosamente, estos rasgos se pliegan sobre la figura del director, ya que instalan la pregunta de si es posible separar al arte del artista: como es sabido, Allen fue acusado de abuso sexual hace 27 años y, aunque fue exonerado por la justicia, una parte del público sigue boicoteando su trabajo. A diferencia de casi todos los otros films en los que el realizador no se dio a sí mismo el protagónico, en éste Sean Penn no intenta interpretar su rol tal como lo interpretaría el neurótico Allen, sino que va directamente por el personaje. Samantha Morton encarna a Hattie, una mujer vulnerable que se enamora de Ray y Uma Thurman es la femme fatale por la que Ray la abandona. A tono con el período representando y con el gusto manifiesto del realizador, la banda sonora consiste en standards de los años 20 y 30, con temas de Reinhardt, Duke Ellington, Sydney Bechet y otros. Disponible en Flow.
Whiplash (2014)
Este film puso al realizador Damien Chazelle en el mapa de los talentos a tener bajo observación. Aunque sus detractores insistan con que no es más que un capítulo glorificado de la serie Fama y, para peor, uno demasiado largo, hay que reconocer que la película tiene una intensidad que no se encontraba en esa vieja serie, ni en casi ninguna otra. El relato sigue a un joven baterista que quiere ser aceptado en la orquesta del profesor más exigente de su escuela, solo que esta relación es presentada como la que tiene un sargento de instrucción sádico con un recluta en el ejército. El veterano JK Simmons ganó un Oscar como mejor actor de reparto por su interpretación del maestro de música convencido de que el talento mayúsculo solo puede florecer del maltrato y la humillación. Esta no es la única idea polémica de la película, que también sugiere que el músico debe perseguir obsesivamente la máxima perfección técnica, sin que quede lugar para el estilo propio, la improvisación o la creatividad, una aproximación a la labor artística que parece más apropiada para el mundo de los intérpretes de música clásica que del jazz. Con todo, Chazelle se las ingenia para crear un relato cautivante apenas con un chico que quiere tocar la batería como Buddy Rich y un maestro decidido a quebrarlo. Disponible en Flow.
La la land (2016)
Es evidente que la música es fundamental en el universo creativo de Chazelle (quien también escribió Grand Piano, film con Elijah Wood sobre un pianista que debe ejecutar una pieza imposible o ser ejecutado por un francotirador). En esta película consagratoria rinde homenaje a los musicales clásicos, desde los creados en la era dorada de la compañía MGM como Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, 1952) o Brindis al amor (Vincente Minelli,1953) pasando por Sweet Charity (Bob Fosse, 1967) o Una cenicienta en París(nuevamentedonen,1957), hasta la obra maestra de Jacques Demy Los paraguas de Cherburgo (1964). Todos estos films son expertamente citados desde la puesta en escena aunque,como suele suceder en los musicales, no precisamente de modo funcional a la historia, que tiende a quedar en suspenso hasta que cada número de baile y canto concluye. La película está protagonizada por Ryan Gosling y Emma Stone, ninguno de los dos con una trayectoria reconocida como cantante o bailarín, quienes interpretan a una aspirante a actriz y a un pianista de jazz que se enamoran mientras intentan triunfar en sus respectivas carreras en la ciudad de Los Ángeles. Aunque la época de los grandes musicales parece haber pasado, éste tocó una fibra no solo en los espectadores, que lo convirtieron en un éxito de taquilla, sino también en los responsables de entregar premios: La La Land fue la mayor ganadora en la historia de los Globos de Oro y también obtuvo un récord de nominaciones para el Oscar (catorce, solo igualado por Titanic y La malvada). La película, al final, se quedó con seis estatuillas (incluidas la de mejor director y mejor actriz) y entró en la historia de los premios no solo por su performance, sino porque protagonizó un escándalo imprevisto cuando Warren Beatty recibió el sobre equivocado y la anunció erróneamente como mejor película (la ganadora resultó Moonlight). Disponible en netflix.
H. F.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.