viernes, 1 de enero de 2021

HISTORIA DE VIDA Y UN EJEMPLO


El restaurante junto a la ruta en el que amasa una italiana de 84 años
El Rincón de Donatella, en el partido de Magdalena, se convirtió en un lugar de culto
Donatella Petriella rellena pastas con sus cultivos
“La cocina tiene que tener tu esencia. Sin eso, no es nada”, sentencia Donatella Petriella, de 84 años, nacida en Nápoles en 1938 y a cargo de las ollas en su restaurante rutero emblemático, El Rincón de Donatella, a un costado de la solitaria ruta 36, a 106 kilómetros de la Capital, en el partido de Magdalena. “No hay mucho secreto, recuerdo cómo cocinaba mi madre”, afirma.
Amasa pastas y las rellena con borraja, cardo y ortiga, todas plantas que ella cosecha, con recetas que no se modificaron en más de 100 años. Se ha consagrado una cocinera de culto, los devotos y sibaritas hacen cola y se acercan de todas partes de la provincia para disfrutar de platos que no se consiguen en otro lugar.
Donatella nunca tiene un menú fijo. “Cocino mucho con la intuición”, señala. Las pastas son su fuerte. “¿Por qué la gente se enloquece con mis pastas? Porque la comida sana hace bien”, dice.
Sus hijos la ayudan y tratan de entender la devoción que provoca en los peregrinos que se acercan al pequeño paraje Starace.
“Nos cuesta seguirle el ritmo”, advierte José, su hijo, a cargo de los fuegos donde asan carnes que también generan aplausos. Una esperanzadora y tupida arboleda, muy amplia y espaciosa, es el escenario donde se presentan las mesas.
 Hay un microclima; aunque en la ruta se destaque el calor, allí está fresco. La pregunta recurrente: “‘¿Donatella está cocinando?’ Es que, además de comer sus pastas, todos quieren conocerla”, afirma.
Una imagen cruza todas las mesas: el silencio de los comensales, absortos, mirando el plato de pastas y disfrutando la experiencia. Las variantes son originales: ravioles de borraja, cardo, malva y ortiga. Estas plantas se pueden ver alrededor de las mesas. “Todo sirve para cocinar, tenemos que mirar lo que tenemos alrededor”, aconseja Donatella. “En la Argentina tiene hambre el que quiere. Con un kilo de harina podés hacer maravillas”, afirma, con el pensamiento concentrado en su Nápoles natal, donde podían comprar poco y cada plato se completaba con lo que la naturaleza ofrecía.
“Mamá inventaba platos maravillosos –recuerda, con nostalgia–. Se las ingeniaba para hacer comida para todos”. Eran seis hermanos.
Dos épocas se enfrentan en el restaurante. La moderna y aquella en la que las cosas se hacían con tiempo. Gana la de Donatella. “El que viene apurado, pierde; a la buena comida hay que saber esperarla”, confirma. Todo se hace en el momento, los productos son muy frescos. A los que hoy se conoce como alimentos kilómetro 0 Donatella los hace desde siempre.
Si bien el menú es improvisado, algunos pasos se respetan. La mesa se abre con vegetales y fiambres. Todo se produce allí. Las pastas van saliendo según la intuición y las ganas de Donatella. Algunos eligen mantener la espera con carne asada. José es un purista del fuego: “Mamá me enseñó, el cliente debe esperar a la carne. El secreto está en el tiempo”. Bondiola, costilla y vacío. El choripán es elegido por aquellos que desean un embutido típico y casero; no existe comparación con el chorizo urbano. Muchos permanecen en sus autos, esperando su turno. otros eligen caminar por el parque que está detrás del edificio.
El postre también es creación de esta gran cocinera. Naranja a la cubana, flan casero o tiramisú. Cada tanto Donatella se deja ver. “Lo único que me importa es que la gente coma bien”, sintetiza. “Todos vienen por recomendación”, sostiene José. El contraste con la soledad de este rincón del mapa bonaerense sorprende. En el restaurante el movimiento es incesante.
El lugar era una antigua posta que data de 1884. Es una estructura sólida, con pocas cosas actuales. El tiempo y su caprichoso paso, que se expresa en el mobiliario y la decoración, remiten a varias décadas atrás. “Todos quieren que les cuente los secretos de los pastas que hago –agrega Donatella–. El secreto está en volver a los platos de nuestra infancia. No hay otra cosa que eso”.

L. V.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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